Con imposición de ceniza en Catedral, comienzan saltillenses la Cuaresma 

Con la imposición de ceniza en la Catedral de Santiago, por parte del obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González García, este miércoles dio inicio la Cuaresma, período de 46 días que aluden a los 40 días que, según la tradición católica, Jesús ayunó en el desierto.

Monseñor Hilario explicó que la ceniza en forma de cruz en la frente de los creyentes, simboliza la conversión para que se unan en la fe y pugnen por abolir males sociales como la esclavitud en el mundo y la deshumanización.

“El signo de la ceniza nos recuerda el luto, la tristeza que el pecado trae en nuestra. Nos recuerda nuestra condición frágil, miserable, que no siempre se comporta como Dios quiere y ponemos en nuestra cabeza como símbolo de arrepentimiento, también signo de penitencia porque queremos convertirnos al Señor», comentó en entrevista.

“El Señor con su gracia nos embellece, la ceniza es para pasar de la fealdad del pecado a la belleza de la gracia. Que los signos externos que hacemos reflejen una actitud interna de conversión, de volver nuestra mente y nuestro corazón hacia el Señor y hacia nuestros hermanos”, agregó.

A su vez, el jerarca católico señaló que durante la Cuaresma también se acostumbra el ayuno y evitar comer carne roja, ya que representa el cuerpo de Jesús. Por todo lo anterior, invitó a los feligreses a que este período litúrgico se convierta en un tiempo de reflexión, cambio espiritual y comunión entre las personas.

“Cuando nos privamos libremente de algún alimento o de algún bien, estamos renunciando para tener orden de nuestra vida y para compartir con los demás, para poner también orden hacia afuera. Invitar a toda la comunidad, especialmente a los católicos, a las personas de buena voluntad, a que estos 40 días de Cuaresma nos dispongamos con estas penitencias, ejercicios espirituales, prácticas de nuestra fe, para prepararnos a la Pascua”. (OMAR SOTO / EL HERALDO)

 

Autor

Omar Soto
Omar Soto
Reportero de El Heraldo de Saltillo. Apasionado por la cultura y lector voraz.