Ahora que el presidente Andrés Manuel López ha mostrado interés en el tema de seguridad pública con un plan para reforzar las acciones encaminadas a devolver la paz y la tranquilidad en estados y municipios con grandes índices delictivos, me referiré a Coahuila, que, por haber logrado reducir y mantener muy bajos esos indicadores, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, a nivel federal, la posiciona entre las primeras entidades que destacan en materia de seguridad.
Del modelo Coahuila queda claro que los gobernadores deben tener la voluntad política y la determinación para combatir la inseguridad, ya que de otra forma los municipios no podrán hacerlo solos.
Es decir, se trata de un reto que debe enfrentarse de manera coordinada y, a su vez, tener claro que para entender al crimen y su lógica se requiere cercanía con la población y compromiso para generar acciones de gobierno.
En este afán, es fundamental realizar un análisis por cada municipio con el fin de identificar las particularidades sociales, económicas, culturales y geográficas, y la forma como influyen en la manera en que se manifiesta la inseguridad. Esto con el fin de establecer la estrategia adecuada para atacar las causas socioeconómicas y culturales del delito.
También es necesario entender la geografía del delito y además fortalecer la capacidad municipal en materia de seguridad. Lo que significa que no solo se tiene que invertir en proyectos de seguridad, sino en un plan que implique fortalecimiento de la estructura educativa, más escuelas y de fácil acceso en todos los niveles educativos, para lograr una mayor cobertura.
Invertir además en proyectos de infraestructura, es decir, que el gasto público se oriente hacia la inversión productiva en capital físico, tecnológico, cultural y humano. Esto como parte del fortalecimiento del tejido industrial y empresarial que se requiere para fomentar la generación de fuentes de empleo, acompañada de una agresiva política de fomento económico.
En el otro eje de la estrategia, es indispensable profesionalizar y depurar los cuerpos de seguridad pública. Para ello es necesario aplicar a todo el personal de seguridad exámenes de control y confianza y rechazar tajantemente a quien no los acredite.
Pero a su vez, establecer incentivos tales como incrementar y homologar los salarios de las policías, así como impulsar que en los municipios se les otorgue seguridad social a los elementos de las policías municipales. Además de impulsar la mejora de la policía municipal, a través de capacitación y entrenamiento cotidiano.
Por otro lado, cerrar la pinza de la estrategia impidiendo el financiamiento del crimen organizado. En el caso de Coahuila, por ejemplo, están prohibidos casinos, peleas de animales, venta de alcohol, tragamonedas en tiendas, table dance y giros negros, etcétera, que eran unas de sus fuentes. Para lograrlo ha sido necesario fortalecer el marco jurídico para tipificar como delitos, entre otros, la contratación de personas en las áreas de seguridad pública que no aprueben los exámenes de control de confianza; la operación de establecimientos como yonkes, casinos y table dance; narcomenudeo; la circulación de vehículos con placas sobrepuestas; las peleas entre animales; la prestación de servicios privados de seguridad sin permisos; la desaparición forzada de personas; la facilitación delictiva (halconeo); la utilización de insignias o vehículos oficiales con fines ilícitos; la venta de alcohol sin permiso y fuera de los horarios permitidos; además de tipificar el feminicidio y perseguirlo.
La semana pasada, el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís, al entregar el edificio de la Academia de Policía de la Capital del Estado, en el que se invirtieron más de 19.4 millones de pesos, señaló: «Esta academia se suma a la infraestructura que en materia de seguridad tiene el Estado. Su entrega tiene que ver con el proyecto de seguridad y con el modelo estatal, y tiene que ver con nuestra coordinación con el Ejército y la Guardia Nacional».
En su mensaje, Riquelme Solís destacó la importancia de seguir socializando la importancia que tiene la seguridad pública para las y los coahuilenses, y recalcó que hoy Coahuila está seguro porque se tiene una Policía profesional, de Reacción, Investigadora, que cada día da mejores resultados, así como una procuración de justicia que tiene los mejores indicadores.
Además, enfatizó: «El modelo de seguridad tiene que continuar porque es una fórmula que nos ha resultado a los coahuilenses. Es algo que se mide con indicadores, y Coahuila los ha mejorado a través de los años”.
La sociedad coahuilense y su gobierno demuestran en su estrategia de seguridad que para lograr un verdadero cambio es necesario el compromiso y participación de todos y que, si ésta se da permanentemente, es decir, en la cotidianidad y en cada uno de sus espacios, el problema de la seguridad pública tiene solución.
José Vega Bautista
@Pepevegasicilia
josevega@nuestrarevista.com.mx
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