Lo que comemos tiene efectos, para bien o para mal

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición reveló que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en mexicanos de 20 años y más, es de 72.5 por ciento

Ciudad de México.- De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren en el mundo 2.8 millones de personas por problemas asociados a sobrepeso u obesidad, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, apnea del sueño, fallos hepáticos, afecciones musculoesqueléticas, depresión y ansiedad, lo que implica un problema importante de salud y de altos costos de atención, expuso la académica de la Facultad de Psicología (FP), Cecilia Guadalupe Silva Gutiérrez.

La especialista alertó que la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición “mostró que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos mexicanos de 20 años y más es de 72.5 por ciento (75.6 mujeres y 69.4 por ciento hombres).

La OMS reporta que hace 50 años era mayor la cantidad de individuos con bajo peso que aquellos con obesidad; de 1975 a la fecha las personas con este padecimiento “se han triplicado en el mundo y, por tanto, se le cataloga como una pandemia no infecciosa” debido a que hoy consumimos una gran cantidad de alimentos ultra procesados cargados en sal, azucares y grasas, además del sedentarismo.

Comentó que el peso ideal no existe, depende de la constitución, altura, actividad, condición física, edad y sexo, no podemos generalizar uno, pero tampoco hay que tratar de encajar en algún modelo o figura; lo importante es que me sienta contenta con el cuerpo que tengo, tener peso saludable. “Es cierto que puede estar en nuestras manos afrontar mejor nuestras emociones, sentirnos mejor con nosotros mismos y cambiar de hábitos”.

Durante el conversatorio “Mejor no, porque engordo”, que formó parte de las actividades a distancia de la “Fiesta de las Ciencias y las Humanidades 2021”, la académica del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), Margarita Maass Moreno, aseguró:

Lo que comemos tiene efectos positivos o negativos en nuestro organismo; tiene que ver con la calidad de los alimentos y con la cantidad.

Cada vez hay más gente obesa y está relacionado con lo que ingerimos; además, es esencial entender que las enfermedades crónico-degenerativas, como la hipertensión arterial, son silenciosas, enfatizó la especialista.

Foto: Christopher Williams / Unsplash

“Es importante generar una cultura de salud y bienestar en los hogares, la salud tiene parámetros y elementos medibles, y el bienestar es una sensación”, acotó la experta.

Hablar de salud es más que la ausencia de padecimientos, tiene que ver con la mala información que existe en internet y en las redes sociales, por lo cual la población debe ser cuidadosa con suplementos y medicamentos para bajar de peso que se anuncian por estos medios, incluso con lo concerniente a la alimentación, alertó Maass Moreno.

A su vez, Andrea del Carmen Hernández López, licenciada en Nutrición y Bienestar Integral por el Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, refirió que para mantener un peso saludable no es necesario hacer dietas restrictivas, ya que esto disminuye nuestro metabolismo y, por lo tanto, gastamos menos cantidad de calorías.

La experta comentó que cada comida debe incluir los tres grupos principales de macronutrientes: proteínas, grasas y carbohidratos, nuestra principal fuente de energía, aun cuando son satanizados.

Precisó que no existen alimentos buenos o malos, sino porciones y hábitos alimenticios; lo único que no podemos consumir son aquellos que nos causan alergia o por alguna comorbilidad hay que restringirlos, pero ninguno debe prohibirse.

Hernández López expuso que la dieta keto es un plan alimenticio para el manejo terapéutico de niños con epilepsia, por ser baja en hidratos, moderada en proteínas y alta en grasas; mediante este plan alimenticio el organismo las metaboliza y se convierten en cuerpos cetónicos y de este modo se produce energía.

Sin embargo, tiene desventajas porque se somete al organismo a un reto metabólico, se genera un cambio en los macronutrientes y se ven afectados los contenidos de vitaminas, minerales y electrolitos que una dieta equilibrada proporciona; además, se presentan malestares gastrointestinales e irritabilidad, advirtió. (UNAM)

 

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Agencias