EL LADO POSITIVO DEL CORONAVIRUS

 Cuando era niño me imaginaba el futuro con coches voladores, pero nunca pensé que habría una pandemia que pusiera en pausa al mundo y a la población bajo arraigo domiciliario. En el 2020 el panorama no es alentador, y por ello no quiero llenar de más negatividad el ambiente. Mejor voy a hablar de las cosas positivas que podemos hacer ante la continencia del mentado COVID-19.

Primero, el contacto físico se ha disminuido, pero podemos ganar contacto emocional con nuestros seres queridos. El hecho de pasar más tiempo en casa nos obliga a reconectar o fortalecer nuestra relación con los que están cerca; y con los que están lejos, nos enseña a apreciar su compañía y amistad.

Segundo, laboralmente nos dimos cuenta que muchas reuniones inútiles podían ser un email o una simple llamada. Y que el trabajo es algo que uno hace, no un lugar al que uno va. Cuando esta contingencia pase, seguramente habremos aprendido a tener procesos organizacionales más eficientes.

Tercero, quienes tenemos hijos, la cuarentena social nos ha ayudado a entender el valor de la labor de los maestros, no solo porque tuviste que buscar en Youtube el tutorial de cómo hacer divisiones de tres cifras sin calculadora, sino por la paciencia que requiere el aprendizaje de un niño.

Cuarto, aunque suene un poco idealista, ha convertido al mundo en un lugar más solidario porque la enfermedad ataca a todos por igual y eso nos obliga a ser más benévolos con el prójimo, con excepción de las compras de pánico inútiles de papel de baño.

Quinto, nos ayuda a ser una sociedad más organizada. Cada vez veo a más gente en las redes sociales ofreciéndose a hacer favores a los vecinos que son más vulnerables a la pandemia y noto que hay una actitud de jalar parejo con todos. Eso fortalece a la comunidad.

Sexto, el virus nos dio una buena razón para vencer a la procrastinación. Si te daba pereza cambiar ese foco que lleva 8 meses fundido en tu casa, o querías sembrar hortalizas en el huerto de tu patio, este es el momento. Haz todas aquellas cosas que no pudiste hacer antes por falta de tiempo o por decidía.

Y séptimo, en ciudades que estaban bien contaminadas, ahora se respira un aire más limpio.

Hoy nos toca quedarnos en casa, sí, en casa, eso ayuda a contener la epidemia y el pánico. El Coronavirus ha cambiado al mundo con muchos costos, pero también nos deja muchas enseñanzas de las cuales sacar provecho cuando esta tormenta global pase. Hagamos que las pruebas de COVID-19 no sean las únicas cosas positivas que podemos sacar de esta contingencia mundial.

 

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael

 

 

 

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El Heraldo de Saltillo
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