Las velas y el pan tan caros
En esta ocasión te platico de una reunión de suma importancia que se realizó en esta hermosa ciudad de Saltillo en el mes de junio del lejano año de 1825. En aquella época, en aquellos años cuando no había energía eléctrica y por lo tanto se usaban velas para aluzarnos, los Saltillenses saciaban el hambre con un delicioso pan.
Dicen que las velas costaban no un ojo sino los dos ojos de la cara, y que los panaderos, habían ya amasado no la masa, sino una fortuna con la venta de sus productos, y quienes pagaban los altos precios tanto por las velas como por el pan eran los consumidores finales, Saltillenses ellos.
La autoridad municipal sostuvo reuniones con los productores de velas y los panaderos, en las cuales acordaron que la torta de pan blanco, francés o semita costará medio real. El pan de menudencia tendría un precio de cuatro piezas por medio real. Además se estableció que dichos precios deberían de estar a la vista de los compradores en una tabla.
Por su parte la venta y el precio de las velas era más complicado, pues el cabo labrado, sólo podia ser dividio en dos, tres y hasta cuatro velas, cuyo precio, sin importar la presentación, seria de medio real. Por cierto, por acuerdo de la autoridad y de los productores de las velas, quedaba estrictamente prohibido la entega de un pilón.
Estimada y estimado Saltillense, la vigencia de estos precios iniciaba el 12 de junio de aquel año de 1825 y para nuestra desfortuna no sigue vigente. La autoridad señaló firmemente ¡ay de aquél que trafique con el alimento de su prójimo!, pues el peso de la ley se posará sobre su panificadora cabeza.
Así es, en aquellos años, cuando el pan y la vela costaban mucho, los Saltillenses necesitaban llenar el estómago, y para llenar la panza por la noche en la cena no lo podían hacer a oscuras.
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