Implementación de un nuevo sistema de votos

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Por Antonio Helamán Martínez Gómez y Elsa Edith Rivera Rosales de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la Universidad Autónoma de Coahuila

  

El problema con el sistema de votos actual

El sufragio como actividad para muchos entre los entendidos supone la máxima expresión de poder ciudadano. En el protocolo en el que se celebra dicho acto conocido como proceso electoral, se dirimen varias cuestiones, tales como la responsabilidad, la gobernabilidad, la organización y orden políticos; y en esencia las cualidades típicas del Estado y sus aplicaciones concisas.

Es de suma importancia rememorar el origen de dicho protocolo. Éste viene impulsado de fuertes ideales democráticos que incluían una serie de promesas que han demostrado tener varias fallas y decepciones en el transcurso de la historia de la humanidad y de cómo han se han formado y desarrollado una gran cantidad de democracias.

Una de las fallas más penosas que presenta el sistema de votos centralizado es la aberración corrupta y sumamente antipatriótica del fraude electoral. Mucho más común de lo que de manera preocupante es evidente, el fraude electoral y la corrupción son plagas que se encuentran intrínsecamente acuñadas en la historia de México y sus diversos sistemas de gobierno. Al final y al cabo, vivimos en una sociedad profundamente acuñada al ideológico de la centralización y de la normativa piramidal.

Muchos regentes han buscado entre los recovecos en los que la ciudadanía común es incauta para llevar a cabo dichos crímenes. El factor común del hombre es que al cederle algo de poder, éste lo aproveche de manera egoísta y no en bien de la comunidad. Tomemos en cuenta de que su tiempo en el poder es limitado, por lo que durante ese lapso de autoridad varios buscan acaparar para sí bienes materiales e influencia política, y buscan también una égida en asegurar que sus sucesores sean cómplices de sus fechorías. Estos crímenes de corrupción son de manera alarmante, muy comunes.

La causa principal de que se susciten dichos actos es la intervención de grupos de personas ajenas al Instituto Nacional Electoral, y tristemente de personas coludidas dentro de este organismo. Cuando la convergencia del poder ciudadano queda a merced de un colectivo de personas, éste queda vulnerado y muchas veces, hasta trivializado. Éstos mismos colectivos que pueden llegar a manipular a todos los implicados tanto voluntaria como involuntariamente para que no llegue a mayores. Los medios callan, y la población queda inconsciente de dichos delitos.

Es por eso que se propone en este estudio una renovación al sistema de votos tradicional, cuyos cambios principales se discutirán más adelante, pero incluyen: modalidad electrónica, descentralizado, y usando la tecnología blockchain.

Historia y antecedentes

Se conocen varias tácticas sucias para cometer fraude electoral, desde la coerción de ciudadanos para dirigir su voto hasta la descarada manipulación ilegal de urnas. La primera, que es la más común, afecta especialmente al sector más pobre de la población, y se lleva a cabo mediante el soborno y en casos puntuales, el chantaje. Se ha probado que recibir bienes a cambio del voto no reditúa en lo absoluto. El caso secundario, la manipulación de urnas, tiene lugar más frecuentemente en comunidades alejadas o fuera de la atención constante de entidades federales. Hay partidos que claro, no han desperdiciado estas oportunidades.

‘En nuestro país, las dos elecciones presidenciales contemporáneas más controvertidas han sido la de 1988 y la de 2006. Sobre la elección y la calidad de los resultados de 1988 destaca un trabajo publicado el año pasado en la American Polítical Science Review por el politólogo mexicano de la Universidad de Houston, Francisco Cantú. En este trabajo, se prueba la existencia de fraude electoral al momento de contar resultados en casillas y/o agregarlos en distritos.

La forma en que sustenta el argumento fue fotografiando las 53,249 actas de aquella elección para revisarlas mediante una técnica computarizada de clasificación visual conocida como redes neuronales convolucionales (CNN por sus siglas en inglés) que separó las actas con rasgos visibles de alteración de las que no los tenían.

La revisión arrojó una cuenta de 30 por ciento de actas alteradas, cerca de 16 mil, en que Salinas obtuvo un promedio de 66 por ciento de votación cuando el resultado oficial fue de 50.36 por ciento. En el Distrito Federal, las actas alteradas no sobrepasaron el 3 por ciento, pero en Tlaxcala llegaron al 66 por ciento del total.

Entre los estados con cifras más altas de alteración de actas figuraron Puebla, Veracruz, Tabasco, Yucatán o Zacatecas. Por su parte, entre las actas no alteradas, Salinas obtuvo una votación de 47 por ciento.

Finalmente, Cantú encontró que los dos factores asociados en mayor medida a la alteración de actas fueron, por un lado, la ausencia de representantes de la oposición en casillas y por el otro, y con mayor relevancia, que el gobernador del estado en cuestión, tuviera lazos de cercanía con el candidato del PRI.

En este trabajo, se prueba con suficiencia una modalidad de fraude, que los expertos en anomalías electorales llaman fraude al computar, pero no sólo no se descarta otro tipo de irregularidad en esta elección, sino que se abren líneas de averiguación que merecen un trabajo igual de rigurosos para calibrarse.

Sobre la elección de 2006, no existe un trabajo con los mismos niveles de sofisticación metodológica, pero editoriales comerciales han publicado libros con distintos niveles de rigurosidad metodológica y en muchos casos, claro compromiso partidista.’ (Texto tomado del artículo Irregularidades y fraudes electorales en México: evidencia para una discusión presentista de Nicolás Loza, Cuestione.com, febrero 14, 2020).

Blockchain, ¿qué tan buena solución es?

Antes de empezar a explicar como un sistema de votos electrónicos vía blockchain es factible, hay que definir algunos conceptos básicos, empezando desde qué es el blockchain en sí.

En pocas palabras, el blockchain (anglicismo para cadena de bloques) es un tipo de base de datos digital. Difiere de otros tipos de bases de datos principalmente en cómo almacena información, las cadenas de bloques almacenan datos en bloques que luego son encadenados entre sí. Mientras datos nuevos entren, son almacenados en un bloque nuevo. Una vez que éste se llena, es encadenado con el bloque anterior, lo que hace que los datos sean encadenados en orden cronológico.

Se pueden almacenar diferentes tipos de información en una cadena de bloques, pero el uso más común hasta ahora ha sido como un libro mayor para transacciones.

El blockchain ha sido el motor para las famosas criptomonedas, como Bitcoin, Ethereum, entre otras. En el caso de Bitcoin, blockchain se usa de manera descentralizada para que ninguna persona o grupo tenga el control, sino que todos los usuarios retienen el control colectivamente.

Las cadenas de bloques descentralizadas son inmutables, lo que significa que los datos ingresados son irreversibles. Para Bitcoin, esto significa que las transacciones se registran permanentemente y todos pueden verlas.

Sin embargo, con el paso del tiempo y especialmente en los últimos años, se han descubierto nuevas y más innovadoras aplicaciones para esta tecnología, además de las ya mencionadas criptomonedas. Una de ellas es el uso del blockchain para votar.

Algunos problemas con los sistemas de votación actuales que se solucionarían al implementar un sistema así serían: los protocolos falsos, las violaciones del carácter secreto del proceso, los errores de cálculo e incluso la lentitud en el conteo de votos son los principales inconvenientes de los actuales sistemas de votación, el potencial de soborno y corrupción, el alto gasto de los procesos electorales, falta de accesibilidad para algunos sectores, entre otros.

Con el blockchain, no hay puntos centrales para los ciberataques, y la información no se puede perder. Cada votante crearía claves públicas y privadas, y los datos se colocarán en bloques cifrados con marca de tiempo que no se podrían cambiar; es posible incluso que blockchain pueda devolver la confianza al sistema de votación en todo el mundo. La votación por blockchain es más conveniente y accesible para las personas que no pueden visitar un centro de votación (por ejemplo, personas con discapacidad o aquellas que viven en países donde las elecciones pueden ser eventos caracterizados por la violencia). Esto podría ayudar a aumentar el registro de votantes en muchos grupos demográficos.

No obstante, la calidad de un sistema así queda en función de la opinión del público con respecto a estas ideas.