LA FUERZA DE LA NATURALEZA

El concepto de naturaleza es entendido como el cosmos natural, donde se encuentran dos grandes elementos: los inanimados y físicos. En ella se manifiestan la química y la física. Ahí también conviven los seres vivos y la materia inerte, en su espacio se producen las actividades climáticas, sísmicas, volcánicas, geológicas, geográficas y atmosféricas. La naturaleza puede estar en paz y armonía o puede desarrollar una gran potencia. Recordemos que la fuerza se origina entre dos objetos produce dos fuerzas iguales y opuestas, aplicadas una en cada objeto, también contiene dos elementos que son magnitud y dirección. El ser humano debe aprender a convivir con estas manifestaciones de la naturaleza y prepararse cuando de manera inesperada se manifiesten.

En la mayoría de los casos no estamos conscientes que la naturaleza es el medio ambiente donde habitamos y que nos proporciona las condiciones indispensables para subsistir sanos. Nos ofrece abundancia en bienes, por ello, el hombre a través del tiempo las transforma para cubrir sus necesidades básicas y aún más. Es hermosa cuando está en paz y armonía, nos permite mantener la salud física y mental, nos carga de energía, nos relaja. No comprendemos que, si abusamos de ella al sobre explotarla, se manifiesta de una manera brutal, arrasando todo a su paso para para después volver a renacer con más belleza. Es nuestro deber cuidarla, respetarla, protegerla para poder disfrutar de las delicias que ofrece. Recordemos que nuestro país es rico en sus diferentes tipos de ecosistemas.

Si analizamos el comportamiento de la naturaleza en nuestro país, entenderemos que los desastres más comunes son de origen geofísico: sismos y volcanes; hidrometeorológicos: tormentas torrenciales e inundaciones; climáticos: temperaturas extremas, sequías que son campo fértil para los incendios. Por ello, nuestro gobierno debe estar preparado para estas manifestaciones de la naturaleza, pues es imposible predecir cuántos se presentarán y de qué magnitud. Después de lo sucedido en el temblor de 1985, se creó la Comisión de Reconstrucción, donde se encuentra el Sistema Nacional de Protección Civil, surge el Sistema Nacional de Protección Civil y el Centro Nacional de Prevención de Desastres, finalmente la Ley General de Protección Civil, entre otras acciones para proteger a la ciudadanía de los desastres naturales.

Nuestro actual gobierno se ha caracterizado por ignorar que existe una herramienta fundamental para tener un buen gobierno: la planeación; excelente para la toma de decisiones. Te alerta sobre: ¿qué es lo que tengo? ¿qué puedo hacer? Para ello, debes realizar un análisis del entorno, formular su razón de ser, programar sus acciones para lograrlo y lo más importante ejecutarlas. Es triste ver las consecuencias de un gobierno inepto, que todas sus acciones las hace sobre las rodillas. Sólo le importa mantenerse en el poder, a consta de lo que sea, así sean vidas humanas. Así es como, en 2021 se elimina el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), en el 2022 se redujo el presupuesto al Servicio Meteorológico Nacional que es el encargado de vigilar e identificar los fenómenos meteorológicos, de $72 millones a $6 millones. Aun así, este organismo aviso con aproximadamente 12 horas antes de que llegará el ciclón Otis a las costas de Guerrero de la gravedad de su potencia, gracias a la comunicación que mantiene con el Centro Nacional de Huracanes de Miami.

Bajo una amenaza de huracán se deben tomar las medidas necesarias para evitar daños y avisar a la población, no fue así con el ciclón Otis de categoría 5, con vientos sostenidos de 260 KM/h y rachas de 315/km/h. Es una trasgresión que no se avisó oportunamente a la población. Causo grandes daños materiales en la infraestructura, en el sistema eléctrico, internet y telefonía; dejó sin alimentos, sin combustible a la población. Es el ciclón más intenso después del 2015. Las imágenes difundidas en los medios de comunicación son desastrosas, hoteles, hospitales, centros educativos, todo destruido. Me llamó la atención, que no mostraron imágenes de las zonas más vulnerables que son varias, donde se encuentran viviendas que en su mayoría están construidas de cartón.

El gobierno ordenó al Ejército trasladarse a Acapulco junto con la Guardia Nacional, no se permitió el acceso de ningún ciudadano, sólo a vehículos militares y también se tiene el control de la ayuda humanitaria, obviamente a cargo de los militares, en WhatsApp se comentan los atropellos y agresiones que están cometiendo el ejército contra los ciudadanos que acuden a dar ayuda o a rescatar a sus familiares, además de decomisarles los víveres que llevan. La orden es clara: sólo el partido oficial lleva la ayuda. Es inadmisible que el presidente se traslade al lugar en carretera y ser protagonista en la tragedia. También declarar en los medios de comunicación que sólo hay 48 fallecidos y sólo 36 desaparecidos. Es una gran estupidez, dar mayor importancia a una campaña presidencial sólo para mantenerse en el poder que las vidas humanas y la situación de gran vulnerabilidad en que se quedó la mayoría de la población del estado de Guerrero. Lo que hace falta es ejercer la justicia que es simplemente: dar a todos lo que les corresponde, tomando en cuenta sus derechos. La naturaleza si tiene memoria el hombre no.

 

Autor

Susana Cepeda Islas
Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros. Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.