DERECHOS HUMANOS Y MIGRACIÓN

Derechos humanos y migración son dos temas que van de la mano, cuando en un país no se respetan los derechos humanos las personas deciden migrar a otros lugares en donde les sea garantizado lo mínimo indispensable para sobrevivir. En la actualidad lo aterrador en América Latina es el aumento de los países autoritarios que provocan un alarmante retroceso en la democracia hasta llegar a desaparecerla, fingen tener una tendencia de izquierda como Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Paraguay y Argentina, por mencionar algunos y que casualmente el gobierno mexicano apoya, defiende y aplaude. En estos sistemas las personas viven represión, mal trato, no cuentan un empleo digno, escasean las oportunidades para tener calidad de vida, desaparecen los derechos humanos. Cansados de vivir en la pobreza, violencia y la desigualdad deciden huir de sus naciones, buscan asilo político en los países desarrollados con el propósito de tener un futuro mejor, el país elegido es Estados Unidos. Como puede apreciar nuestro país es el tránsito de estas personas.

Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas en 2000 y 2020, la población inmigrante “aumentó en un 123%. Según datos censales, las siguientes entidades federativas tenían las mayores poblaciones de personas migrantes internacionales en 2020: Baja California (13%), la Ciudad de México (9%), Chihuahua (8%), Jalisco (8%), y Tamaulipas (6%)”. Entre los migrantes se encuentran un gran número de mujeres algunas de ellas embarazadas, niños y adolescentes. El problema de la migración es preocupante, sobre todo para nuestro país. Los derechos humanos son derechos de todos los seres humanos, sin importar la nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra situación. Todos poseemos los mismos derechos humanos, sin distinción alguna. En nuestra Constitución existen aproximadamente 136 artículos que hacen referencia a los derechos humanos.  Entre los esenciales podemos señalar: el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido a la esclavitud y a la tortura, a la libertad de opinión y expresión, a la salud, la educación, seguridad y el trabajo entre otros. Por lo tanto, el Estado mexicano está obligado por ley para velar por el bienestar de estas personas.

Por ello, los aproximadamente 39 migrantes muertos más los heridos que estaban en custodia del Instituto Nacional de Migración (INM) en Cd. Juárez la semana pasada es una indiscutible tragedia, sobre todo en las condiciones de desamparo en que los tenían las autoridades, la Secretaría Gobernación es la directamente responsable de este órgano técnico desconcentrado; que es el encargado de dar ayudar a todos los extranjeros con los procesos legales de migración y que, de esta forma, puedan permanecer en México sin ningún problema. Los albergues son lugares que sirven de abrigo, refugio, seguridad o alojamiento, de manera asistencial para personas vulnerables temporalmente. Estimado lector por estas razones es claro que la negligencia del gobierno fue la causante de estas muertes.

En el vídeo que circuló en los medios de comunicación, se observan las condiciones infrahumanas en que se encontraban los migrantes, sin agua, sin alimentos, sin atención médica, las familias separadas, se encontraban encarcelados, a esto se llama tortura, se viola claramente los derechos humanos, en el gobierno que se dice ser el “más humanista del mundo”. Los migrantes protestaban ante esta situación quemando los colchones para obligar a las autoridades a darles atención y dejarlos salir, sin embargo, dos personas con el uniforme del INM se observan corriendo, huyendo del lugar y ninguno abre las puertas, los dejan morir provocando la tragedia. Ellos recibieron la orden de no abrir las puertas. El secretario de Gobernación con declaraciones irresponsables culpa a las autoridades del estado de Chihuahua por publicar el video y avienta la pelota caliente al secretario de Relaciones Exteriores quien no emitió ninguna declaración al respecto. Y como siempre con gran impunidad no hay ningún alto mando cesado.

Para cerrar con broche de oro el presidente en la mañanera declaro: “Esto tuvo que ver con una protesta que ellos iniciaron, a partir, suponemos, de que se enteraron de que iban a ser deportados, movilizados, y como protesta en la puerta del albergue pusieron colchonetas y les prendieron fuego, y no imaginaron que fuese a causar esta terrible desgracia”.  Le recuerdo querido lector que fue él quien invito a los migrantes a circular por el país. Estas declaraciones son indignas, evitan demostrar el mal trato que reciben los migrantes por parte del gobierno, se lavan las manos como Poncio Pilatos, el gobierno tiene que asumir su responsabilidad en este lamentable suceso, no echar la culpa a personas que sólo reciben órdenes y que fungen como chivos expiatorios en este lamentable caso.  Se destapa la corrupción al publicarse que la seguridad estaba a cargo de una empresa llamada CAMSA, que en sólo dos años obtuvo un contrato por 165 millones de pesos por adjudicación directa. Siguen nuestro brillante gobierno sin hacer justicia a los verdaderos culpables, los justifica, los protege y limpia de toda culpa. Insisto esta es la esperanza que ofrece el partido en el poder a la sociedad.

 

 

Autor

Susana Cepeda Islas
Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros. Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.