COMO DECÍA MI ABUELA

“No porque uno salga chueco … 

Si algo extraño de la convivencia con mi abuela, es la cena de Navidad. Me gustaba mucho vivir el proceso en la cocina. Sé que tuve el privilegio de vivir una infancia feliz rodeada del amor de mi familia y el calor de una abuela que nos entregaba lo mejor de sí y de su fe. Antes de rezar El Rosario, se hacían tamales, albóndigas y pierna al horno. Las guarniciones podían ser espagueti, puré, rajas poblanas; y los postres ensalada de manzana, pay de limón o buñuelos. Pero de tanto trajinar por la cocina, a veces algo no quedaba en su punto, se recocía, o se quemaba. Lejos de enfadarse mi abuela decía con aceptación “No porque uno salga chueco, todos están torcidos”.

Si bien, la época navideña suele verse como un momento para disfrutar y compartir con la familia, la verdad es que no es así para todas las personas. De acuerdo con el reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), la violencia familiar creció en 15.5 % de enero a noviembre de 2021 respecto al mismo periodo del año pasado. El total acumulado es de 233 mil 978 reportes por violencia familiar. Sin embargo, recordemos que esas cifras solo reflejan una parte del conflicto, pues al ejercerse al interior del hogar, sin denuncia de por medio, es difícil estimar con exactitud la magnitud de este problema.

El delito de violación, también tuvo un incremento de 20.8 % en 2021 respecto a los dos años anteriores, siendo el gobierno de López Obrador el que reporta las cifras más altas de este delito, acumulando 19 mil 484 denuncias de enero a noviembre de este año.

Así mismo, durante la actual administración, el feminicidio ha rebasado los 900 por año. Tan solo en 2021 se han cometido 922 feminicidios. Como lo menciona Patricia Olamendi en su libro Feminicidio en México, este delito se puede evitar cuando funcionarios, legisladores y autoridades entiendan que “una correcta actuación puede salvar una vida”.

Muy a pesar de que AMLO se autoproclama a sí mismo y a su gobierno como el más feminista que ha tenido este país, es el pan de cada día ver a sus propios órganos gubernamentales aportándonos “otros datos”. Así, se hace evidente que al máximo mandatario del gobierno federal no le interesamos las mujeres ni somos su prioridad y cuando se nos menciona en sus mañaneras, es para señalar que somos violentas en las marchas o que somos auspiciadas por partidos políticos contrarios a MORENA.

La pandemia, que le vino como anillo al dedo al mandatario, le cayó de igual manera a la violencia machista y generó una acentuación e incremento de la desigualdad que vivimos las mujeres, la cual se ha normalizado a tal grado, que se le intenta ridiculizar llamándole “de cristal” a toda una generación cuando señala las conductas que, de manera sistemática, se encaminan a generar una relación de superioridad de un sexo, en este caso, los hombres sobre las mujeres.

Pero como decía mi abuela, “no porque uno salga chueco, todos están torcidos”, pues cada vez más mujeres alzamos la voz, nos organizamos de diferentes maneras para exigir que se respeten nuestros derechos y que se garantice para todas, el acceso a una vida libre de violencia. El trabajo en conjunto de colectivas feministas con órganos de gobierno a nivel Estatal y Municipal en todo el país ha derivado en acciones concretas para garantizar la maternidad libre y deseada, medios de transporte seguros y libres de acoso, y condenas más severas para violadores y feminicidas, por mencionar algunas.

Espero que, en esta cena de Navidad reflexionemos que una vida plena para las mujeres, implica una vida plena para toda la sociedad. Ser violento en nuestros días, no es una casualidad u obra del destino, es una elección que se realiza de manera consciente. Negar que existe la violencia en contra de las mujeres o hacerse pasar por aliado sin serlo, es igual de violento que cualquiera de las manifestaciones de la violencia contra la mujer. Urge un cambio de mentalidad y perspectiva feminista en nuestro día a día, desde todas las esferas del poder y dentro de la sociedad.

Autor

El Heraldo de Saltillo
El Heraldo de Saltillo