
California, Estados Unidos.- La exposición a una bacteria en la infancia, llamada colibactina, podría ser el desencadenante de los casos de cáncer colorrectal en los adultos menores de 50 años, cuya incidencia en este sector poblacional se ha duplicado en la última década en varios países del mundo. Así lo sostiene una investigación internacional liderada por la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) y que ha sido publicada en la revista ‘Nature’.
La toxina producida por algunas cepas de la bacteria Escherichia coli (que forma parte de la microbiota del tracto gastrointestinal) se ha observado que es capaz de alterar el ADN de las células. La exposición a la colibactina en la niñez puede dejar una impronta genética propia en el ADN de las células del colon.
Los resultados muestran que la colibactina deja tras de sí patrones específicos de mutaciones del ADN que eran 3.3 veces más frecuentes en los casos de aparición temprana.
“Estos patrones de mutación son una especie de registro histórico en el genoma, y apuntan a la exposición a la colibactina en los primeros años de vida como fuerza impulsora de la enfermedad de aparición precoz”, explicó Ludmil Alexandrov, profesor de la Universidad de California en San Diego y autor principal del estudio.
En este sentido, indicó que, si alguien adquiere una de estas mutaciones impulsoras a los 10 años, podría adelantarse décadas en el desarrollo del cáncer colorrectal, contrayéndolo a los 40 años en lugar de a los 60, si bien señaló que es menester seguir investigando para establecer la causalidad.
“Esto cambia nuestra forma de pensar sobre el cáncer. Puede que no se trate solo de lo que ocurre en la edad adulta, sino que el cáncer podría estar influido por acontecimientos ocurridos en los primeros años de vida, quizá incluso en los primeros años”, continuó Alexandrov. “La inversión sostenida en este tipo de investigación será fundamental en el esfuerzo mundial por prevenir y tratar el cáncer antes de que sea demasiado tarde”, concluyó. (EL HERALDO)
https://www.nature.com/articles/s41586-025-09025-8


