Nueva York.- Tomando el pulso de la temperatura mundial, el titular de la ONU alerta de que en un momento “de transición y disfunción en las relaciones de poder globales” teme la posibilidad de la aparición de un nuevo orden bipolar.
“Temo la posibilidad de una Gran Fractura: un mundo dividido en dos, con las dos economías más grandes de la tierra creando dos mundos separados y compitiendo el uno con el otro, cada uno con su propia moneda, reglas comerciales y financieras, su propia infraestructura de internet y de inteligencia artificial, y sus propias estrategias geopolíticas y militares de suma cero”, declaró el Secretario General este martes.
Al presentar su Memoria Anual, que precede todos los años al debate de los líderes mundiales en la Asamblea General, António Guterres destacó que para evitar esta “Gran Fractura” es necesario mantener un sistema de poderes de ámbito universal basado en una economía mundial que respete al derecho internacional, en un mundo multipolar con fuertes instituciones multilaterales.
Preocupación por el Golfo Pérsico
En el apartado dedicado a la política internacional mencionó que persisten los conflictos, se extiende el terrorismo y se incrementa el riesgo de una nueva carrera armamentística.
Denunció que todavía hay una multitud de situaciones sin resolverse “desde Yemen hasta Libia, pasando por Afganistán y más allá”.
“Una sucesión de acciones unilaterales amenaza con torpedear una solución de dos Estados entre Israel y Palestina. En Venezuela, cuatro millones de personas han huido del país, uno de los mayores desplazamientos del mundo”.
Pero en especial mostró su preocupación por la “alarmante posibilidad” de que se produzca un conflicto en el Golfo Pérsico “cuyas consecuencias el mundo no puede permitirse” y alertó que un pequeño ‘error de cálculo’ puede provocar una gran confrontación, por lo que es necesario ejercer la razón y la moderación”.
Del mismo, modo alertó sobre la incerteza que vive la Península de Corea y se mostró favorable a la celebración de una nueva cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y su contraparte en la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong-un.
El aumento de las desigualdades
A continuación, destacó el aumento de la desigualdad, pese a la universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos, de los que recordó que no se puede “elegir favorecer unos desdeñando otros”, ya que las personas merecen su derecho al bienestar y a un nivel de vida digno.
“La economía global genera grandes flujos de ingresos, pero esta prosperidad es absorbida por un pequeño puñado de élites. Es triste constatar que en el mundo actual las posibilidades de llevar una vida sin miseria y en plena dignidad humana dependen más de las circunstancias de donde nacemos que de nuestras capacidades innatas”.
Guterres también dedicó un breve apartado al cambio climático, donde recordó que estamos perdiendo la carrera para derrotarlo pero que aún podemos vencerlo si cambiamos de rumbo, tal y como demostró la Cumbre sobre Acción Climática de este lunes.
“Incluso el lenguaje tiene que adaptarse: lo que antes se llamaba ‘cambio climático’ es ya en realidad una ‘crisis climática’… y lo que antes se llamaba ‘calentamiento global’ se ha convertido más bien en ‘recalentamiento global (…) debemos aprovechar el impulso (de la Cumbre) y hacer mucho más”, argumentó.
Igualdad de género
Tras destacar que la marginación y la desconfianza están cada vez más instrumentalizadas a nivel mundial, advirtió a los que buscan la opresión o la división que la diversidad es una riqueza y nunca una amenaza, y que es “inaceptable” que en pleno siglo XXI las mujeres y los hombres sean perseguidos por su identidad, creencias u orientación sexual.
Acto seguido recordó que la forma de discriminación más generalizada es la que padecen las mujeres y las niñas.
“No olvidemos que la igualdad de género es una cuestión de poder. Y el poder recae abrumadoramente en los hombres, como vemos desde los parlamentos hasta las salas de juntas (de las empresas), e incluso esta semana en los pasillos y salas de reuniones de las Naciones Unidas”, destacó.
Por ese motivo, aseguró que no descansará hasta alcanzar la paridad de género en todos los niveles de las Naciones Unidas y lograr la plena igualdad para las mujeres y las niñas en todo el mundo.
“Según las tendencias actuales, se necesitarán dos siglos para cerrar la brecha en el empoderamiento económico. No podemos aceptar un mundo que diga a mis nietas que la igualdad debe esperar a las nietas de sus nietas”.
Necesitamos una ONU fuerte
Por último, resaltó que todas las ambiciosas reformas que ha emprendido en la Organización han sido para lograr unas Naciones Unidas más eficaces y que cuenta con el apoyo de los Estados miembros para dotar a la Organización de una base financiera sólida.
“En un mundo cada vez más dividido, necesitamos unas Naciones Unidas fuertes. El próximo año celebraremos el 75º aniversario de la ONU, será un momento crítico para renovar nuestro proyecto común. Los problemas a los que nos enfrentamos son reales. Pero también lo es la esperanza”.
Una esperanza que en un momento de división como el que vivimos ha de servir para reencontrarnos en la difusión del bien común y, al mismo tiempo, en la defensa de nuestra humanidad y valores compartidos.
“Restablezcamos la confianza, reconstruyamos la esperanza y avancemos juntos”, finalizó Guterres.
Presidente de la Asamblea General
Por su parte, el presidente de la Asamblea General, Tijjani Muhammad-Bande, señaló los enormes desafíos que tiene la comunidad internacional, entre los que destacó especialmente la pobreza.
“La erradicación de la pobreza sigue siendo un gran desafío a nivel mundial. Mientras que muchos países alrededor del mundo han tenido éxito en sacar a millones de la pobreza, tenemos que hacer más para ayudar a salir de ella a cientos de millones de la pobreza, la miseria y la existencia miserable”.
También mencionó como retos internacionales la educación, el cambio climático y el desarrollo sostenible, para los que dijo que la cooperación internacional, a través de las Naciones Unidas, es la mejor forma de afrontarlos.
Un mensaje de esperanza
Muhammad-Bande mandó un mensaje optimista ante la magnitud de esos desafíos cuando dijo que la esperanza nunca se pierde y citó a figuras históricas que han luchado y están luchando e iluminando el camino.
“Desde Mahatma Ghandi, que dirigió una exitosa campaña por la independencia de la India, hasta la joven Greta Thunberg, que lidera la demanda de acción sobre el clima; de Nelson Mandela, que se mantuvo firme y se ocupó del desmantelamiento del apartheid a Malala Yousafzai, quien, contra todo pronóstico, insistió en sus derechos a la educación; de Martin Luther King Jr., un ministro bautista y líder del movimiento de derechos civiles a Abubakar Abdullahi, un imán nigeriano, que salvó la vida de más de 250 cristianos cuando huyeron a su comunidad durante un ataque contra una comunidad en Nigeria, a los diversos actos de coraje y generosidad de la gente común en todos los países, todos nos recuerdan que la esperanza no se pierde”. (ONU NOTICIAS)
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