Muñoz Ledo: golpes a Heberto, 68, halconazo; menos mentiroso: AMLO
Como la política es currículum, la vida de Porfirio Muñoz Ledo en el poder ha sido una larga acumulación de contradicciones que han rayado en el cinismo.
Como presidente de la Cámara, en octubre de 2018 le tocó encabezar la ceremonia de inscripción en letras de oro en el muro legislativo de la dedicatoria “Al movimiento estudiantil de 1968”. Sin embargo, el militante Enrique Condés Lara, en el tomo II de su estudio Represión y rebelión en México 1959-1985, incluyó en los expedientes de la fiscalía contra delitos del pasado a Muñoz Ledo como corresponsable de las represiones de 1968 y de 1971, en el movimiento estudiantil defendió a Díaz Ordaz y en el halconazo era subsecretario de la Presidencia del gobierno de Echeverría.
Pero Muñoz Ledo no debe cargar sólo con ese estigma. Hay otro muy grave: como presidente del PRI en 1976 operó el fraude electoral contra el candidato socialista Alejandro Gazcón Mercado que había ganado la votación de gobernador nayarita con el 47% de los votos, pero en una maniobra al estilo PRI el PPS le retiró el apoyo a su candidato Gazcón y pactó una senaduría a favor del secretario general del PPS, Jorge Cruickshank.
El incidente fue condenado, años después, por Andrés Manuel López Obrador como candidato presidencial en 2006: “ese sentimiento (popular) llevó al pueblo de Nayarit a respaldar en 1975 al movimiento de Alejandro Gazcón Mercado. En ese entonces, con el fraude electoral y la traición, le arrebataron al pueblo de Nayarit la oportunidad de tener un gobernador honrado y digno”. En lugar de Gazcón, el gobernador priísta impuesto por Echeverría y Muñoz Ledo fue Rogelio Flores Curiel, jefe de la policía del DF en el halconazo de junio de 1971, cuando Porfirio era subsecretario de la Presidencia.
Y sobre el mismo fraude, Alejandro Encinas escribió en un ensayo: “en realidad, el primer gobierno local ganado por la izquierda (socialista) puede atribuirse a Alejandro Gazcón Mercado, quien en 1975, bajo las siglas del PPS, obtuvo la mayoría de votos en el estado de Nayarit, resultado que no fue reconocido por el gobierno de Echeverría y que objeto de una negociación en la que se entregó una senaduría al dirigente nacional de ese partido”.
Los estilos políticos de Muñoz Ledo fueron criticados por López Obrador. En el prólogo al libro de Muñoz Ledo La ruptura que viene, López Obrador escribió: “en los últimos años lo he notado (a Muñoz Ledo) más congruente, ha disminuido su tolerancia hacia la mentira”. Las palabras fueron certeras: “disminuido”, no anulado.
Y la larga historia de saltimbanqui de la política y el poder lo confirman: en 1973, al salir de la cárcel, Heberto Castillo fue citado a una reunión con Muñoz Ledo como secretario del Trabajo de Echeverría y en el camino fue secuestrado, llevado a una delegación de policía y golpeado. Heberto siempre se quedó con la impresión que Muñoz Ledo le tendió la trampa.
Y hay más:
–En abril de 1975 Jesús Piedra Ibarra fue secuestrado y desaparecido por la Federal de Seguridad y en ese tiempo Muñoz Ledo era secretario del Trabajo de Echeverría; años después fue compañero de sector y de partido de Rosario Ibarra de Piedra, madre del activista liquidado.
–En 2008 Muñoz Ledo dijo que iba a reventar el sistema político y más tarde convocó a derrocar al presidente Felipe Calderón.
–Eso sí, nunca dijo nada contra el presidente Peña Nieto, quien lo cooptó con un programa de televisión cuando era gobernador del Estado de México; y a pesar de que los lopezobradoristas acusaron a Alfredo del Mazo Maza de haberse apoderado de la gubernatura mediante fraude, Muñoz Ledo ha seguido con su programa en la TV oficial del gobierno mexiquense.
–En el 2011 Muñoz Ledo se opuso a la Ley de Seguridad Interior con afirmaciones ofensivas contra las fuerzas armadas que participaban de manera legal en labores de apoyo a la seguridad pública y habló de “iniciativas militaroides”.
–Y queden al final algunas frases de apoyo a Díaz Ordaz por Tlatelolco 2 de octubre: “(el presidente) no permitió tampoco que se deteriorara la autoridad que el Estado ejerce sobre los interese particulares”; “el ejecutivo tomó sus decisiones y la responsabilidad que asume es la reafirmación (…) de la supremacía del poder público”; y “como miembro del PRI (…) nada me ha conmovido más hondamente en el texto del V informe que el valor moral y la lucidez histórica con que el presidente de México reitera su confianza en la limpieza de ánimo y en la pasión de justicia de los jóvenes mexicanos”.
Transparencia… sí se puede. Sinaloa parece haber ganado la medalla de oro en transparencia presupuestal. En una visita, el Auditor Superior de la Federación, David Colmenares Páramo, reconoció que la revisión de cuentas del gobernador priísta Quirino Ordaz Coppel apenas arrojó inconsistencias en el 0.1% del presupuesto, “prácticamente nada”, algo nunca visto, y destacó el papel clave de la secretaria de la contraloría estatal Guadalupe Yan. Ante el reconocimiento, el gobernador sólo dijo: “el que nada debe, nada teme” e instruyó a sus colaboradores a publicar todo manejo de dinero público. “Nada se debe ocultar”, agregó. En cambio, otros…, ironizó Colmenares.
Política para dummies: La política es el reverso de la memoria.
@carlosramirezh
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