No se va, No se va
En estos últimos días sociedad en general, políticos, autoridades electorales, manifestaron su rechazo a la reforma electoral propuesta por el presidente Andrés Manuel, a lo cual él respondió y adelanto que tiene un “plan B” en el que es posible que envié una ley o reforma a la Ley Electoral sin violar la Constitución para que se elijan a consejeros del INE y magistrados del Tribunal Electoral, y que no haya plurinominales.
Parte importante de la propuesta de reforma electoral está dirigida a la administración del organismo electoral que va desde sustituir al actual Instituto Nacional Electoral (INE) por otra instancia que se llamaría Instituto Nacional de Elecciones y Consulta (INEC). La pretendida reforma también busca desaparecer los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE) e incluso los tribunales electorales locales, la nueva institución electoral tendría a su cargo los procesos electorales tanto federales como locales.
La última reforma constitucional en materia electoral fue la del 2014 y en ella se creó al INE. Desde su existencia, se han organizado 322 elecciones, incluyendo los dos más recientes ejercicios de participación ciudadana (consulta popular y revocación de mandato).
¿Es necesaria una reforma electoral en México?
La transición a un México democrático con independencia de poderes, nos ha costado bastante y nos sigue costando, el transitar hacia un sistema electoral que garantice total legalidad en la organización de las elecciones, ha sido uno de los retos más complicados a los cuales nos hemos enfrentado en la historia moderna del país.
A lo largo de nuestra historia, hemos conseguido grandes logros, uno de ellos es la creación de una Institución autónoma encargada de organizar las elecciones electorales de México, recordemos que antes el gobierno organizaba las elecciones, a través de la Comisión Federal Electoral, encabezada por la Secretaría de Gobernación.
El sistema electoral en México es perfectible, aún falta mucho por mejorar en temas de paridad, fiscalización, para hacer más eficaz nuestro sistema electoral, no es necesario realizar cambios radicales en las instituciones que garantizan certeza a nuestra democracia, sino en las reglas propias del juego.
Nuestro órgano electoral no se va, no se irá y no tiene por qué irse, si es necesario hacer algunos cambios, pero cualquier cambio que se vaya a realizar debe ir acompañado de un análisis y que tenga por objetivo seguir mejorando la vida democrática y electoral del país.
Facebook: Jordi Alan Saucedo de la Peña
Twitter: Jordi_Saucedo
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