En lo que más tarde sería este Barrio Mágico, hace 448 años colonizadores españoles encontraron un pequeño salto de agua que brotaba de entre las peñas de un cerro, de ahí el nombre de nuestra ciudad
Antes de las calles pavimentadas, la luz de las farolas que se enciende en automático cuando cae la noche y los cables que se intercalan entre postres para llevar servicios de internet o televisión por cable a los domicilios, en el barrio Ojo de Agua había huertas y criaderos de animales; así lo narra el periodista saltillense don Carlos Gaytán Dávila, quien nació ahí en 1942.
“Pasé, más o menos, 23 años de mi vida en el barrio hasta que me casé. Yo siempre he aseverado que era como un ranchito, no teníamos agua, drenaje ni pavimento, la única calle que tenía pavimento era la de Hidalgo pero era un pavimento empedrado”, narró para El Heraldo de Saltillo.
En aquel entonces, la gente se despertaba con el cantar de los gallos durante la madrugada; había que levantarse temprano para alcanzar las carretas que conducían comerciantes para vender principalmente materias primas y leña, recuerda el entrevistado.
“Se criaban gallinas, conejos, palomas en los corrales del barrio, había hasta cerdos para las fiestas especiales; mi abuelo tenía una vaca en el corral pero llegó la poliomielitis y El Barrio empezó a quitar todo ese tipo de animales porque creían que era lo que atraía ese virus. El barrio tenía varias huertas frutales, establos de vacas en la Plaza Félix U. Gómez llegaban las carretas cargadas de mercancía, de productos alimenticios y de leña para la cocción de los alimentos”, platicó.
EL NACIMIENTO DE SALTILLO
En lo que más tarde sería el barrio del Ojo de Agua, hace 448 años colonizadores españoles encontraron un pequeño salto de agua que brotaba de entre las peñas de un cerro, de ahí el nombre de Saltillo; de esa magnitud histórica es el sector que también alberga a la Parroquia del Santísimo Cristo del Ojo de Agua, uno de los inmuebles sacros más emblemáticos de la ciudad.
“Erroneamente creemos que el icono es la iglesia pero hay que acordarse que el ojito de agua nació cientos de miles de años atrás, cuando llegaron los colonizadores ya existía, de ahí nace el nombre de la ciudad porque era un pequeño salto de agua”, expresó.
“Lo primero que encontraron los colonizadores fue el agua, pensaban que era una mina de oro la que tanto cuidaban los aborígenes pero descubrieron que era un manantial de agua que todavía persiste y que le da agua potable al 25 por ciento de la ciudad”, remarcó.
LLEGA LA MODERNIDAD
De acuerdo con Gaytán Dávila, fue el ex alcalde de Saltillo, don Roberto Orozco Melo (+) quien, durante su administración municipal entre 1964 y 1966, impulsó la llegada de servicios como agua potable, electricidad y pavimentación en el barrio.
“Fue en la época del alcalde Roberto Orozco Melo cuando el barrio empieza a florecer, empieza la pavimentación, empieza el drenaje, etcétera; ya había inicios de este servicio pero fue el que le dio el toque al actual barrio, así como está ahora. Antes de eso era como un ranchito a cuatro cuadras de la ciudad”, dijo sobre el también fundador de El Heraldo de Saltillo.
Al ser un sector relativamente pequeño, era común el saludo diario entre las personas, todos se conocían y se identificaban como colonos del barrio Ojo de Agua y, en palabras del entrevistado, aunque ya haya cambiado mucho con la urbanidad, aún conserva ecos de su pasado entre fachadas de casonas y descendientes de quienes lo habitaron por primera vez.
“Eran pocas calles, si tú las cuentas de Praxedis de la Peña hacia los límites de la colonia Bellavista y Pedro Aranda, en ese cuadro, y luego hacia Hidalgo y parte de la calle de Mina, en la parte sur de la plaza Félix U. Gómez, ese cuadrado, incluyendo Escobedo, la calle de la Unión, conformaba el barrio», mencionó.
SU GENTE
Hace un año, el párroco del templo del Santísimo Cristo del Ojo de Agua, padre José Ignacio Flores, le entregó a don Carlos, en nombre de los habitantes del Barrio Mágico del Ojo de Agua, denominación que obtuvo en 2024 por parte de la Secretaría de Turismo a nivel federal, un reconocimiento como “hijo predilecto del barrio del Ojo de Agua”.
El saltillense recordó también a otros personajes que, de alguna u otra manera, dejaron huella en el Ojo de Agua, ya sea por su labor social o su actividad destacada, incluso internacionalmente, en el ámbito deportivo.
“El primer reconocimiento que en vida he recibido yo como ojodeaguense ha sido ese, me lo dio el padre y dice que soy hijo predilecto del Ojo de Agua. El barrio está lleno de gente muy valiosa, tuvimos un líder natural en Perfecto Delgado Carreón, que era un líder defensor de los intereses del barrio y Francisco Gámez Cardona ‘Pancho La Gallina’, fundador de la Danza Tlaxcalteca del Ojo de Agua”, señaló.
“Tuvimos deportistas como Otilio ‘El Zurdo’ Galván, campeón internacional de boxeo de Norteamérica, equivalente a cualquier campeonato del mundo ahora. María Herrera, líder social, muy moderna, muy nuestra, también era del Ojo de Agua”, finalizó. (OMAR SOTO)




