CÁPSULAS SARAPERAS

Villalongín en 1828

En esta ocasión te platico de como era nuestra hermosa ciudad de Saltillo, cuando aún no era ciudad sino eran dos poblados, del lado oriente la Ciudad de Leona Vicario y del poniente la Villa de Villalongín.

Y hare referencia a Villalongín, no sin antes decirles, estimada y estimado Saltillense, que el nombre se debía al héroe de la independencia Manuel Villalongín, quien nació en lo que era Valladolid -hoy Morelia-, y quien fue el líder que comandó a las fuerzas insurgentes por todo Michoacán.

Después del triunfo que nos dio la independencia, las autoridades buscaron fomentar el patriotismo de la nación naciente, colocando nombres de héroes de la lucha armada a ciertos poblados, nombrando a la Villa de Santiago del Saltillo, como ciudad Leona Vicario, por supuesto, en honor a la dulce madre de la patria, aunque existieron por lo menos dos propuestas más para llamarla Ciudad Indalecio o Ciudad de Santiago Vicaria Quintana, mientras que al pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala se le propuso llamarle San Esteban de Villalongín, terminando por nombrarla solamente Villalongín, todo esto durante el año de 1827.

En 1828 se levantó un censo en lo que era el Pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala -llamado en ese momento Villalongín-, donde vivían 2 mil 935 habitantes de los cuales 114 eran viudas y 46 viudos. Además, se contaba con tres escuelas, una de ellas en la plaza publica que contaba con 150 alumnos las otras dos tenían 85 escolapios, es estas sólo les enseñaban a leer, escribir y contar. Por cierto, en esa misma plaza había 10 personas presas de los cuales 2 eran mujeres.

Villalongín, es decir una parte de esta hermosa ciudad de Saltillo en el año de 1828 no contaba con boticario, tampoco con médico o cirujano alguno, no habitaban mineros, pues en realidad ni había minas, ni impresores, ni militares con fuero, no se contaba con abogados, tampoco escribanos y por si fuera poco o más bien nada tampoco había sacristán alguno.

Se tenía un templo, que llegó a ser conocido como la iglesia de los indios y que hoy lleva por nombre San Esteban, además de un cementerio, dos fabricas comunales, dos paseos públicos, dos ríos, dos ojos de agua, una hacienda y dos ranchos.

Para el año de 1837 ambos poblados se fusionan para llamarse Saltillo.

Hoy tenemos una ciudad grande, en progreso, con grandes edificaciones, que ha dado a México y al mundo grandes mujeres y hombres ya sea en el ámbito educativo, artístico, deportivo, empresarial, político y más, pero no podemos olvidarnos ni dejar fuera de nuestra historia que una parte de esta hermosa ciudad de Saltillo tiene sus orígenes en 91 familias de nativos tlaxcaltecas y que en año de 1828 se llamó Villalongín en la cual habitaban solamente 2 mil 935 personas.

 

Autor

Francisco Tobías
Francisco Tobías
Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.