Alemania cae por 2-0 ante Corea del Sur y dice adiós al Mundial

Photo: Ina Fassbender/dpa

 

En el Mundial de las sorpresas, Alemania protagonizó la mayor y más inesperada de todas al quedarse estrepitosamente fuera de Rusia 2018 en la primera fase al caer por 2-0 ante la incombustible Corea del Sur.

Poco importó que el gol de Younggwon Kim y el de Heungmin Son  llegaran en el tiempo de descuento y que el primero de ellos, además, lo hiciera con la connivencia del VAR. La desconocida e impotente Alemania ya estaba fuera antes de que los asiáticos aprovecharan su total desconcierto en los minutos finales para acabar de sentenciarla.

La ineficacia de los vigentes campeones del mundo, sumada al rotundo triunfo de Suecia ante México por 3-0, había obrado lo inaudito: la eliminación de Alemania por primera vez en la fase de grupos de un Mundial. En 1938 también quedó fuera a las primeras de cambio, pero en aquel entonces el torneo arrancaba directamente en octavos.

La potencia europea siguió así la suerte de España en 2014, de Italia en 2010 y de Francia en 2002, las campeonas reinantes que no lograron superar la fase de grupos en su siguiente Mundial.

Con pólvora mojada en este campeonato e incapaces de aprovechar las diversas ocasiones que tuvieron hoy, los dirigidos por Joachim Löw sumaron en el Arena de Kazán su segunda derrota, después de perder por 1-0 ante México en su estreno en el torneo y de sumar su única victoria por 2-1 en el tiempo de descuento ante Suecia.

Los suecos, compungidos en la segunda fecha, festejaron hoy y pasaron como primeros de grupo junto con México. Alemania, impotente, se despidió junto a Corea del Sur, que sin embargo celebró tras lograr una de las victorias más impactantes de la historia de los Mundiales.

Y eso que Alemania acumuló ocasiones y ocasiones en el segundo parcial de un duelo que intentó, en vano, cocinar a fuego lento.

Los surcoreanos presentaron más batalla de la que habían sugerido en la previa, cuando redujeron sus posibilidades de imponerse a «un uno por ciento».

Sin nada que perder, los dirigidos por Taeyong Shin mostraron una imagen combativa, se conjuraron en corro antes del inicio de cada parcial y, conscientes de su inferioridad técnica, emplearon sus mejores armas.

Con una presión alta en algunas fases y continuas faltas por momentos, los asiáticos cortaron el ritmo germano e impidieron que el claro dominio de los de Löw tuviera frutos en una primera parte en la que dos de las tres ocasiones más claras fueron para los surcoreanos.

Manuel Neuer contribuyó, sin duda, en una falta lanzada por Wooyoung Jung. El arquero alemán no atajó bien con las manos y el balón  estuvo a punto de colarse a gol. Corría el minuto 18 y Alemania se llevó el primer gran susto.

Lo superó con solvencia, pero sin efectividad. En el duelo decisivo, Löw repartió la manija del equipo entre Toni Kroos y Sami Khedira, que, como Mesut Özil y el recuperado Mats Hummels, regresó al once titular de la campeona del mundo.

Özil tuvo buenas intervenciones, pero demasiado intermitentes. Khedira no mejoró a Kroos y a los 58 minutos fue remplazado por Mario Gómez. Joshua Kimmich firmó la mejor oportunidad de los germanos, en un disparo desde dentro del área grande que se fue demasiado alto.

Sentado junto a Miroslav Klose, el sancionado Jerome Boateng lo contempló todo desde la grada de un Kazan Arena que, repleto de seguidores locales, se arrancó con un sonoro «¡Rusia, Rusia!» al cuarto de hora de partido.

Así, por tercer partido consecutivo, la «Mannschaft» cerró los primeros 45 minutos sin goles en su casillero.

Los pudo anotar en el inicio de reanudación, en dos ocasiones casi consecutivas que erraron Leon Goretzka y Timo Werner.

La de Goretzka fue, más que un error, una gran intervención de Hyeonwoo Jo, que sacó una mano prodigiosa para desviar el potente cabezazo del germano.

Los nervios de la campeona del mundo y de sus seguidores empezaron a ponerse a prueba. Y más cuando a la ineficacia propia se le sumaron, desde Ekaterimburgo, los goles de Suecia ante México.

El desconcierto alemán, evidente, lo aprovechó Corea del Sur a la contra, en un partido ya decididamente abierto.

Löw reaccionó a las malas noticias dando entrada a Thomas Müller por Goretzka. Nada de lo que intentó le sirvió.

Descompuesta, desconocida y sin su habitual temple para voltear los duelos, Alemania, la vigente campeona, dijo adiós. (dpa)

 

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El Heraldo de Saltillo
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