Ligia Kantun dice que, en 40 años de trabajo como enfermera para la sanidad mexicana, nunca vio reaccionar a la gente ante el personal médico como lo está haciendo ahora.
«Yo viví la época de la influenza y vi la del cólera. Jamás había sentido lo que estoy sintiendo ahora, porque la gente está quedando ya psicótica por este virus. Es terrible», cuenta.
Ella es una de esas personas a quien la mayoría llama «héroes» por la labor que realizan en hospitales frente a la pandemia del coronavirus pero que, a la vez, se enfrentan a discriminación o incluso a agresiones de una minoría que los ve como una posible fuente de contagio por su trabajo.
Kantun, de 59 años, lo vivió en su propia piel cuando el 8 de abril, al salir del trabajo con su uniforme de enfermera, alguien pasó en coche a su lado y le tiró un café caliente por la espalda.
«¡Infectada!», le gritaron desde la ventanilla del auto sin mediar más palabras y antes de acelerar la velocidad, lo que le impidió identificar al agresor. «Pensé que me habían quemado. Luego vi que no me pasó nada, pero bien pudo ser una piedra o un palo. Entonces me dio tristeza, tristeza de ver cómo la gente nos está atacando. Eso me dolió más: el daño moral», le ccontó a BBC Mundo desde Mérida, en el estado de Yucatán. (bbc.com)
Ese es solo un ejemplo, pero con ese bastaría para que, tanto en la sociedad mexicana como en el gobierno, germine la preocupación y la ocupación para atender este problema que afecta al personal de salud en algunas zonas de nuestra geografía.
Afortunadamente, ya ha iniciado una reacción por parte del gobierno: «No se podría lograr nada sin los trabajadores de la salud (…). Tenemos que respetarlos, reconocerlos, apoyarlos», dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en un llamamiento ya escuchado en otras de las conferencias diarias del gobierno.
Tras ser informado de «algunos eventos de agresión» -como el de un médico golpeado por personas a quienes impidió pasar al área de aislamiento donde había fallecido un familiar por covid-19-, el Instituto Mexicano del Seguro Social anunció la semana pasada medidas de protección para los hospitales junto a las secretarías de Seguridad y Defensa.
Así, desde entonces fueron desplegaron operativos de policía en los alrededores de los centros médicos para reforzar la seguridad del personal que trabaja para combatir el coronavirus. Incluso soldados del ejército se sumaron a las tareas de vigilancia en algunos puntos.
Pero se debe hacer más para, entre todos, protegerlos y sensibilizar al resto de la población de la importancia de guardarles el respeto y agradecimiento que se merecen y exigir a las autoridades su protección y reconocimiento, que va más allá de su sueldo.
Es decir sociedad y gobierno, además de reconocer su heroísmo y aplaudirles, tenemos que protegerlos en dos vertientes: “Safety” que tiene que ver con protección en contra de accidentes laborales, equipándolos adecuadamente para que, por ejemplo, no sean infectados por los virus. Y “security” que corresponde a protección en contra de ataques, robos, vandalismo y demás actos deliberados y probablemente criminales.
José Vega Bautista
@Pepevegasicilia
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