Nueva York.- Las tarifas arancelarias impuestas por la administración de Donald Trump a China, que desencadenaron la guerra comercial entre los dos colosos económicos, han beneficiado a terceros, entre ellos México, pero, de continuar las tensiones, la estabilidad de la economía mundial se verá comprometida. Los empresarios y consumidores norteamericanos pagan el precio más alto.
La disputa arancelaria entre China y Estados Unidos solo deja perdedores, con otros países recogiendo algunos de los beneficios, pero es probable que la situación se deteriore a menos que los dos gigantes económicos lleguen a un acuerdo, según un estudio preparado por expertos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo.
De acuerdo con los datos de los primeros seis meses del año, la mayor parte del costo de los aranceles estadounidenses se ha transferido a los consumidores y las empresas estadounidenses.
«Los consumidores estadounidenses están pagando los aranceles (…) en forma de precios más altos», dijo Alessandro Nicita, economista de la UNCTAD, que añadió que también otros que los pagan son las empresas importadoras norteamericanas.
Las medidas iniciadas por los Estados Unidos, implementadas a mediados del año pasado, también han afectado al gigante asiático, por un valor de 35.000 mil millones.
El sector manufacturero chino más afectado ha sido el de las computadoras, junto con los de equipamiento de oficina y comunicación, ya que las importaciones estadounidenses desde China de tales componentes sufrieron una reducción de 15.000 millones y el comercio de bienes en esos sectores cayó en un promedio del 55% debido a los nuevos aranceles.
Según el análisis, el comercio de bienes en sectores como el de los productos químicos, los muebles, los instrumentos de precisión y la maquinaria eléctrica también disminuyó sustancialmente.
Las pérdidas de EE. UU. y China, ganancias para otros
Aproximadamente, 21.000 millones, o el 63 por ciento de los 35.000 millones en pérdidas de exportaciones chinas, se desviaron a terceros países, mientras los 14.000 millones restantes simplemente desaparecieron o fueron recogidos por los productores estadounidenses.
Entre los terceros países que han suplido parte de la demanda de los 35.000 millones de pérdidas en exportaciones chinas, destaca Taiwán, que ha aportado unos 4200 millones en la primera mitad de 2019.
Otros ganadores comerciales de las medidas incluyen a México, con alrededor de 3500 millones, la Unión Europea, con unos 2700, y Vietnam, con 2600, aunque los efectos positivos para ellos han aumentado en los últimos meses, precisa la UNCTAD.
Corea, Canadá e India también se beneficiaron, con ganancias «sustanciales» que van desde 900 millones a los 1500 millones.
Otros países del sudeste asiático recogieron el resto de las bajas provocadas por los aranceles, al tiempo que los países africanos solo vieron beneficios «mínimos».
Resistencia de las empresas chinas
La agencia de la ONU también señaló que hay evidencia de que los exportadores chinos pueden haber comenzado a asumir parte de los costos de los aranceles al reducir los precios de exportación.
No obstante, la UNCTAD destaca la resistencia de las empresas chinas, que mantienen el 75% de sus exportaciones a los Estados Unidos, a pesar de los «sustanciales» aranceles impuestos.
La guerra comercial es una advertencia global
Pese a que algunos terceros países han recogido los beneficios de la guerra comercial, esta contienda está comprometiendo la economía mundial.
“Los resultados del estudio sirven como una advertencia global; una guerra comercial en una situación de pérdidas no solo está perjudicando a los principales contendientes, sino que también compromete la estabilidad de la economía global y el crecimiento futuro», dijo la directora de comercio internacional y productos básicos de la UNCTAD, Pamela Coke Hamilton.
«Esperamos que un posible acuerdo comercial entre Estados Unidos y China pueda reducir las tensiones comerciales», añadió.
Si bien el informe de la UNCTAD no considera el impacto de los aranceles chinos en las importaciones de los Estados Unidos, sugiere que el resultado es «muy probable» que sea el mismo: «precios más altos para los consumidores chinos, pérdidas para los exportadores estadounidenses y ganancias comerciales para otros países». (ONU NOTICIAS)
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