Como si no tuviésemos suficiente con el populismo izquierdista del presidente Andrés Manuel López Obrador, asoma la cabeza el populismo derechista del futuro gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda (SGS). El hartazgo de la población mexicana se refleja claramente en el ascenso de populistas en el norte y sur del país, aunque las diferencias entre ambas regiones se reflejan igualmente en la disimilitud de personalidades de sus políticos.
Aunque ambos populistas, AMLO y SGS tienen significativas desemejanzas. El primero llega a la presidencia de la República producto de una larga trayectoria social, mientras que el segundo llegará a la gubernatura de Nuevo León producto de una corta trayectoria política. AMLO recorre el país “a ras de tierra”, se codea con la gente y vive austeramente, mientras que el segundo poco recorrió su estado, no es cercano a la ciudadanía y lleva una vida de ostentación. El primero enaltece la escasez y hace suya la pobreza franciscana, mientras que el segundo exalta la abundancia y presume su vida materialista.
Samuel García no se parecerá mucho a AMLO debido a la diferencia de orígenes, pero sí detenta importantes afinidades con otro populista de derecha, uno que se encuentra cruzando la frontera norte mexicana: Donald J. Trump. Ambos políticos provienen de las regiones más adineradas de sus respectivos países, son acaudalados y poseen fortunas cuestionadas. Ambos han hecho uso de las redes sociales para darse a conocer y ampliar su base social, donde sandeces emocionales y pequeñeces intelectuales han sido la orden del día. Ambos tienen sus buenas dosis de insensibilidad social, siendo incapaces de expresar empatía humana y manifestando constantemente buenas dosis de misoginia. Ambos son cercanos a grupos empresariales y, aunque eso resulta válido, el caso de SGS es preocupante ya que él nació de ciertos empresarios nuevoleoneses, es producto de esos empresarios y les deberá mucho. Finalmente, la atracción que ambos exuden se debe en gran medida a la vida derrochadora que llevan, vida a la cual la clase media aspira.
De esperarse el ascenso de un político populista de derecha en el norte del país. La región norteña ha sido un bastión tradicional de la derecha política, observable en gobiernos provenientes del ala más derechista del Partido Revolucionario Institucional (PRI) o del partido tradicional de la derecha mexicana, el Partido Acción Nacional (PAN). Históricamente ha habido fuertes pulsiones regionalistas en los estados norteños que han revivido ante el exacerbado centralismo de AMLO, los recortes presupuestales a las entidades federativas y su enfoque en la región sur-sureste del país. Y aunque durante estas elecciones Morena ganó 12 de los 15 estados, entre ellos Baja California, Sonora y Sinaloa, también resulta cierto que, de los tres estados ganados por la oposición, dos se encuentra en el norte (Chihuahua y Nuevo León) y otro en el centro (Querétaro).
El ascenso de AMLO y Morena sucedió en un contexto de amplio descontento social con los partidos políticos tradicionales; la población le dio el beneficio de la duda a PRI y PAN, y ambos fracasaron en una medida importante. En Nuevo León ha sucedido exactamente lo mismo, donde PRI y PAN se alternaron el poder por años, dejando mucho qué desear. Llegó El Bronco. Ahora llegó Samuel García. Y aunque la población mexicana parece haberle dado, de nuevo, el beneficio de la duda a AMLO y Morena, sus políticas públicas solo incrementarán el nivel de descomposición política, económica y social en el país. En el norte se agitan las aguas. ¿Qué vendrá después?
www.plaza-civica.com @FernandoNGE
Autor
- Licenciado en derecho por la Universidad Iberoamericana (UIA). Maestro en estudios internacionales, y en administración pública y política pública, por el Tecnológico de Monterrey (ITESM). Ha publicado diversos artículos en Reforma y La Crónica de Hoy, y actualmente escribe una columna semanal en los principales diarios de distintos estados del país. Su trayectoria profesional se ha centrado en campañas políticas. Amante de la historia y fiel creyente en el debate público.
Otros artículos del mismo autor
- OPINIÓN26 noviembre, 2024PLAZA CÍVICA
- OPINIÓN19 noviembre, 2024PLAZA CÍVICA
- OPINIÓN12 noviembre, 2024PLAZA CÍVICA
- OPINIÓN5 noviembre, 2024PLAZA CÍVICA