Conforme transcurren las semanas y los meses, se torna más incierta la efectividad del proyecto del gobierno federal, Agua Saludable para Laguna, amén de que se siguen elevando los costos del millonario plan.
De los 11 mil millones de pesos presupuestados inicialmente, los funcionarios de la Comisión Nacional del Agua ya hablan de más de 14 mil millones, y apenas se están ejerciendo los primeros recursos. Se duda mucho que la obra principal del sexenio de Andrés Manuel López Obrador quede terminada en el plazo establecido, para 2024, dados los retrasos, contratiempos sufridos y las protestas de los campesinos, en el sentido de que Conagua incumple acuerdos.
Los diputados federales José Antonio Gutiérrez Jardón y Shamir Fernández Hernández se quejaron de que la realización de la obra adolece de falta de transparencia, sobre todo a la hora de licitar las inversiones de las diferentes etapas.
Pero lo más grave es que las presas Lázaro Cárdenas y la derivadora Francisco Zarco, con cuya agua almacenada se riegan los cultivos agrícolas de la Región Lagunera, se están quedando sin agua y son pocas las posibilidades de lluvias en la cuenca alta del Río Nazas. Un alivio es que recién concluyeron los riegos de auxilio y no se les extrae más líquido a las presas. Con un 26 por ciento de la capacidad de la Lázaro Cárdenas y un 28 por ciento en la Zarco, la mitad que el año pasado para estas fechas, no está garantizado el ciclo agrícola 2023.
En términos de actividad agrícola, la esperanza es que en los próximos meses llueva y se incrementen los escurrimientos a la presa conocida como El Palmito para garantizar el establecimiento de cultivos en 2023. En términos de “agua saludable para La Laguna”, la única expectativa es que el mejoralito que representa el proyecto federal surta de agua a la región. Pero en los años subsecuentes las dos presas se quedarán sin agua para regar una planta de maíz. Como está ocurriendo en Monterrey y su zona conurbada.
Mientras tanto los ejidatarios del Módulo de Riego 03 de San Jacinto, siguen protestando con plantones y otras acciones, quejándose de que las autoridades no han cumplido el convenio suscrito con Conagua y los gobiernos de Coahuila y Durango para que los doten de más agua y les indemnicen las hectáreas expropiadas.
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