“Un patán, un sinvergüenza, un embaucador que todos los días vive de la estafa y la mentira”, expresó Fernández de Cevallos sobre López Obrador. Algo que siempre he dicho sobre el presidente, es que su soberbia nos ha llevado a dividirnos como país, como familia, con los amigos, en redes sociales, en lo político, en lo público y lo privado; algo que el presidente quería lograr: “divide y vencerás”. A donde llega, siempre se escucha un discurso de odio, de revanchismo, de, “los que estaban robaron más”. En sí una división dentro de un país que hoy más que nunca necesitaba unión, ése quien habita el Palacio Nacional, es un “ave de tempestades”, un “Tartufo” como aquel personaje de la obra de Molière, alguien que vio la luz pública hace más de 300 años y hoy está presente en la vida política del país.
Según la Real Academia de la Lengua, un tartufo es un «hombre hipócrita y falso». Tanto es así que el título de la obra de Molière se acabó adjetivando para señalar la hipocresía y la ambición de López Obrador. Tartufo, es un hombre excesivamente confiado en su habilidad para engañar a los demás mediante una conducta hipócrita, mojigata, marcada por rasgos de piedad y austeridad como la que pregona la 4T, maquillada claro, impulsando un rígido código moral con el objetivo de adueñarse de los bienes de su benefactor, o de la nación. Vea usted los contratos a la familia del presidente, los beneficios que tienen los cercanos a López, quien conecta con el personaje principal de la obra de teatro, ya que los dos personajes se instalan en los lugares de poder y privilegio gracias a su hipocresía, que medran mintiendo y apelando al miedo. El miedo ha evidenciado que se le siembren delitos, o en el peor de los casos que se hagan cargos y puedas perder tu posición política como el caso de Cabeza de Vaca.
La embestida de Palacio Nacional no se detiene, sembrando miedo a costo de mantener el poder, pero espero que esto termine el 6 de junio cuando MORENA pierda la mayoría de la cámara, gubernaturas y alcaldías por todo este país. Moliere encontraría en la política nacional y sobre todo en MORENA personajes para montar sus obras sin necesidad de un libreto, basta con escucharlos en su retórica barata, digna de tragicomedias. El personaje y el nombre nos vinieron como anillo al dedo, para retratar lo que los mexicanos estamos viviendo actualmente, encubre sus embustes bajo un ropaje de falsa moral que rencoroso, manipula a los buenos de corazón. Para los que no sepan el destino de Tartufo en la obra, les adelanto que termina en la cárcel, ¿será el mismo fin que le depare a López Obrador por todo el daño que ha ocasionado?
Autor
- Reportero y conductor de noticias de Canal 6 Saltillo y canal 4 en Monclova. Taurino de nacimiento y Tigre de corazón. Amante de las peleas de gallos.
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