CÁPSULAS SARAPERAS

Juana María, la taxista

En esta ocasión te platico de una Saltillense digna de reconocer, de una trabajadora del volante, sí de una taxista que se llama Juana María Luna Durán.

Hija de don Ciro Luna y de doña Antonia Durán, hermana mayor de un total de cuatro, cursó sus estudios de primaria en la Escuela Dionisio García Fuentes.

Pero no vaya a creer estimada y estimado Saltillense que Juana María, la mujer del volante, antes sólo se dedicaba al hogar, o que su primer empleo era al volante de un auto, pues era trabajadora de Vitromex, pero el amor de madre, el amor por su hijo Fernando y la intención firme de estar al pendiete de él, provocaron que le pidiera a su hermano menor, Víctor, que interviniera por ella ante mi amigo David Cortés, de los Radio Taxi, para iniciar en eso de la ruleteada. Y fue así como en el año 2001, hace 20 años, Juana María se subió y tomó el volante de un carro tsuru, color gris, año 2000 para convertirse en taxista.

En una corrida de varias cuadras platiqué con la taxista Saltillense quien me aseguró que, de 7 mil trabajadores del volante sólo alrededor de 10, sí leyó bien 10, son damas.

Su primer carrera fue desde el Fraccionamiento Fundadores hasta el Blvd. Rufino Tamayo de la Colonia Doctores, siendo su cliente un señor ya grande de edad a quien le cobró sólo la cantidad 15 pesos.

Me llamaba mucho la atención, en la platica que sostuve con Juana María, el saber como era al principio. ¿Se le complicaba dar con las calles?, ¿se sabia las direcciones?, y cuando le pregunté, soltó una risa muy sincera al afirmarme que era gracias, en un principio a sus clientes, que no se perdia, que podía dar con relativa facilidad con los destinos, gracias siempre a la atención y comprensión de sus pasajes.

Su carrera más corta ha sido de dos cuadras, la más larga hasta Goméz Palacio, Durango. Con casi 20 años de experiencia al volante, gracias a su pericia, experiencia y concentración no ha sido causante de accidente alguno.

Lo más chusco que le ha sucedido fue un día de mucho calor, cuando el astro rey pegaba duro en esta hermosa ciudad de Saltillo, provocando que los que pareciera vapor brotaba del pavimento. Traía de pasaje a una jovencita, quien en diversas ocasiones durante el traslado le aseguró que no tenía prisa, tan concentrada estaba Juana María en el tráfico, empezando a sufrir los estragos del calor que le dio sed, motivo por el cual se estacionó en una tienda de conveniencia se bajó a comprar un refresco, el cual se lo tomó sin culpa, con paciencia y disfrutandolo hasta que se dio cuenta que la jovencita, es decir el pasaje seguía en el taxi.

Hoy, después de 20 años, después de haber utilizado como taxi un Tsuru, un Atos color blanco, otro Tsuru año 2005, para después utilizar el ya tradicional taxi color amarillo, hoy sigue al volante en un carro Beat color blanco con amarillo, dando como siempre -y he sido testigo presencial- un servicio magistral.

Con esta historia, con la historia de la taxista de Saltillo,  me queda claro que esta hermosa ciudad no solo la conforman son sus avenidas, sus calle, sus edificios, sus instituciones, sino la confarmos todos quienes entregamos amor y pasión, quienes por azares del destino llegaron a esta tierra bendita o por quienes tenemos la dicha de ser Saltillenses por nacimiento.

Definitivamente Juana María y todas las mujeres trabajadoras, madres de familia que se esfuerzan día a día por dar una mejor vida a sus seres queridos son algo muy de Saltillo y que vale la pena presumir.

 

Autor

Francisco Tobías
Francisco Tobías
Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.