Ring go!
El restaurante Feligrés en Saltillo, se convirtió hace algunas noches en escenario de una gala pugilística, en la que contendieron el reconocido político Marco Flores y el empresario Héctor Morali.
Y es que mientras los comensales compartían el pan y la sal, de repente se escuchó un grito estentóreo en una de las mesas, mientras el ex poderoso secretario particular del ex gobernador Humberto Moreira Valdés, se levantaba aventando sillas.
Dando tumbos y de manera agresiva, Marco se abalanzó en contra del empresario sarapero, que felinamente logró esquivar el abrazo de oso, y los golpes, hasta ponerse a salvo en una mesa contigua.
Resulta que ambos estaban en la misma charla, pero según el político saltillense, Héctor comenzó a agredirlo verbalmente, por lo que decidió correrlo del lugar.
Sin embargo, Héctor Morali, aunque de menor peso y estatura se negó a retirarse, y continuó retando a Marquitos, hasta que meseros y gerente del Feligrés lo invitaron a salir, para evitar una pelea campal.
El nieto del ex gobernador Óscar Flores Tapia, fue “tranquilizado” por uno de los frecuentes clientes del lugar, especialista en artes marciales.
La verdad, es que la pelea se veía dispareja…
Duda razonable
El tema de importantes políticos involucrados en los viajes, a través de una línea aérea de Altos Hornos de México, tiene sus aristas.
Es verdad que el servicio aéreo prestado por AHMSA al ex gobernador Rubén Moreira Valdez, al ex mandatario sonorense Manlio Fabio Beltrones, a la secretaria general del PRI nacional, Carolina Viggiano y ex director de Pemex, Emilio Lozoya, fue legal.
Pero siempre quedará la duda, si estos formaban parte de un tráfico de influencias entre el dueño de la aceriaa, Alonso Ancira, y los citados políticos.
Leyenda urbana…
Años de desperdicio
Con mucha más pena ajena, que gloria, el alcalde de Sabinas, Temo Rodríguez dejará el cargo, que con tanto ahincó buscó y al que muy poco aportó.
Temo fue solo un paga nóminas, una momia en escaparate, un accidente electoral que llegó a la alcaldía, para mal de los sabinenses y bien de sus amigos y socios de ocasión.
No se le conoce obra alguna, ni trabajo merecedor de reconocimiento, y seguramente se irá al basurero de la historia en esta risueña población.
Lástima de oportunidad…
***
Autor
- Columnista
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