El espacio la semana anterior fue insuficiente para abordar las implicaciones que a nivel local puede tener la elección extraordinaria para renovar la alcaldía de Monterrey.
Al correr de los días se han sumado nuevos sucesos y dejan en claro que más allá de sí como delegado especial en esa elección logra o no Rubén Moreira Valdez el anhelado reposicionamiento en la escena política nacional, hay otras connotaciones que alcanzan a grupos y actores políticos locales, particularmente dentro del PRI.
Ya se escuchaba desde la semana anterior que algunos allegados de Rubén Moreira estaban buscando voluntarios en Coahuila para participar en la operación de la elección en Monterrey, y para el domingo surgió la confirmación con la evidenciada en prensa para José Luis Chapa Reséndiz, que fuera Comisionado de Seguridad en el cierre del sexenio anterior, y quien cometió el descuido de iniciar la leva de operadores en whatsapp, donde ningún secreto queda a salvo.
Chapa sigue siendo funcionario estatal, la opacidad en que opera la Secretaría de Seguridad Pública no permite conocer cuáles son su cargo, funciones y facultades, pero en la nómina aparece activo, y las indiscretas redes sociales revelan en donde están sus lealtades.
Sin duda que para tener éxito en su encomienda Rubén Moreira necesita recursos y manos, los primeros puede conseguirlos el candidato del PRI en Monterrey y los grupos que lo respaldan. Las manos las busca el ex gobernador entre quienes le han ayudado históricamente a construir estructuras, la mayoría de ellos aún incrustados en la nómina oficial de Coahuila.
Llegó el momento de poner a prueba lealtades, con quién la jugarán por ejemplo José María Fraustro Siller, Jaime Bueno Zertuche, Inocencio Aguirre Willars, Rigo Fuentes, Azucena Ramos, Diana Patricia González, Javier Díaz, o actores políticos de algunas regiones como Melchor Sánchez en Monclova, Jesús María Montemayor y Luis Alfonso Rodríguez en Sabinas, y Sonia Villarreal en Piedras Negras. ¿Aportarán gente para la elección en Monterrey o se mantendrán institucionales con el gobernador Miguel Riquelme?
A lo largo de la historia política estatal hemos visto como algunos ceden a la tentación de mantener encendidas dos veladoras, pero no son pocos los que de tan ladinos terminan quemándose. Veremos.
En estas circunstancias, más los tiempos propios del calendario político local y la transición que en unos días más se dará en el gobierno federal, queda un espacio ajustado para que el gobernador Miguel Riquelme concrete los cambios necesarios en su gabinete.
Es ahora cuando además de resultados hay que medir lealtad y compromiso. El gobernador necesita reestructurar su equipo, le hacen falta colaboradores más eficientes y que le ayuden a imprimir personalidad y sello propio a la administración.
De la elección en Monterrey, el viernes anterior se cambió la fecha del 16 de diciembre al día 23, pero no hay nada definitivo, pues los partidos aún no comienzan la competencia en el terreno y siguen en los tribunales, ahora con el tema de alianzas y sustitución de candidatos, lo que genera demoras y puede llevar a una nueva reprogramación, ahora para el 30 de diciembre.
La elección en plenas fiestas se dice que favorece al PRI, pues siempre le va mejor cuando la participación ciudadana es baja, pero el escenario es incierto pues el electorado de Monterrey tiene un comportamiento atípico.
Por lo pronto Rubén Moreira ya consiguió una alianza con el Partido Verde, y con ello bajó de la contienda al controvertido Adalberto Madero, que ya fue alcalde de Monterrey bajo las siglas del PAN, este año compitió con los ecologistas y obtuvo más de 80 mil votos, que se espera apuntalen ahora al priísta Adrián de la Garza Santos, aunque Madero litiga para repetir como candidato.
Los de MORENA siguen en el titubeo, al parecer siempre sí repetirán alianza con el PT, pero no hay seguridad de que el candidato sea de nuevo Patricio Zambrano. La impresión en Monterrey es que la ven perdida, y lo que menos quieren es que gane el PAN.
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De regreso en lo local, a poco más de dos meses de su renuncia cómo se nota la ausencia de Samuel Rodríguez en el Congreso.
El grado de tensión que hay desde hace algunas semanas en el Legislativo anticipa un escenario difícil para el primer informe de Miguel Riquelme el próximo viernes, y no se ve a nadie operando o conciliando con PAN y UDC.
Jaime Bueno no pierde el buen ánimo ni se presiona, la Junta de Coordinación le llegó de forma inesperada, y si del cielo le cae que se acomoden las cosas para retenerla un año más, para el está bien. Por lo pronto ya resolvió sus compromisos decembrinos aprovechando el asueto revolucionario, pero prefirió evitar los tumultos del Buen Fin y optó por hacer sus compras en Texas.
¿Pero quién le va a cuidar entonces al gobernador su informe?
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Acierto el de Manolo Jiménez al impulsar la designación de Oscar Pimentel González como nuevo titular del Instituto Municipal de Planeación.
No hay antecedente, en lo reciente al menos, de que un Presidente Municipal haya sumado a antecesores a su equipo. Hoy Manolo tiene a dos ex alcaldes en funciones oficiales, Pimentel que se está incorporando, y Carlos Robles Lostanau, que gobernó Hermosillo en los noventa y está a cargo del Instituto de Transporte, donde la semana próxima deberá hacer anuncios importantes.
Para Saltillo la llegada de Pimentel al IMPLAN es positiva, por su profesionalismo, capacidad y compromiso con la ciudad. Para Manolo es una jugada política de altura, pues suma a un operador valioso que le podrá ayudar a proyectar su administración y a estructurar su proyecto a futuro.
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