UNA COLORADA  

LILIA CISNEROS LUJÁN

Sálvanos

Las ramas de diversos árboles, han sido utilizadas a lo largo de la historia como alegoría de victorias, bondad y reconocimiento. Dependiendo del entorno cultural y geográfico, las palmas – el olivo, por ejemplo- eran este tipo de símbolos y se usaban para expresar gusto, una bienvenida, el reconocimiento, no solo agitándolas, sino poniéndolas en el suelo como si se tratara de una alfombra, por la cual el festejado solía caminar. El día de ayer se celebró en el mundo –sobre todo el cristiano- la entrada de Jesús de Nazaret hijo de un carpintero descendiente del rey David, a Jerusalén. Con pequeñas variables dependiendo de las denominaciones –ortodoxa, católica o reformada- el domingo de ramos, nos permite solazarnos con niños desfilando al interior del templo enarbolando sus palmas, a los adultos recibiendo esta planta que sujetan durante la misa o servicio y luego llevan a su casa, en algunos casos regados con agua bendita y hasta consagraciones que deberán hacernos la vida más soportable aun cuando en derredor haya guerra, persecución y confusión de tipo social o político.

Monedas antiguas dan testimonio de la importancia de las palmas; y textos del antiguo testamento nos relatan cómo algunos líderes –Salomón como rey de Israel- hizo pintar o sembrar palmas en las paredes del templo. Recuerdo tiempos en que las palmas eran obsequiadas a la entrada de las iglesias. Hoy por la magia de la inflación, se venden a precios muy superiores, a los de otros días. Sin embargo, al igual que el nuevo testamento señala, en este siglo se realizan mítines parecidos a los descritos en el nuevo testamento acerca de los que vieron pasar a Jesús entrando en el lomo de un borrico, gritando con entusiasmo: Hosanna, súplica que significa “Sálvanos” dirigida a Dios. En el 2022 muchas personas desean ser salvados del desempleo, la pobreza, la enfermedad y toda una serie de infortunios, que alguien – ¡y quien mejor que Dios! – debiera propiciarlo.

El Domingo de Ramos[1], contiene en sí mismo una serie de referencias históricas amén de costumbres como el preparar las palmas haciendo ramos en forma de cruz para usarlos en la procesión del domingo, que supone el fin de la cuaresma –sobre todo en las iglesias católicas vestidas de colores poco festivos y a veces cumpliendo costumbres como el no comer carne los viernes que ahora se han convertido en dietas veganas- y el inicio de la llamada semana Santa.       La cuaresma de este 2022, fue de verdad llena de incertidumbre, entre personas de tierras lejanas, que se insultan, se agreden -se señalan muchas veces con falsedades- y por supuesto con carencia de amor. ¿Podrán recordar que ayer domingo era día de celebración del triunfo de quien vino a salvarnos de males mayores y eternos? Unos y otros de los poderosos, se atacaron, defendieron sus posturas y sus intereses económicos, olvidando hipócritamente lo que cada cual hizo en el pasado reciente para llegar a este punto de división y odio ¿Así fue lo ocurrido cuando los fariseos y poderosos de la iglesia de entonces, buscaban la manera de atacarle y sacarlo del panorama que ellos solo vislumbraban como político? No es fácil describir en solo dos cuartillas si su actitud del lunes atacando a los comerciantes del templo fue o no imprudente.

Lo que hoy inicia como semana Santa, trae de suyo una serie de conductas humanas que no han cambiado mucho desde que se estableció que el Cristo no venía a quitarles el poder, ni a competir con ellos ¡mucho menos juzgarles! o cambiar un destino que les permitiera eternizarse en la postura que entonces detentaban. Como suele ocurrir de entre el equipo de poderosos, hubo quienes sin recato manipularon al pueblo de entonces, para dejar de lado el apoyo dado en domingo de palmas, para ir a gritar “Crucifícalo”, lo cual nos enseña que acarreados los ha habido siempre, como también los que evitan o tuercen el sentido de la ley buscando la impunidad como camino de mantenerse con los privilegios materiales que han logrado.

Por supuesto había ignorantes con poder, mediocres, traidores e hipócritas. A estos la única forma de lograr su propósito de hacer a un lado al hijo de Dios -que llegó como rey de paz- fue sacrificándolo. ¿Sabían que su llegada a este mundo había sido profetizada[2]? ¿Tenían información de que El no vino a sanar, ni enseñar, ni predicar como lo hizo; sino a morir para pagar las deudas de cada uno de los que le han aceptado a lo largo de sus vidas como su salvador? Dicho de otra manera, ni matándolo, ni enredando a los forasteros –en este caso romanos- que entonces les sometían pudieron evitar que lo dispuesto más allá de su medianía se cumpliera.

Tal como he visto en las últimas semanas, los extranjeros a los que luego se culpó de su crucifixión, estaban sorprendidos, confusos –como muchos de los que hoy no entienden porque la anomalía de una consulta de revocación en México en vez de atender a niños con cáncer o mujeres sin empleo o guarderías- e igual que ahora y como en otros momentos de nuestra historia, creyeron que el triunfo estaba asegurado. El propio Saulo de Tarso, que dé inicio fue parte de esta dolorosa situación, con el tiempo, la reflexión y el amor divino vino a convertirse en el apóstol de los gentiles. No es deseable que siga muriendo y siendo humillada más gente por el solo pecado de expresar su punto de vista y su convicción. Paradójicamente muchas veces han peleado –católicos contra protestantes quizá porque no acabaron de entender o asumir que por igual son cristianos. Si logramos poner por encima de las diferencias los aspectos fundamentales de lo que somos llegaremos a salvarnos. ¡Hosanna!

Autor

El Heraldo de Saltillo
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