CAFÉ POLÍTICO  

CUANDO HUMILLARON A SALINAS

A raíz del zafarrancho y escandalazo que se suscitó el sábado pasado en la Planta Despepitadora 20 de Octubre, Sociedad de Solidaridad Social, S.S.S. de Francisco I. Madero (“Chávez”), es necesario hacer un breve prefacio. Bien. En febrero de 1988 durante su gira por la Comarca como candidato a la Presidencia de la República, Carlos Salinas fue humillado y ridiculizado por los campesinos de San Pedro de las Colonias que con piedras, rechiflas y palos durante un mitin lo agredieron. En ese acto CSG le dijo a Hugo Andrés Araujo (uno de sus más cercanos): “La culpa de todo la tiene Juan Manuel Grosso Montemayor”, entonces gerente del Banrural Centro Norte. A Salinas le dieron una pedrada –le hicieron sangrar– al ser repudiado por cardenistas que habían  brotado, por miles, en La Laguna. Competían por la “Silla del Águila” además de CSG; Cuauhtémoc Cárdenas, que fue postulado por el PARM (Partido Auténtico de la Revolución Mexicana), el PMS (Partido Mexicano Socialista) y grupos de izquierda conformándose el Frente Democrático Nacional (FDN). El empresario Manuel Clouthier iba por el PAN y Rosario Ibarra de Piedra por el Partido del Trabajo (PT). Precisamente, en estas elecciones se daría la “caída del sistema”, metiendo feo la mano el casateniente Manuel Bartlett, con la venia del Preciso, Miguel de la Madrid.

 

TOMARON LAS PLANTAS DESPEPITADORAS

Cabe destacar que en ese entonces, en la Región Lagunera de Coahuila y Durango, los campesinos -antes de la CNC y después conversos cardenistas-, habían tomado la mayoría de las plantas despepitadoras de algodón. Unas las habían quemado. El Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (antes Partido Socialista de los Trabajadores), se hacía de la planta Gustavo Díaz Ordaz (que hoy detentan los Marrufo); la planta Virginias (Guillermo Garza); y la planta Lequeitio (Jesús Handal). En ese entonces el líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC) era el senador por Aguascalientes Héctor Hugo Olivares Ventura (a) “El Macho Prieto”. Ahora bien, durante los ciclos agrícolas 85-86 y 86-87 Olivares Ventura, Juan José Grosso Montemayor –director del Banrural en la zona Centro Norte–, y el polémico empresario Hassan Mansur Núñez (vinculado a Héctor Hugo),  hicieron el negocio de su vida a través de la empresa fantasma “Ionización y Multiservicios Agrícolas”, que se encargó de acumular la producción algodonera. La clásica; compraron a precios de hambre y vendieron a precios de súper ricos. Se volvieron millonarios.

 

LA 20 DE OCTUBRE DE MADERO

Huelga decir que las plantas despepitadoras de la Comarca siempre han estado en el ojo del huracán. Y todo porque las ven como botín de guerra. Como tesoro a manos llenas. Un negociazo en dinero y de control político para ganar elecciones. Plantas que desde hace 31 años se vienen disputando a bayoneta calada. Por cierto (volviendo al tema que nos ocupa) la planta despepitadora 20 de Octubre de Madero nace con el apoyo de Luis Donaldo Colosio. Con maquinaria traída de los Estados Unidos, la echan a andar José Álvarez Alfaro, Martín Guardado, Galindo Rubio Medina, Elías Delgado Zamora entre otros exalcaldes.

También Colosio apoya el nacimiento de la planta despepitadora Nueva Laguna hoy a cargo del “Oso” Chuy Ayala.

 

JONATHAN METE LAS MANOS Y ENSUCIA EL PROCESO

Y lo que son las cosas. Después de tres décadas, vuelve a estallar la violencia ahora en la 20 de Octubre. Claro, siempre ha habido disputas fuertes por el control de ellas. Mire usted; el sábado pasado a las 8 de la mañana se instaló la asamblea por parte de la SEDATU cuya representante fue Liliana Paola Aguilar Tijerina (familiar del bigotón senador) quien apoyada por su segundo de abordo Reynaldo Rosas, sancionaron y dieron valides legal a la asamblea. Por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) participó León Rodríguez Castañeda (a) “Chito; y por el PRI (CNC) Juan Antonio Hernández Martínez (a) “El Toto”. Cabe señalar que cuando el PRI gana la mesa de debates, la SEDATU le cede a Paco Lucio la asamblea ya instalada legalmente. Y de ahí pa´delante comenzó la reyerta, el pleito de cantina, pendencia, riña y camorra originado por el alcalde moreno Jonathan Ávalos. Es que el alcalde ordeno que su gente abriera la puerta para que ingresaran al salón de la asamblea decenas de cholos, malvivientes, porros, facinerosos y protervos para que reventaran la asamblea a golpes y a sombrerazos ya que Jonathan y su gente habían perdido la elección 795 a 89 votos. Es decir, el acalde perdió de calle (les aplicaron una soberana paliza) y todo por no saberle cumplir a la gente, por no dar resultados su gobierno municipal y por haberse confiado demasiado en que todo lo que huela a Morena y a AMLO, siempre van a ganar. Y no es así ya que no hay victorias eternas, ni derrotas infinitas.

 

NADA QUE ALEGAR

Por cierto, el primer regidor del Ayuntamiento, Juan Carlos Perales y otros funcionarios municipales, parecían boxeadores y luchadores amantes del pancracio. A “Toto” Hernández Martínez (el ganador de la elección), lo agredieron porros que no son de Madero. Seguramente fueron pagados y llevados a “Chávez” a hacer un buen desmadre. Ahora bien, los perdedores no tienen nada que alegar ya que la SEDATU (Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, antes Reforma Agraria), realizó 10 asambleas de trabajo antes de lanzar la convocatoria. En esas mesas se fijaron las reglas del juego con las que participarían los candidatos. Es decir, a nadie se engañó. Se apostaron 7 mesas de inscripción para registrarse 884 socios. El resguardo de la puerta principal del despepite estuvo siempre a cargo de agentes de la Policía Municipal.

 

REVENTAR LA ASAMBLEA

Ahora bien, una vez que empezó la zacapela (se dieron hasta con la cubeta), los policías municipales se hicieron de la vista gorda ya que no intervinieron porque la orden era estallar la asamblea. Claro, habían perdido y de calle. Entonces es cuando los participantes agredidos piden el apoyo de los elementos de Fuerza Coahuila para que la bronca no llegara a mayores. Y vaya que estos elementos calmaron la situación para bien de todos. Si no llega Fuerza Coahuila, hubiese ocurrido una desgracia mayor e impredecible. Así las cosas; el alcalde Jonathan Ávalos Rodríguez –quien había prometido a los morenos de arriba que ganaría la elección–, no pudo cumplirles. A pesar de haber contratado porros, cholos y esquiroles de la peor ralea (le ha de haber costado una buena lana al municipio), no pudo con los liderazgos de la CNC del PRI. Insisto; es que no hay victorias eternas, ni derrotas infinitas.

 

Autor

El Heraldo de Saltillo
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