OPINIÓN

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20 noviembre, 2018

30/30

Actualmente se encuentra bajo estudio en su respectiva Comisión dentro de la Cámara de Senadores, la iniciativa 30/30, que fue presentada ante el pleno la semana pasada. Dicha iniciativa plantea reformar, mediante adición, tanto la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), como la Ley General de Procedimientos e Instituciones Electorales (LGIPE).

Con esta reforma se busca obligar a todos los partidos políticos, a que al momento de elaborar sus listas de candidatos a cargos de elección popular, éstas estén conformadas por al menos treinta por ciento de jóvenes menores de treinta años, siguiendo siempre los requisitos de mínima edad que señale la Constitución dependiendo del cargo que se trate.

Esta iniciativa pretende impulsar el ejercicio efectivo de los derechos político-electorales de nosotros los jóvenes para participar en la vida política del país, en la conformación de los órganos colegiados de representación popular, lo cual es de suma importancia ya que somos una generación que va en crecimiento poblacional y en impacto en la vida democrática del Estado, pues basta observar los resultados de la elección pasada en donde la participación de los jóvenes de entre 18 y 29 años representamos el 30 por ciento del padrón electoral.

Lo anterior se traduce en la implementación de una Acción Afirmativa, es decir, una medida temporal, razonable, proporcional y objetiva, orientada a la igualdad efectiva de ciertos grupos representativos de la sociedad, como lo ha sostenido la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Este tipo de Acciones que son conocidas como “cuotas”o “cupos”, siempre han sido tema de debate en nuestro país en cuanto a su implementación, tal es el caso de cuando en el 2013 se emitió, por medio de una iniciativa de reforma presentada por el Presidente de la República, al ya abrogado Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) – ahora LGIPE -, para que, del total de candidaturas a puestos de elección popular que presentaran los partidos políticos o coaliciones ante el entonces Instituto Federal Electoral (ahora INE), estuviesen integradas con un 50% de candidatos propietarios y suplentes de un mismo género y el 50% restante con candidatos del género opuesto. En su momento, la iniciativa presidencial detonó una discusión, ya superada en la actualidad, sobre las ventajas y desventajas del sistema de paridad de género.

No obstante, la realidad es que el contexto histórico de nuestro país, donde nos encontramos con una sociedad desigual, genera el efecto de que se tengan que implementar este tipo de acciones para la obtención de una igualdad efectiva que permita garantizar una representación auténtica de todos los sectores de la sociedad.

También es cierto que a pesar de las garantías que genera su instauración, este tipo de acciones afectan a los principios democráticos, como puede ser la igualdad de oportunidades, al discriminar a potenciales candidatos, en este caso mayores de 30 años, por potenciales candidatos menores de dicha edad. Sin embargo, debemos tener por bien recibidas este tipo de acciones para lograr el abatimiento del rezago histórico en el que se han encontrado ciertos grupos de la sociedad, entre ellos, nosotros los jóvenes.

Aún faltan etapas del proceso legislativo para que se dé por aprobada esta iniciativa, pero no cabe duda que nuestro interés, como jóvenes, dentro de asuntos de política de nuestro país, tiene que empezar a relucir. Más ahora que estamos siendo actores de la historia gracias a la alta participación que se genera dentro de nuestro sector; pero al mismo tiempo existe un desinterés, mal generalizado, de muchos jóvenes a participar en la vida política, ya que para algunos pareciere que las instituciones no contribuyen a la vinculación de las futuras generaciones dentro de la participación social y democrática del Estado.

Queda a la opinión de usted, querido lector, la conveniencia o inconveniencia del establecimiento de este tipo de medidas, como la presentada, las que por su intención tienden a la conquista del tan anhelado Estado Democrático de Derecho, y que solamente el paso del tiempo, dará muestra de su eficacia en la consolidación del deseado fin.

Reciban un saludo, muchas gracias.

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