COMO DECÍA MI ABUELA

“Cuida la recaída, que es peor que la enfermedad”

 Cuando estaba en la Universidad, mi abuela enfermó gravemente. A partir de ese momento, hubo un deterioro tanto en su salud, como en la de mi abuelo. El hombre fuerte que se levantaba con los gallos y nos contaba chistes pícaros y anécdotas graciosas, se volvió un “abuelito” con un cuerpo más menudo y pensamiento nublado. Entonces empezaron a cuidarse más entre ellos y solían exclamar “cuida la recaída, que es peor que la enfermedad”

La situación actual con el covid-19 es incierta. La información con la que contábamos en marzo de 2020 es muy diferente a lo que se maneja en la actualidad. Las nuevas variantes, vacunas, medicamentos, secuelas a largo plazo o Long Covid, es algo que al inicio de la pandemia no podíamos ni imaginar. Sin embargo, se tenían antecedentes que asociaban las enfermedades respiratorias agudas y los padecimientos mentales como depresión, ansiedad, transtornos del sueño y daños a la memoria, derivado de estudios realizados durante las emergencias sanitarias por el SARS y Ébola.

Las secuelas que deja la pandemia se han generalizado, sea que las personas estén contagiadas o no con el virus. La doctora Clarissa F. Etienne, Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha señalado que, los datos recientes revelan una crisis de salud mental en las américas, lo que prolongará el impacto de la Pandemia. En el documento “Fortalecimiento de las respuestas de salud mental al COVID-19 en las Américas: análisis y recomendaciones de políticas de salud” la OPS destaca la importancia de establecer políticas públicas que amplíen los servicios de apoyo psicosocial y de salud mental para toda la población, especialmente para los trabajadores del sector salud, mujeres, jóvenes, personas con enfermedades mentales preexistentes y personas que viven en condiciones vulnerables tales como, personas en situación de pobreza, población indígena y afrodescendiente.

Según este documento, en América hay 10.3 trabajadores de salud mental por cada 100.000 habitantes y el modelo de asilo u hospital psiquiátrico, sigue dominando el servicio de la salud mental. Otro dato interesante es que las personas infectadas que se recuperan de covid, presentan altas tasas de enfermedades mentales, como ansiedad e insomnio. Las personas con afecciones psiquiátricas preexistentes, también mostraron exacerbación en sus síntomas. El mismo estudio señala consecuencias adversas en la salud mental de trabajadores de la salud, padres y cuidadores de niños, y niños y jóvenes que se encontraron en situación de cuarentena. La recomendación de la OPS es sobre invertir mayores recursos en la salud mental, a fin de satisfacer la mayor necesidad de éstos servicios, y así reconstruir mejores sistemas de salud mental en previsión de futuras emergencias.

El gobierno de México, a través de su página coronavirus.gob.mx/salud-mental/, proporciona diversos contactos de hospitales psiquiátricos y servicios psicológicos, además, incluye el Cuestionario para la Detección de Riesgos a la Salud Mental, el cual se divide en cuatro secciones. La primera sobre datos generales, luego cuestionamientos sobre salud mental, específicamente sintomatología de ansiedad, depresión e ideación suicida. La tercera parte aborda preguntas acerca del consumo de sustancias y en la cuarta, situaciones de violencia.

Mi crítica a este portal la sustento primero, en el documento antes mencionado emitido por la OPS y segundo, en mi experiencia personal al responder el cuestionario.

Ya en el documento, se considera arcaico el modelo de atención a los problemas de salud mental a través de los hospitales psiquiátricos y se invita a una mayor participación a través de los sistemas públicos de salud e integrar la salud mental a la cobertura universal de salud, para que todas las personas tengan acceso a ésta sin que ello repercuta en una carga económica para las mismas, por lo que, sería interesante ver que el gobierno federal proporcione contactos derivados de la salud pública o bien, de instancias comunitarias, no de hospitales psiquiátricos. Ahora, al responder el cuestionario, el mismo portal te proporciona un resultado. Uno esperaría que sea relativo a cada una de las secciones de las que se compone, sin embargo, sea cual sea la respuesta, el resultado se enfoca solamente en el apartado de violencia. ¿Será por instrumentos como este que AMLO siempre tiene “otros datos”? ¿O cuál es entonces la finalidad de responder un Cuestionario para la Detección de Riesgos a la Salud Mental, si finalmente solo aporta resultados sobre las acciones de violencia?

La pandemia abre una oportunidad para la mejora de los servicios de salud en general y para priorizar los servicios de salud mental. Sin embargo, no olvidemos que la responsabilidad de cuidarnos está en nosotros mismos, porque como decía mi abuela “cuida la recaída, que es peor que la enfermedad”.