CÁPSULAS SARAPERAS

Ricardo Herrera

En esta ocasión te platico de un Saltillense que consagró su vida a practicar y enseñar a los jóvenes el llamado rey de los deportes, me refiero a don Ricardo Herrera Ramírez.

Nacido el 20 de julio de 1943, su infancia la vivió en El Álamo, en aquel rancho vitivinícola que, en aquellos años, se encontraba muy alejado de Saltillo, sin embargo, debido a que se sus estudios de primaria los realizó en el Colegio Apolonio M. Avilés, institución que se encontraba en nuestra emblemática calle de Victoria, tenía que venir y regresar todos los días.

Cuando le pregunté a don Ricardo Herrera, ¿desde cuándo juega béisbol?, me respondió, cual si fuera una bola rápida, qué él había nacido con guante y pelota en mano.

El aprendizaje que tuvo sobre el béisbol y su estrategia se los debe a la observación, sin olvidar a su maestro Teto Villalobos, quien al igual que don Ramón Mendoza le explicó que el béisbol no solo era batear y cachar.

Don Ricardo, el beisbolista Saltillense, jugó semiprofesional con el equipo del Club 45 en a liga del norte de Coahuila y en la liga profesional con la novena de los Tigrillos de Saltillo durante el 68 y 69, equipo que era sucursal de los entonces Tigres de la Ciudad de México.

Su posición era pitcher, de esos que ya no hay, de esos de 9 innings, con un amplio repertorio de pitcheos, pero su favorito era la recta.

En el año de 1972, cuando su amigo y compañero de equipo, don Pepe Cárdenas, era director del Ateneo Fuente, lo invitó a ser entrenador del equipo representativo de dicha institución, cargo que ocupó hasta el año 2000. Durante estos 28 años logró llevar a la novena danesa a levantar el trofeo de campeón en 6 ocasiones.

También fue mánager de los Zorrillos del Ciencias Químicas, así como de los Tigrillo de Leyes.

Fue forjador de varias generaciones y de jugadores que llegaron a participar en el mundial de béisbol en Cabo Florida.

Está casado con la Profra. María Eugenia López Cobos, con quien tiene 4 hijos: Edna Margarita, María Eugenia, Ricardo y Adrián.

Desde niño lo apodaban “el Botas”, pero cuando platiqué con él me dijo, en forma de broma, que ahora lo conocen como lo que queda del botas.

Es un hombre que conoce el valor de la solidaridad. Ejemplo de esto es la cocina para sus estudiantes de la secundaria #3 que pudo establecer con ayuda de amigos, debido a que veía a sus alumnos muy flacos.

Persona de mucha paciencia, con gran memoria, de plática amena, cuya imagen en realidad representa una edad mucho menor de la que tiene.

Después de 28 años dedicado al béisbol estudiantil y universitario se alejó de los diamantes, sin dejar de ser un gran aficionado al llamado rey de los deportes.

Un hombre que tiene al béisbol cual si fuera una religión, pues tuvo la oportunidad de estudiar y titularse como catedrático de ciencias sociales y después pudo su esposa obtener el titulo de Licenciada en Ciencias Sociales con especialidad en historia, gracias al sueldo que ganaba como entrenador del Ateneo.

Definitivamente don Ricardo Herrera, “el Botas”, su trayectoria deportiva dentro del béisbol, su participación en la formación de jóvenes estudiantes, así como su vida, familia y valores son algo muy de Saltillo y que vale la pena presumir.

 

 

 

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El Heraldo de Saltillo
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El periódico con mayor tradición en Saltillo.