Dora Scaccioni: una pintora italiana en Saltillo  

El Centro Cultural Vito Alessio Robles (CECUVAR) logró reunir 25 pinturas de la artista, entre acuarelas y óleos, que en conjunto integran la exposición que estará expuesta hasta el 24 de septiembre

Durante su estancia en Roma, Italia, que aprovechó para pulir su técnica bajo la tutela de maestros italianos, el pintor zacatecano, pero saltillense por adopción, Rubén Herrera Flores, conoció a Dora Scaccioni Palomba, joven originaria de la «Ciudad Eterna» con quien más tarde contrajo matrimonio tras el surgimiento de un amor que se dio entre pinceles, paletas de pintura y lienzos.

Tras recibir la encomienda de liderar un programa nacional de arte por parte del entonces presidente de la República, Venustiano Carranza Garza, Scaccioni Palomba y Herrera Flores partieron de Italia a Ciudad de México. Sin embargo, durante su viaje recibieron la noticia de que el mandatario había sido asesinado.

LLEGADA A LA CAPITAL COAHUILENSE

Tras lo anterior, decidieron establecerse en Saltillo, Coahuila. En 1920 Rubén fundó la Academia de Pintura de Saltillo, que tuvo como sede a la Escuela de Bachilleres Ateneo Fuente y donde Dora pudo aprender a pintar bajo la dirección de su esposo hasta 1931, año en el que la institución formada por el pintor cerró sus puertas por falta de subsidio para su funcionamiento.

Sin embargo, en 1938 la Academia retomó su vocación como Escuela de Artes Gráficas para años más tarde, en 1957, integrarse a la oferta educativa de la Universidad Autónoma de Coahuila como la Escuela de Artes Plásticas Profesor Rubén Herrera.

Ya con dos hijos, María y Mario, la pareja se estableció en Ciudad de México en 1933. En octubre del mismo año Rubén Herrera falleció y en 1940 sus restos fueron trasladados a Saltillo, para ser sepultados en la Rotonda de los Coahuilenses Ilustres del Panteón de Santiago.

HOGAR POR DECISIÓN

Tras la muerte de su esposo, Dora decidió regresar a la capital coahuilense con sus hijos, donde enseñó el idioma francés en el Ateneo Fuente y pintó cuadros entre encargos y por el mero gusto de hacerlo, siendo el retrato el género en el que tuvo mayor producción.

14 años después de que enviudó, la pintora contrajo nupcias con el médico de origen Alemán, Lorenzo Molkau, con quien continuó viviendo en Saltillo, ciudad a la que ella llegó cuando tenía 24 años, pese a que esporádicamente se hospedaban en algunas ciudades de Estados Unidos.

A manera de homenaje y para difundir su trabajo y aporte a la plástica del norte de México, el 20 de febrero de 1971, Dora y sus hijos abrieron el Museo Rubén Herrera, que se ubica en el cruce de las calles General Cepeda y Juárez del Centro Histórico de Saltillo.

La vida de Dora Scaccioni y prácticamente toda su producción pictórica se desarrolló en la ciudad capital también llamada «la Atenas de México», donde falleció en 1975, dejando un legado artístico que fraguó con su propio pincel.

UNA PINTORA ITALIANA EN SALTILLO 

Tras un arduo trabajo de búsqueda, el Centro Cultural Vito Alessio Robles (CECUVAR) logró reunir 25 pinturas de la artista, entre acuarelas y óleos, que en conjunto integran la exposición «Dora Scaccioni: una pintora italiana en Saltillo», que puede visitarse hasta el 24 de septiembre de este 2022, en la galería mayor del recinto ubicado en Hidalgo esquina con Aldama, Centro Histórico, de martes a sábado en horario de 11:00 de la mañana a 4:00 de la tarde.

«Es un rescate que hizo el propio Centro Cultural. El Vito Alessio Robles hizo una convocatoria pública para que las personas que tuvieran obra de Dora, la prestaran; la respuesta fue excelente. La galería está llena de obras que pertenecen a familias, a saltillenses e instituciones que nos dijeron ‘aquí está mi obra’. Todo parece indicar que está es la primera exposición individual de Dora Scaccioni», compartió con El Heraldo de Saltillo, Esperanza Dávila Sota, directora del CECUVAR, quien añadió que en la muestra se incluyen pinturas de Rubén Herrera que retratan a su protagonista. (OMAR SOTO / EL  HERALDO)