FRANCISCO TOBÍAS H.
La orquesta contra el fonógrafo
En esta ocasión te platico de un hecho que hoy es muy común en todo Saltillo, pero que la primera ocasión que sucedió causó un gran problema en esta hermosa ciudad, y que pude enterarme por medio de un periódico que circulaba aquí y que se llamaba “El Chisme”.
Resulta que en el mes septiembre de 1938, cuando en aquel pequeño Saltillo, para realizar un baile se podía contratar unicamete a las orquestas de Saltillo, y que todas estas estaban representadas por la dirección de orquestas unidas de Saltillo, un buen día los miembros del Casino se presentaron en las oficinas para contratar una orquesta, ya que el siguiente sábado 17 tendrían baile.
Ni tardos ni perezosos, los músicos hicieron cuentas, despúes de preguntarles a los clientes la cantidad de horas que duraría la fiesta. Después de hacer números, checar disponiblidad en su agenda, ya con las sumas y restas elaboradas, decidieron dar un presupuesto de cuarenta pesos. Los integrates del Casino de Saltillo les dijeron a los musicos que el precio era excesivo, motivo por el cual no llegaron a ningun acuerdo, haciendo el compromiso de reunirse otro día para tratar de pactar algún buen precio tanto para los bailadores como para los músicos.
Pasaron las horas, los dias y la semana. Los interesados en contratar a los musicos no se aercaron, incluso dicen que ni las narcies asomaron de nuevo, por lo que la dirección de orquestas unidas de Saltillo había deducido que el baile en el Casino se habia suspendido. Sin embargo, no faltó el chismoso que el sábado por la noche fue corriendo con el comité de musicos para informar que, en el Casino de Saltillo, se estaba bailando, motivo por el cuál de manera inmediata se orgaizaó una comisión para ir a verificar si se había contratado banda, orquesta o músicos de otras latitudes distintas a la de esta hermosa ciudad, como habia sucedido semanas antes con un club de señoritas.
Al llegar los comisionados se dieron cuenta que dentro del Casino habia música y que el baile estaba en su apogeo.
El periódico “El Chisme” en su publicación del día siguiente señaló, y cito textual: “Los copetudos, los de la crema social, danzaban en medio de una música macabra por el estilo de los salvajes del África, producido por un fonografo viejo y discos rayados”.
Esta es una anécdota que sucedió en Saltillo, cuando por primera vez la música en un baile no fue con musicos sino con lo que conocemos como sonido, en aquellos años cuando no había casetes de 8 tracks, lp´s de vinil, cd´s, mp3 y mucho menos spotify, o apple music, sino por medio de un aparato inventado en la decada de 1870, por quien dicen que era mexicano, Tomás Alva Edison. Y fue así como cada domingo los bailes en el Casino eran sin músicos, pero sí con buena música, por medio de un fonografo.
Autor
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Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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