Pueblo bueno y sabio
Lo que pasó en Hidalgo y en Coahuila durante la jornada electoral del pasado domingo, pero sobre todo lo que ocurrió en la tierra de Carranza y de Madero, presenta muchísimas aristas y es rica para el análisis desde el punto de vista que se le quiera ver, pero ‘en bruto’ lo que nos indica es un triunfo del PRI a la vieja usanza y de los que ya se suponía que en México habían dejado de existir: con carro completo.
En contraparte nos indica que sin que Andrés Manuel López aparezca en las boletas electorales, los resultados son muy distintos que cuando sí está, de ahí la importancia de querer empalmar con la elección intermedia federal del año entrante, con el referéndum de la revocación de mandato.
Dado que los resultados así se lo permitían, luego del aplastante triunfo en nuestro estado, llevó a decir a Alejandro Moreno, el líder nacional priista, que su partido está de regreso, que la gente quiere al PRI de regreso, lo cual puede ser un espejismo en las horas posteriores a la jornada electoral.
Y esas son precisamente las aristas que vale la pena ‘desmenuzar’ y analizar a fondo, porque ¿qué tanto influyó en el ánimo de la gente los nombres y candidatos propuestos por cada partido, en especial por el PRI? ¿qué tanto fue el convencimiento por las propuestas que llevó cada candidato a su distrito?
O bien como mucho se ha dicho que las elecciones son una especie de referéndum del papel de los gobernantes, Miguel Ángel Riquelme Solís es uno de los gobernadores mejor evaluados a nivel nacional, y el que mayor crecimiento en la aceptación de los ciudadanos ha tenido en lo que va de este año ¿qué tanto influyó la percepción que se tiene de su gobierno en el ánimo de los electores? ¿qué tanto influyó también el papel del Gobierno Federal en su relación no con Miguel Ángel Riquelme, sino con Coahuila, con los coahuilenses?
La euforia tras el triunfo electoral de 2018 que llevó a López Obrador a la Presidencia de la República, ha hecho creer a muchos que los más de 30 millones de sufragios en su favor fue porque la gente votó por él, y no se admite que muchos de esos votos fueron ejercidos no en favor del candidato de Morena, sino en contra del PRI y del PAN, que habían generado ya un hartazgo en la ciudadanía.
Lo mismo puede estar sucediendo en este momento, que muchos de los votos que se canalizaron hacia los candidatos del PRI en Coahuila sobre todo, hayan sido más, votos en contra de las políticas implementadas por el gobierno federal. Y pueden ser un mensaje de que en las urnas, también el partido del presidente pierde, que los triunfos no son para siempre, y que las derrotas no son eternas, y lo quieran o no aceptar en público, lo de ayer debe abrirles los ojos de cara a la elección del año entrante, así sea esto solo un botón de muestra.
Y lo que sí no se puede ignorar, fueron los conflictos internos de Morena a nivel nacional y en cada entidad, y que al menos en Coahuila se hiperbolizaron tras la derrota. El mismo domingo, frente a su líder nacional interino, Alfonso Ramírez Cuellar, se levantaron las voces de protesta y acusaciones, entre candidatos (a) en La Laguna, en contra de Miroslava Sánchez y su hermana Hortencia; y este lunes en Saltillo se incrementaron las acusaciones –incluido ya el propio Ramírez Cuellar, por solapador-, por no haberles entregado a los candidatos los recursos suficientes para las campañas, y las acusaron además de haber acarreado votantes, pero para candidatos de otros partidos. En sus mensajes reconocieron implícitamente los resultados que su líder nacional dijo ‘desconocer’.
Quizá todos los ingredientes mencionados, hayan formado un coctel que derivó en los resultados que conocemos y, como diría el clásico ‘haiga sido como haiga sido’, lo único verdadero es que el PRI obtuvo en Coahuila un triunfo como se suponía que ya no existían: con carro completo, y en distritos como el IX de Torreón, su candidato Eduardo Olmos Castro le hizo el 3-1 al morenista Cristian López.
Evidentemente que el análisis de la elección da para mucho, muchísimo más, que seguiremos comentando en siguientes entregas, pero por lo pronto, por ejemplo, Olmos Castro llegará a la próxima legislatura con una gran legitimidad, que le permite no dejar ningún lugar a dudas, una vez que sea designado a partir del 1 de enero próximo como presidente de la Junta de Gobierno del Congreso local, que si hubiera llegado por la vía plurinominal.
Hay quien dice que el pueblo bueno y sabio nunca se equivoca. Y el domingo al menos en Coahuila, se manifestó de manera muy clara.
@JulianParraIba
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