ZAGAL 

Trabajadores domésticos

Luego de que fuera aprobada por la Cámara de Diputados el pasado 30 de abril, esta semana el Senado de la República, actúo en su papel de cámara revisora y  aprobó por unanimidad una serie de modificaciones a la Ley Federal del Trabajo que otorgan derechos a las y los trabajadores del hogar.

En México, más de 2.3 millones de personas, en su mayoría mujeres – 95% – , se dedican a uno de los oficios más antiguos del mundo; el trabajo doméstico.

Dentro de las modificaciones avaladas por el Congreso de la Unión, se encuentra el estipular que, a quien contrate a una persona trabajadora del hogar, deberá formalizar la relación mediante un contrato por escrito, así como garantizar el derecho a las mismas prestaciones mínimas que percibe cualquier otro trabajador formal, como lo son: salario mínimo, seguridad social, servicios de salud, bonos pagados y licencia por embarazo, entre otras.

Con esta inclusión a la Ley, se inicia por romper con los estigmas que se han construido a través de la figura del empleado doméstico, y por primera vez se les reconocerá de manera legal, su trabajo y su impacto dentro de la sociedad mexicana.

Hay quien lo ve como una carga para el patrón, ya que la inscripción de un trabajador a la seguridad social cuesta alrededor de 9,000 pesos al año, pero el beneficio que obtienen las y los inscritos es crucial, ya que la mayoría siendo mujeres, conforman casi el 10% de la población económicamente activa de mujeres en el país, por lo que deben de gozar con el pleno de sus derechos.

Mujeres que, día con día, permite a todos los integrantes de una familia adentrarse por otras actividades sin preocuparse por mantener en orden el hogar; encontrando las cosas que perdemos, recogiendo lo que nos toca levantar, llevando a cabo uno de los trabajos que mayor impacto tiene en lo cotidiano, como lo es el del hogar.

Lo que se aprobó esta semana por el Congreso – que ahora pasa al Ejecutivo para continuar con el proceso legislativo y es muy probable que también lo apruebe – es un claro ejemplo de justicia. Justicia para un grupo que en múltiples ocasiones se ha visto discriminado, estereotipado, y en ocasiones maltratado, para que ahora puedan disfrutar de los derechos que como trabajador les corresponde.

No cabe duda que su papel dentro de la casa del mexicano es de alto impacto, porque, aunque pasen desapercibidas, sabemos que la tenemos de nuestro lado.

Cada quien podrá tener sus opiniones con base en sus experiencias. Habrá a quien lo vea mal, y habrá hasta quien le dedique una película merecedora de un premio Oscar, en fin, cada quien tendrá su porqué.

A mí en lo particular, no me queda más que agradecer, y reconocer, todo el apoyo que en su momento, y en este también, me han brindado las distintas trabajadoras de mi hogar.

Mucho que analizar, en un mundo tan complejo como el laboral. Habrá que ver qué pasa. Estaremos pendientes.

Reciban un saludo, muchas gracias. Nos leemos la próxima semana,

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El Heraldo de Saltillo
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