COMO DECÍA MI ABUELA

Más vale pájaro en mano… 

Pienso que a todos nos puede pasar algo similar a lo que me sucede a mí. Extraño mucho a mi abuela, su cocina, sus tejidos, las tardes de lotería, los rosarios, su música de «El Puma» y «Los Panchos«, sus consejos y refranes. También extraño contarle mis secretos, mis anhelos. Ella sabía que yo quería estudiar comunicación o letras, pero que mis padres se opusieron, aun así, me impulsaba a que explotara «mi talento».

En el 2021 me enfermé de COVID porque no hice caso a la advertencia de «cuando el río suena, es porque agua lleva». Me costó trabajo aceptar que me quedé “dormida en mis laureles» y que no tomé las suficientes precauciones.

Después de enfermarme, me enfrenté a las secuelas ocasionadas por «Long COVID» y, por si fuera poco, estás duraron meses, afectando mi estado de ánimo y salud mental. Quise recuperarme, pero como «cacaraquear es fácil, lo difícil es poner» sufrí mucho el proceso de enfrentar mis temores, ¿qué tal que ya no servía para nada? ¿Si ya no podía trabajar?

«En las noches más oscuras, brillan más intensamente las estrellas» y fué así cómo se me presentó una doble oportunidad de trabajo en 2021, cubrir la feria del libro y dar clases grupales de ritmos latinos.

Aún tenía miedo, pero como «el que no arriesga, no gana» me aventuré a intentarlo. El aliento de mi esposo, familia y amigas más cercanas, la terapia psicológica, el acompañamiento psiquiátrico y el sentirme de nuevo útil para la sociedad me ayudó muchísimo, «obras son amores y no buenas intenciones» Paco de la Peña y Ariana Cepeda me regalaron la oportunidad de empezar de nuevo, algo bueno verían en mí, cómo decía mi abuela «más sabe el diablo por viejo que por diablo «.

Este peregrinar es lo más retador y apasionante que he hecho, pues a través de los refranes y las frases populares que tanto le gustaban a mi abuela puedo honrar su memoria, a la vez que descubro todo aquello de lo que soy capaz.

En estas columnas me gusta profundizar en temas de DDHH, feminismo y salud mental, porque son temas que me atraviesan de una manera muy personal.

En este mes de septiembre, en el que se hace hincapié en la salud mental y la prevención del suicidio, toca hacer una pausa y reflexionar que «el que mucho abarca, poco aprieta».

La ansiedad, condición con la que vivo desde pequeña, es algo que en ocasiones me paraliza y puede resultar incapacitante, pero también me impulsa a hacer muchas cosas e intentar nuevos retos. Ahora cuento con personas que me han ayudado en mi reciente centro de trabajo y me brindan el apoyo y contención que mi abuela ya no puede darme. Pero la siento presente en los días de sol, en las flores, en las gorditas de azúcar y en el arroz con leche. Siento su mano en cada mano que me ha sostenido y brindado consuelo en los últimos días.

Gracias a mis compañeros y amigos del Hospital Universitario, cómo decía mi abuela «en la enfermedad y la cárcel, se conoce a los amigos»

Agradezco muchísimo a todos mis lectores y les comparto esta experiencia para quién necesite leerlo. Cómo reza el refrán «la realidad supera a la ficción» y aunque hay días más difíciles que otros, me aferro a mi abuela, al recuerdo de su casa y sus flores y a la frase «lobos de la misma manada, siempre andan juntos» y por lo mismo «el que anda con lobos a aullar se enseña«.

No sé si mi aullido llegue lejos y tenga un impacto positivo, aunque yo espero que sí, que todo aquél que sienta que no puede más, voltee a su alrededor y se de cuenta de todos los dones que la vida nos ha regalado. Siempre hay esperanza y sobre todo debemos buscar ayuda profesional, ya saben «a Dios rogando y con el mazo dando»

También pienso mucho en lo que decía mi abuela «más vale pájaro en mano, que ciento volando»… y así empecé, con un tímido pajarillo que una vez que abrió sus alas, trajo a mi vida un ciento de ellos.

Hoy todos esos momentos de reflexión se encuentran plasmados en el periódico decano de Saltillo, y me gusta pensar en cada una de estas columnas como uno de los 100 pajarillos que conforman la parvada con la que semana a semana honro la memoria de mi abuela.

 

Autor

Leonor Rangel