El Papa Francisco llega a Portugal para participar en la Jornada Mundial de la Juventud

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Lisboa, Portugal.- El Papa Francisco emprendió su viaje a Lisboa para participar en los actos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el evento más multitudinario que organiza la Iglesia católica, y donde le esperan cientos de miles de jóvenes, una agenda repleta de actos y una visita a Fátima para rezar por la paz en Ucrania.

Durante el viaje, Francisco fue acompañado de la delegación vaticana, unos setenta periodistas de diarios internacionales y la tripulación, el papa sobrevoló el espacio aéreo de cuatro países: Italia, Francia, España y Portugal.

El papa mantuvo un encuentro en la sala VIP del aeropuerto con el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. Posteriormente, se trasladó en automóvil al Palacio Nacional de Belém, residencia oficial del jefe de Estado, para la ceremonia de bienvenida y visita de cortesía al mandatario, seguida del habitual encuentro con las autoridades políticas y religiosas, en el Centro Cultural de Belém donde pronunciará su primer discurso en tierra portuguesa ante cerca de mil personas, entre autoridades, representantes del cuerpo diplomático y de la sociedad civil.

Cabe señalar que esta es la segunda vez que el Sumo pontífice visita Portugal, pues en 2017 viajó a este país, pero sólo visitó Fátima, cumplimento que repetirá en esta ocasión.

Fuera del programa oficial, se ha anunciado una reunión de Francisco con un grupo de víctimas de abuso sexual, sobre la que por el momento no se han comunicado más detalles para proteger la privacidad de las personas que participarán.

Se tiene previsto para el 3 de agosto que el papa inaugure la ceremonia de apertura, donde confesará individualmente a un grupo de jóvenes, también el Santo Padre, presidirá un Vía Crucis que abordará los problemas y dificultades de los jóvenes en la actualidad, escuchará historias de algunos de ellos durante una vigilia en el enorme espacio del parque Tejo y clausurará el evento con una misa en este mismo lugar.

Por otra parte, algunos portugueses han criticado los costes del evento en uno de los países más pobres de Europa Occidental, donde millones de personas tienen dificultades para llegar a fin de mes debido a los bajos salarios, la inflación y la crisis inmobiliaria. El gobierno local de Lisboa ha rechazado las acusaciones de partidos políticos y grupos de defensa de los derechos de que está retirando a los sin techo de las calles de la ciudad. (EL HERALDO)