A LA BÁSCULA

Escenarios cambiantes 

Los sorpresivos resultados que dejó la pasada elección en Coahuila para la renovación del Congreso local, indudablemente que vinieron a mover las fichas de ajedrez político de todos los partidos, pero de alguna manera y como desde siempre ha sido así, tiene un rebote importante en Durango. Lo que ocurra en un estado tiene una cierta influencia en el otro y viceversa, sobre todo por el compartimiento que tienen de un territorio tan especial como lo es la Comarca Lagunera.

En Durango, donde el ex partidazo perdió la gubernatura en el 2016 por primera vez en la historia de la entidad, y luego en el 2019 perdió por primera vez la alcaldía de Gómez Palacio, el segundo municipio de mayor importancia, poblacional, electoral y económicamente –y además el último de sus bastiones-, los priistas han empezado a abrigar esperanzas y hasta a hacer cuentas de que lo que ocurrió en Coahuila este año, se puede replicar en Durango el año entrante, cuando se disputen las diputaciones federales, pero también las locales.

Sin embargo, quizá se deba entender primero que hoy en día, sobre todo, ninguna elección es igual a otra, y que si en una el elector le otorga la confianza total a un partido, a la siguiente se la retira en su totalidad, y así sucesivamente ha venido ocurriendo en los tiempos recientes en que dado el conocimiento que ha adquirido sobre el poder, la fuerza y el peso de su voto, el elector aprendió ya a premiar o castigar a partidos, a candidatos y hasta a gobiernos.

Lo que sucedió en Coahuila, donde los electores lograron en las urnas lo que parecía impensable en el México de hoy, que el PRI se llevara el ‘carro completo’, es sumamente difícil que se repita aún aquí en el mismo Coahuila, donde muchos también a partir de los resultados de octubre, empiezan a realizar cuentas, y según ellos a todos les alcanza para la elección del año entrante, que en esta entidad se votarán además de las diputaciones federales y alcaldías.

En el análisis es difícil desentrañar en qué porcentaje de los votos que llevaron al PRI a ganar todos los distritos, fueron por la simpatía de los candidatos, por las propuestas del partido, y el sufragio del despecho, del castigo por el desencanto que en una buena parte de la población de la entidad, ha generado el Gobierno Federal, donde los distintos sectores y regiones del estado, han sido severamente golpeados viviendo una crisis que se ha venido a agudizar tanto por la emergencia sanitaria, y su consecuente impacto en la economía y en el empleo.

Amén de los serios problemas internos que el partido oficial enfrenta a nivel nacional y en muchos estados del país, lo que le ocurrió a Morena en Coahuila fue un verdadero desastre porque, ante el supuesto de que tenía la mesa puesta para darse un banquete, no le alcanzó más que migajas.

Pero en Durango en 2019 no fue distinto, sobre todo cuando venía todavía en movimiento el ‘tsunami’ López Obrador que impactó tierra firme en México en 2018, y se suponía que en Durango arrasaría, y lo que consiguió fue dos de las 39 alcaldías, pero sólo de peso la de Gómez Palacio, que además se ganó por una mínima diferencia.

El escenario de 2016 en Durango cuando el PAN ganó por primera vez la gubernatura, no se repitió dos años más tarde cuando tras la ola López Obrador, Morena arrasó en las senadurías y las diputaciones federales, pero volvió a cambiar en 2019 cuando la gente no le respondió como esperaba el nuevo partido oficial, y habrá que ver cómo se comporta en 2021 el electorado duranguense que en las urnas habrá de calificar el papel que han venido desempeñando los gobiernos federal morenista de López Obrador, estatal panista de José Rosas Aispuro, y el municipal en cada uno de los variopintos municipios de la entidad.

En Coahuila los resultados de octubre alentaron a algunos que no se veían con muchas posibilidades, y otros que desde hace un rato se veían enfilados rumbo a la candidatura a una diputación federal o una alcaldía, ya se dieron cuenta que el panorama de pronto se volvió muchísimo más cuesta arriba de lo que estimaban.

Los candidatos de Morena, por ejemplo, que hoy tendrán que ir a contracorriente en una entidad en la que su partido no pinta ni caritas de niños. Sobre todo de quienes en el Congreso actual, votaron en contra de Coahuila en la definición del presupuesto para el año entrante, que nos va a impactar a todos de manera tan negativa como importante. Por eso, luego de creer que podían llegar a la meta caminando, ahora han tenido que apretar el paso y ya andan corriendo porque saben que la competencia no será fácil, y aun corriendo, quién sabe si les alcance para convencer a un electorado cada vez más veleidoso.

 

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@JulianParraIba

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El Heraldo de Saltillo
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