Ganar un Oscar en México
Y estaba allí tomando la soñada estatuilla dorada, frente a mil espectadores que ovacionaban de pie, las luces señalaban directo al escenario listos para el discurso, se podía escuchar que algunos gritaban mi nombre, hasta chiflaban para demostrar su alegría al verme con el galardón, era todo como un sueño hasta que sonó el despertador y me desperté.
Frank Capra en alguna ocasión, el Oscar no sólo es el premio más valioso en la industria del cine. También es la forma menos costosa de promoción mundial inventada por una industria, el sabía de lo que hablaba tras acumular seis candidaturas y tres oscars en su poder a lo largo de su carrera. En otras palabras y sin ser tan políticamente correcto una estatuilla de la academia es como estar en el chisme un mes sin pagar publicidad alguna, te lo ganaste por el simple hecho de estar nominado y con esa publicidad viene le negociaciones de posibles proyectos que te permitirán estar en los reflectores a mediano plazo.
¿Se han preguntado que harían si pudieran ir a una alfombra roja? No como espectador con una revista esperando que tu artista favorito pase y te firme ¡no! Realmente participando en la alfombra caminando y escuchando a los fotógrafos para que te detengas y poses lo que traes puesto “un vestido que ya no me quedaba y esta bolsa me la prestó mi hermana, muchas gracias, buenas noches” y al día siguiente te daban la portada.
El ganador de la estatuilla sonríe y se levanta para recoger el premio cuando escucha que es el elegido como el mejor para ese categoría. A los demás candidatos, les toca aceptar la derrota mientras dan su mejor sonrisa y ver como el efecto Oscar se les va de las manos. ¿Qué es eso del «efecto Oscar»? Podríamos definirlo como el golpe económico que generan los premios y las nominaciones en las películas. El más rentable es, sin duda, el de mejor película. Según la consultora IBISWorld, los nominados en esta categoría registraron un margen de beneficio del 247,2%. Tuvieron, de media, un presupuesto de 42,1 millones de dólares y ganaron en taquilla 104,2 millones de dólares.
Así como la comprobación de un desfalco económico o un video escandalo le da a los políticos semanas de mala publicidad, ganarse el premio de la academia es el boleto dorado para que a corto y mediano plazo la persona beneficiada con el voto (porque también en Hollywood hay democracia) tengan buena publicidad.
Ganar no solo significa recibir una de las preciadas estatuillas doradas de 34 centímetros. Además del tiquete directo a lo más alto del prestigio cinematográfico, los actores con un Óscar ganan hasta $10 millones de dólares más al año que los que no han sido premiados. El cine es una industria que mueve miles millones de dólares entre producciones y taquillas. Por eso los ‘Premios de la Academia al Mérito’, como verdaderamente se llaman los Óscar, no pueden pasar desapercibidos para nadie.
Se escucha sobre que los miembros de la Academia tienen que votar ¿tendrán su propio INE? Eugenio Derbez recientemente considerado como nuevo miembro de la Academia subió a sus redes el paquete de películas que le mandaban para que revisara a las nominadas y su clave para entrar al sistema y votar. Eso te dice que se preocupan porque los votantes vean el material y no solo votan por votar ¿deberíamos aprenderles algo? La verdad es que como suelen ser todas las campañas, las productoras gastan bastante dinero queriéndose ver beneficiados con el voto.
Por mucho que la Academia intente separar el Oscar del dinero que cuesta obtenerlo, el marketing ha sido siempre parte de este galardón. Con los años la Academia ha intentado reducir a cero las fiestas o los obsequios que los miembros pueden recibir, aunque con cada norma también ha surgido una nueva forma de captar la atención de los votantes. Porque eso y no el voto es lo que compran las campañas. Como recuerda Variety en su último editorial el objetivo de las campañas no es el soborno, sino que académicos vean la película o recordarles lo mucho que les gustó cuando rellenaron sus papeletas.
El mundo del cine no ha dejado de ser el sueño aspiracional de más de uno, ya sea como actriz, director, o en parte de la producción. Los mexicanos cada vez están más presente en la capital del cine, demostrando que la calidad también puede decir HECHO EN MEXICO, esto no solamente debemos aplaudirlo de lado mediático sino como un antecedente para futuras generaciones para que demostrarles que con esfuerzo, talento y empeño los sueños se hacen realidad.
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