Este viernes, el obispo emérito Francisco Villalobos Padilla cumple 98 años de vida, de los cuales 48 los ha dedicado ininterrumpidamente a difundir la fe católica en Coahuila.
El religioso nació un primero de febrero de 1921, en Guadalajara, Jalisco. Es el noveno de 13 hermanos e hijo de don Carlos Villalobos (+) y doña María del Refugio Padilla (+).
Dejando fuera los juegos de época, con poco más de nueve años Francisco Villalobos Padilla jugaba a ser sacerdote, primer indicio de una vida dedicada a lo que sería su vocación definitiva.
Su primer contacto con la Iglesia fue cuando se convirtió en acólito del padre Francisco Aguinaga en el templo Nuestra Señora del Carmen.
VOCACIÓN INDISCUTIBLE
Gracias al ejemplo que le significaron su tío Alfonso Jaramillo Hernández, quien era sacerdote; y sus hermanos Jorge, sacerdote jesuita; y Carlos, hermano marista, ingresó al Seminario antes de cumplir los 18 años. En aquel entonces don Ignacio de Alba, quien más tarde sería nombrado obispo de Colima, fungía como rector en esta institución formativa.
Se vivían los tiempos de persecución religiosa, por lo que los primeros tres años de su formación, los vivió en su propio domicilio y asistía a sus clases de manera clandestina.
Pasó a ser alumno interno una vez que el Seminario se ubicó junto al templo San José Analco. El cardenal José Salazar, y a los padres José y Enrique Toral, fueron sus maestros.
Destacado en el ámbito académico y con corazón bondadoso para sus compañeros, de 1945 a 1947 quedó al frente de la redacción y publicación de la revista «Aposto». Luego sería enviado a continuar su preparación estudiantil a Roma.
El 14 de abril de 1946, en Guadalajara, recibió la tonsura; el 18, las Ordenes Menores de ostiario y lectorado; el 20, el Acolitado y el Exorcistado.
En Roma, Italia, fue acreedor al Subdiaconado; el 27 de marzo de 1948 y el 18 de diciembre de 1948 recibió el Diaconado, su dedicación era indiscutible.
El 2 de abril de 1949 fue ordenado Presbítero. En esa fecha Su Santidad Pío XII celebró 50 años de Ordenación Sacerdotal, por eso la ordenación del grupo de Monseñor Francisco Villalobos se integró a las ofrendas del Vicario de Cristo. La ceremonia se llevó a cabo en la capilla del Colegio Pío Latino en Roma, Italia, y fue presidida por Monseñor Alfredo Viola, Obispo de Uruguay.
En la Pontificia Universidad Gregoriana, obtuvo Licenciatura y Doctorado en Historia Eclesiástica, su preparación continuaba con éxito.
De regreso en Guadalajara ofició su Cantamisa en el templo Nuestra Señora del Carmen, donde se había vestido de acólito en su infancia.
UN SACERDOTE AMISTOSO
Su ministerio sacerdotal lo realizó en el Seminario de Guadalajara, primero como prefecto de Latinos, luego como director del Instituto de Vocaciones Tardías y director de la Revista Apóstol. Como docente dirigió las cátedras de Historia Eclesiástica, Patrología, Francés, Historia Universal. En 1968, le fue conferido el cargo de vicerrector del Seminario.
En el L’Osservatore Romano el 9 de mayo de 1971, se publicaba que el ahora festejado era nombrado como obispo titular de Columnata y Auxiliar de Saltillo, por tal motivo el Seminario de Guadalajara le diría adiós con una Velada Literario-Musical el 22 de junio de 1971.
CONSAGRACIÓN
El 3 de agosto de 1971 el padre Francisco Raúl Villalobos Padilla fue consagrado como obispo por la oración consagratoria del Señor Obispo don Luis Guízar Barragán en la Catedral de Saltillo, Coahuila. Años más tarde, el 28 de octubre de 1975, monseñor Francisco Raúl Villalobos Padilla tomaría posesión como Obispo Titular de la Diócesis de la capital coahuilense, misma a la que apoyó como Obispo Auxiliar desde 1971.
En el año de 1979 participó en la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Puebla por elección del Episcopado Mexicano. Asimismo, por elección representó a los obispos de México en la VI Asamblea General del Sínodo de los obispos en el año de 1984.
Promovió el trabajo de la pastoral vocacional y fortaleció el Seminario Menor; se encargó de fundar la Escuela Secundaria y de Bachilleres “Julieta Dávila” para los seminaristas (ahora Instituto San José); instituyó y realizó la fundación y la construcción del Seminario Mayor.
Reconocido también por erguir las bases para la gestación de la Diócesis de Piedras Negras, además por fundar el Seminario Auxiliar de dicho municipio. Creó rectorías y un gran número de parroquias al servicio de los fieles católicos. Además, fundó el SEDEC para la formación de la catequesis en la Diócesis.
El 26 de julio de 1996 celebró plenamente sus Bodas de Plata Episcopales.
El Papa Juan Pablo II dio crédito y aceptó su renuncia el 31 de diciembre de 1999.
El 20 de marzo del 2000 le cedió la posesión de la Diócesis a Fray Raúl Vera López, desde entonces Francisco Villalobos Padilla es Obispo Emérito de Saltillo, siendo un legado viviente de la vida religiosa y estandarte de ésta en la ciudad. (OMAR SOTO)
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