A LA BÁSCULA  

El modelo Durango 

En anteriores entregas en este mismo espacio, usted y yo hemos comentado el esquema que Morena utilizó en Durango —y que me parece que está replicando en Coahuila—, donde Morena sufrió la más estrepitosa derrota que candidato alguno a la gubernatura del vecino estado, haya tenido jamás. Por más de 100 mil votos de diferencia.

Eso, ya lo hemos platicado no sé si lo suficiente, pero sí lo hemos hecho, por lo que hoy me parece que sería bueno platica ahora del modelo que la Alianza por Durango desarrolló para obtener un triunfo de manera tan abrumadora para no solo recuperar la gubernatura, sino también la alcaldía de Gómez Palacio, el segundo municipio en importancia en la entidad.

Y esto se puede empezar a visualizar, a partir de que el Consejo Estatal del Partido Acción Nacional (PAN) ha autorizado a su presidenta en la entidad, para que vaya explorando la posibilidad del establecimiento de alianzas con otras fuerzas políticas, de cara a la elección del año entrante en Coahuila, para la renovación de la gubernatura.

Ese puede ser el primer paso, y es casi un hecho que en automático —si es que se consolida—, el PRD con la tía Thelma, se sume a la alianza Va por Coahuila. Guajardo de hecho, fue la delegada, representante o agregada –como quiera usted llamarle- del perredismo en la elección de este año en Durango.

En el vecino estado se tejió fino, muy fino, porque el panorama era totalmente sombrío, con una alianza enfrente que antes del inicio del año aparecía con más de 20 puntos de ventaja, y la complejidad de consolidar la propia, algo que muchos —incluyendo personajes ‘distinguidos’ de los tres partidos—, creían y veían poco menos que imposible de lograr.

Anteponiendo el interés del estado y de los duranguenses, se dieron a la tarea de rescatar las coincidencias, más que resaltar sus diferencias, y una vez que se consolidó la Alianza, la gran mayoría dudaba que los tres partidos se pusieran de acuerdo para que, luego de las elecciones internas y la presentación cada uno de su propuesta, lograran ponerse de acuerdo.

Sin embargo, una vez más se antepuso el valor de la alianza y, dado que Esteban Villegas Villarreal era el hombre mejor posicionado en su momento, los otros dos partidos no solo aceptaron la designación del priista como el candidato único, sino que se establecieron compromisos, para salir a las campañas en verdadera unidad sin distingo de colores, siglas o credos políticos, buscando establecer además una alianza con los ciudadanos duranguenses, y para ello se propuso una campaña de altura, sin denostaciones, ataques o guerra sucia, sino con propuestas que pudieran llegar a la gente.

Aun así, la apuesta era que los militantes y seguidores del PAN y PRD jamás votarían por un priista pero ¿saben qué? Ocurrió todo lo contrario, porque las estructuras de los tres partidos trabajaron en campaña y el día de la elección, como si fueran una sola, y el resultado ahí está: se ganó la gubernatura con la diferencia más abrumadora que candidato alguno hubiera alcanzado para llegar a la gubernatura.

Sé de muy buena fuente que a raíz del triunfo de Esteban Villegas en Durango, la gente de Coahuila se le ha acercado al ahora gobernador y a algunos de los operadores de los tres partidos que participaron en el diseño y aplicación de la estrategia, para conocer de cerca y a detalle la forma en que trabajaron. Incluso alguno de los que se han acercado es el ingeniero Manuel Jiménez, padre de Manolo Jiménez Salinas quien, apueste doble contra sencillo, será el candidato del PRI —o de la Alianza si esta se consolida—.

Para implementar en Coahuila el ‘Modelo Durango’, Manolo parece ser la figura ideal, es un producto muy vendible, por su juventud, su carisma y por los resultados, primero como alcalde de la capital del Estado, y después como secretario de Inclusión y Desarrollo Social del gobierno del estado de Coahuila.

En la medida que los aliancistas de Durango sean generosos parta compartir la experiencia y formas de trabajo que implementaron en su elección a gobernador este año, y en la medida que los del lado de Coahuila sean lo suficientemente humildes y receptivos para escuchar, la Alianza puede tener un camino muy similar al de Durango.

Sobre todo porque en la ‘tienda de enfrente’, están siguiendo los mismos pasos que en Durango —cuando todo el tiempo trabajaron como si ya trajeran el triunfo en el bolsillo—, los llevó a perder la gubernatura y su bastión más importante que era Gómez Palacio. Con una actitud soberbia y cerrada de quien ya se siente desde ahora no sólo candidato, sino como si ya fuera gobernador, y la posición inflexible de la contraparte donde hay dos figuras que sienten que tienen todos los merecimientos para ser ‘el bueno’.

El tiempo nos dirá el desenlace de esta historia que parece que ya la hemos visto.

 

laotraplana@gmail.com

 

@JulianParraIba

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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