Descubriendo el porteo: 5 beneficios para el desarrollo del bebé

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 En un mundo lleno de opciones para el transporte de bebés, el porteo es una práctica que destaca por su conexión emocional y beneficios para el desarrollo infantil. Esta experiencia brinda un contacto cercano y continuo entre el adulto y el bebé.

Sin restricciones de edad o peso, esta práctica enriquece la vida de los más pequeños y sus cuidadores. Sin embargo, a pesar de sus múltiples ventajas, es común que muchas personas desconozcan sus beneficios.

Por ello, en esta nota exploramos lo que implica el porteo y cómo su correcta realización puede influir positivamente en el crecimiento y bienestar de nuestro bebé.

¿Qué es el porteo?

El porteo es una práctica ancestral que se mantiene popular en la actualidad gracias a sus beneficios. Consiste en llevar al bebé cerca del cuerpo del adulto mediante un portabebés ergonómico.

Esta cercanía fortalece el vínculo emocional entre ambos y brinda al bebé una sensación de seguridad y tranquilidad. Cuando se realiza adecuadamente, este modo de transporte respeta la postura natural del pequeño.

Además distribuye el peso de manera equitativa en el portador, ayudando a evitar posible molestias o dolores. Más allá de la practicidad, el porteo ofrece múltiples beneficios emocionales y físicos para el bebé.

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Beneficios del porteo:

  1. Contribuye a la tranquilidad y buen descanso

El porteo del recién nacido le aporta una sensación de seguridad, reconociendo el cuerpo de su madre como su hábitat.

Gracias a esto, el bebé se siente tranquilo, en un entorno seguro, evitando activar sus sistemas de alarma. Esta relajación permite que su cuerpo dedique energías a crecer de manera óptima.

Además, el porteo mejora la calidad del sueño de los más pequeños. Un bebé tranquilo y seguro concilia el sueño más fácilmente, favoreciendo un descanso de mayor calidad. Esto es crucial, ya que el cerebro organiza experiencias vividas durante el sueño.

  1. Aporta bienestar físico

El porteo proporciona bienestar físico al bebé debido a su adaptación natural a ser llevado en posición vertical. Portear al bebé sobre el cuerpo optimiza sus sistemas.

La cercanía de un adulto sincroniza el patrón respiratorio, lo que resulta en un menor consumo de oxígeno. Además, el masaje de contacto y la postura beneficiarán al sistema digestivo.

Asimismo, el constante movimiento estimula el sistema vestibular, favorece el sistema circulatorio y el desarrollo del sistema nervioso central. De igual manera, se ha observado que los bebés toleran mejor el dolor cuando están en contacto cercano con un adulto de confianza.

  1. Mejora las relaciones sociales del bebé y la autonomía de sus cuidadores

Los bebés se adapta mejor a su entorno desde el lugar seguro de los brazos de sus padres, conociendo su familia, rutina y sociedad. Este contacto acelera su desempeño social.

Los pequeños reciben información filtrada a través del adulto que lo llev, con ello aprenden a diferenciar situaciones amenazantes de las que no lo son.

Además, el porteo proporciona al cuidador mayor autonomía y movilidad. Con las manos libres, puede realizar actividades cotidianas sin frustración. El portabebés facilita la movilidad en diversos entornos.