Escaramuza Internacional de Saltillo: las amazonas con legado y tradición 

Fundado en 1974, este grupo formado por mujeres saltillenses mantiene viva la práctica del deporte mexicano por excelencia 

En la década de 1950, con el aval de la Asociación Nacional de Charros, las mujeres comenzaron a participar en la charrería, por lo que, poco a poco, como si se tratara de amazonas a la espera de aventuras, comenzaron a surgir grupos de escaramuzas en México, siendo la Escaramuza Internacional de Saltillo uno de los más longevos al estar vigentes desde hace cinco décadas.

Motivada por hacer crecer la práctica de este deporte de legado y tradición mexicana, Gloria García de González asumió la misión de crear un conjunto de escaramuza en la capital de Coahuila, siendo la señora Liliana Salinas Valdés una de sus primeras, y aún activas, integrantes.

“Comencé muy niña, vengo de una familia charra por la parte materna, mi abuelo y una tía siempre en eventos charros; es más, me visitaron por primera vez de adelita para la boda de mi tía, la hermana de mi mamá. Se hicieron varios intentos de conformar la escaramuza pero realmente nunca se concretó, fue realmente hasta 1974, con la llegada de Gloria García de González, que llega aquí a Saltillo y como su esposo Macario era muy charro y muy dedicado, dijo ‘yo necesito participar junto con él’, entonces se acerca a los que estábamos familiarizados con la familia charra y a mí me invitan, los caballos siempre han sido una pasión para mí”, compartió la experimentada escaramuza con El Heraldo de Saltillo.

Liliana Salinas Valdés afirma que dominar las suertes que consisten en giros a caballo y formaciones a gran velocidad hasta crear un binomio con el equino que, como ella misma menciona, se vuelve un amigo fiel y compañero inseparable, no es tarea fácil pero, cuando se tiene pasión, no hay imposibles.

“Es una pasión que se lleva en el corazón, además de que conjunta toda la identidad mexicana, todo lo que nos representa y eso nos hace sentir muy orgullosos de nuestras tradiciones. A final de cuentas debes tener esa empatía con tu caballo, haces un binomio en el que te entiendes ya con él, hay caballos muy difíciles con los que charros no han podido y la escaramuza podemos. Es esta adrenalina que se siente, la pasión que no se quita, el amor por lo muy nuestro y por nuestro caballo.”, dijo al recordar que la primera competencia oficial de las Escaramuzas fue en 1975, dentro del Primer Congreso Charro de Tepic, Nayarit.

“Es como un baile de ocho y si una o dos no pueden o faltan, no podemos realizar las suertes, además de que, para nuestras calificaciones, tenemos un reglamento muy estricto que tenemos que ser ocho, sí tiene que ser el número mínimo sino vamos teniendo puntos negativos a lo largo de los ejercicios”, agregó.

NUEVA SANGRE

La pasión por la charrería en Saltillo se hereda, así lo considera Isabela Orozco Villar, quien, a sus 14 años, es una de las integrantes más jóvenes de la Escaramuza Internacional de Saltillo y su fascinación por los caballos, los trajes de adelita y poder presentarse en los lienzos charros, la lleva en la sangre desde que era pequeña; dedica de dos a cuatro horas diarias a esta práctica.

“Llevo en esto desde chiquita, gracias a mis papás que siempre me han impulsado a seguir con esta tradición familiar que tenemos; estar en esta Escaramuza está super padre y es un honor muy grande porque lleva muchos años de trayectoria y muchos años de historia y que estén invitando a las nuevas generaciones a participar es algo muy padre porque así podemos seguir por muchos más años», señaló.

De corazón joven pero con amplia experiencia, Isabela considera que pertenecer a la Escaramuza Internacional es uno de los máximos honores de su vida y desea, con su ejemplo, motivar a más niñas, adolescentes y jóvenes a atreverse a tomar el estandarte de la charrería femenil, ensillar un caballo y continuar con este legado de raíces saltillenses.

“Mi primera presentación fue cuando tenía entre dos y cuatro años, es una emoción muy padre, una adrenalina y un sentimiento que no se te olvida. Me siento super honrada y feliz de seguir con esta tradición mexicana, con este deporte, nuestro deporte mexicano. Si seguimos haciendo esto, pienso que mucha gente se va a sentir motivada y va a sentir ganas de entrar; ya con mucho entrenamiento, nos sentimos muy seguras pero la adrenalina y todo el sentimiento no se quita, estar escuchando la canción y estar montando, es indescriptible», externó.

TRIUNFOS Y MEMORIAS 

Yolanda Martínez Gómez es la presidenta de la Escaramuza, cuyas integrantes, a lo largo de 50 años, han demostrado su destreza incluso en recintos internacionales de naciones como Italia y España; «siempre hemos cuidado el nivel deportivo», subraya.

“Muy contentas porque refleja todo el trabajo, toda la amistad, toda la familia que tenemos dentro de la churrería y, a nivel deportivo, hemos tenido muchos resultados favorables, siempre hemos tenido muy buenas puntuaciones y cada año hemos acudido a todos los nacionales, siempre hemos cuidado el nivel deportivo, así como hemos cuidado el ser escuela para otras escaramuzas, de aquí han salido muchas jovencitas y se han formado muchos otros grupos”

Entre los triunfos más destacados que coronan el esfuerzo y dedicación de las saltillenses se encuentran su primer lugar nacional en San Juan del Río, en Querétaro, en el año de 1982, y el segundo lugar en Zacatecas, en 1995. Gracias a su renombre, no es raro ver que, donde se presenta, la Escaramuza Internacional de Saltillo convoca a un buen número de personas que desean verlas en acción sobre sus caballos.

“El respeto, la comunicación y la pasión por la charrería han sido bases muy sólidas, sobre todo el respeto al trabajo en equipo, eso más la suma de la pasión por este deporte es lo que nos ha hecho permanecer aquí. De hecho, mucho tiempo, por ejemplo en los nacionales, había esa popularidad de varios equipos charros que eran muy constantes, como Charros de Jalisco, que siempre ganaban y por mucho tiempo, la Escaramuza Charra de Saltillo era de mucho renombre, era una escaramuza taquillera, que llenaba el lienzo». (OMAR SOTO)