La regresión educativa
En la presentación del libro ‘La regresión educativa. La hostilidad de la 4T contra la ilustración’, Gilberto Guevara Niebla, subsecretario de Educación de diciembre de 2018 a julio de 2019, narra los motivos que le llevaron a dejar esa posición, y su visión de por qué considera que el presidente Andrés Manuel López Obrador ‘volvió la espalda a la educación’.
Al llegar a la SEP –cuenta-, se sorprendió el advertir signos en sentido contrario al proyecto inicial de que gobernaría para acabar con la pobreza y construir una sociedad justa y democrática. ‘El motor principal para lograr ese gran cambio, en mi opinión, es la educación’.
Detalla que no se puede concebir una verdadera transformación del país si no se piensa, antes que nada, en formar nuevas generaciones de mexicanos: ciudadanos autónomos, libres, respetuosos de la ley y el orden, capaces de pensar y decidir por sí mismos, informados y dotados de habilidades para luchar por la justicia y defender la democracia.
En una de las primeras reuniones de trabajo en que le tocó participar –narra-, se presentó un subsecretario de Hacienda quien, ‘sin argumento alguno, con voz de mando militar, exigió que suprimiéramos 50% de los programas de la SEP. No hubo argumento alguno, era una orden presidencial y nadie se atrevió a contradecirla. Se requerían recursos para financiar los programas prioritarios del Ejecutivo. Esa era la nueva lógica gubernamental’.
De acuerdo con Guevara Niebla, el actual gobierno eliminó la Reforma Educativa de 2013, pero no produjo, como se esperaba, un nuevo proyecto para mejorar la educación nacional, y sostiene que López Obrador le dio la espalda a la educación persiguiendo un objetivo político, en el sentido político, mezquino, del término. Siguió, explica, criterios políticos para integrar el equipo de la SEP, en aquel momento encabezada por Esteban Moctezuma.
Menciona en diferentes partes de su presentación, que ‘AMLO está peleado con la modernidad, y ese prejuicio marca la pauta de su conducta ante el mundo educativo’; y, en otra parte, que ‘ha exprimido el presupuesto educativo para financiar sus programas clientelistas sin importarle que eso conlleve al abandono de los programas dirigidos a mejorar la preparación de los docentes y la supresión de programas de enorme valor como las Escuelas de Tiempo Completo, Atención a la Diversidad de la Población Indígena y el Programa Nacional de Convivencia Escolar’.
Gilberto Guevara escribe en el libro que coordina con la presentación de 14 ensayos sobre el tema y que se publicó en el 2021, que ‘el presidente no está reformando el poder público para edificar un Estado de bienestar, su única obsesión es acumular poder en su persona, en su espíritu no cabe el valor de la generosidad que le obligaría a preocuparse por fortalecer al sector educativo, en el que el pueblo pobre de México deposita sus anhelos de superación’.
Con esos antecedentes y guías que nos ofrece Guevara Niebla -y un puñado de especialistas en diferentes rubros de la educación- quizá es posible entender todo lo que se ha venido presentando en rededor de los libros de texto gratuito tan controversiales, más allá de los errores que presentan –sí, pero los de antes traían más errores, argumentó como defensa de los libros, Max Arriaga, su principal creador-, sino una serie de contenidos ideológicos y políticos que no tendrían por qué ir dirigidos a los niños de esa edad, y menos en sustitución de materiales elementales como las matemáticas, las ciencias, el idioma, entre otros.
Si la integración del equipo de la SEP se dio más con criterios políticos, y se dio un brutal recorte en el presupuesto para la educación y los programas prioritarios, para destinarlo a los programas clientelares del presidente, se entiende –que no se justifica- que haya extranjeros que estuvieron al servicio del chavismo venezolano, y que al producto final haya sido tan desastroso como el que se ha presentado.
Pero además –y sobre este tema prometo abordarlo en una siguiente entrega- la reorientación de los recursos educativos a otros rubros como las becas, es un ‘cuete’ que está a punto de tronar. Gobiernos estatales de extracción morenista, han tenido que venir cubriendo esos gastos porque el presupuesto federal empieza a ser rebasado en ese como en otros rubros, como el de las pensiones asistenciales que igualmente están a punto de explotar, si no en esta administración, será una terrible herencia para el gobierno entrante del partido o color que sea.
Estos rubros, como la economía mexicana a finales de 1994, están sostenidos por alfileres, y ya ve como nos fue con aquel devastador ‘error de diciembre’, que tanto nos costó a los mexicanos y que hoy en día hay quienes siguen pagando consecuencias, ‘polvos de aquellos lodos’
@JulianParraIba
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