Desde festival en Saltillo, crean conciencia sobre la defensa de la mujer y la vida

El padre Vicente Eliamar Vega Carrales, responsable de la Pastoral de la Vida en la Diócesis de Saltillo, remarcó que este tipo de ejercicios ayudan a generar conciencia sobre la importancia de luchar socialmente contra la práctica del aborto como método para interrumpir vidas 

Haciendo eco del llamado de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), conformada por obispos del país, este sábado, en la Plaza de la Nueva Tlaxcala de Saltillo, se llevó a cabo un Festival a Favor de la Mujer y de la Vida, para crear conciencia sobre la importancia de erradicar cualquier acto de violencia contra las mujeres y defender la vida humana en todas sus etapas.

Con música y baile a cargo de agrupaciones como la Rondalla de Saltillo, Rondalla Femenil de Saltillo, Grupo Dezatados y Rumba Estudio de Danza, el evento reunió a familias saltillenses y ciudadanos en un ambiente ameno. Se contó también con stands informativos sobre salud en el embarazo y su proceso, así como la presencia de organizaciones contra el aborto como 40 Días por la Vida.

El padre Vicente Eliamar Vega Carrales, responsable de la Pastoral de la Vida en la Diócesis de Saltillo, remarcó que este tipo de ejercicios ayudan, desde su concepto, a generar conciencia sobre la importancia de luchar socialmente contra la práctica del aborto como método para interrumpir vidas

«En la Diócesis de Saltillo decidimos, al igual que el año pasado, hacer un festival artístico con el que, desde el arte, la alegría y la celebración, recordemos a los presentes, todas las personas que llegan, el valor y la defensa que hemos de hacer de la mujer, de la vida desde su inicio hasta su fin natural», comentó para El Heraldo de Saltillo.

«El aborto siempre es una visión progresiva hasta la mayor crueldad posible, es el lugar en el que nos encontramos. Ante tantos signos de muerte hay que rescatar los signos de vida, definitivamente, porque México tiene profundas raíces cristianas, valores morales y espirituales arraigados en la familia, que es a donde debemos dirigirlos para custodiar estos valores». (OMAR SOTO)