JOSÉ PABLO LADRÓN DE GUEVARA
Finales de Conferencia
Tras presenciar una de las rondas divisionales más intensas de la historia, llegamos a las finales de conferencia. Lo que se había platicado en semanas anteriores era de los mariscales, porque había una gran diferencia en la calidad entre ellos. Se pensaba que en los juegos del domingo se enfrentarían Drew Brees y Matt Ryan, pero terminó siendo Nick Foles y Case Keenum, mientras que en la americana se anticipaba otro encuentro entre Tom Brady y Ben Roethlisberger, pero Pittsburgh quedó en el camino, por lo que será Blake Bortles quien viaje a Nueva Inglaterra. La razón por la que vemos tres nombres tan extraños en la antesala del Super Bowl, es porque ellos son arropados por impresionantes jugadores defensivos que hacen la vida imposible a las ofensivas contrarias.Lo que resume la historia de los playoffs es lo siguiente: tres de las cuatro defensivas que menos yardas permiten de la NFL quedan con vida (Jacksonville, Minnesota y Filadelfia). Y si se ven las defensas que menos puntos reciben, las cuatro que sobreviven quedaron dentro del top 5.
La que menos figura es la de Patriotas, en parte porque la mayoría de las personas se quedaron con la impresión de los primeros cuatro partidos, cuando recibieron en promedio 32 puntos, pero posterior a esa mala racha únicamente en dos encuentros permitieron más de 20 puntos. Aunque suene difícil de creer, el mejor nivel lo mostraron después de perder a su mejor jugador, Dont’a Hightower. Ahí es donde se aprecia la capacidad de Bill Belichik, el entrenador en jefe, y Matt Patricia, el coordinador defensivo, de hacer ajustes con las piezas que tienen a su disposición, colocando a sus jugadores en las situaciones que más beneficien al equipo. Si los planes de juego que diseñaron fueron suficientes para dejar a Matt Ryan con siete puntos y Derek Carr con ocho, se debe esperar que el plan para detener a Blake Bortles sea prácticamente mortal para los Jarguares. Bortles es uno de los mariscales más irregulares, no por nada en los últimos cuatro juegos, incluyendo dos de postemporada, no ha llegado al 60% de pases completos. Por la baja capacidad del mariscal que enfrentarán los Patriotas, se prevé que su defensa constantemente ponga a ocho jugadores en la “caja”, anticipando la corrida, haciendo que la ofensiva Jaguar dependa del brazo de Bortles.
La defensa de Jacksonville fue de la que más se habló en este año, la cual adoptó el nombre de “Sacksonville”, haciendo alusión a la gran capacidad que tiene de generar capturas de mariscal. Este grupo terminó el 2017 siendo la primera en puntos recibidos, segunda en yardas totales, y la primera contra el juego aéreo. Su única debilidad fue el juego terrestre, al permitir por juego 116.2 yardas por encuentro, la onceava peor marca de la NFL. Aún con estos grandes números, no son impenetrables ya que en Nochebuena recibieron 44 puntos por parte de San Francisco y la semana pasada permitieron 42 a Pittsburgh. Si Jaguares recibe esa cantidad de puntos en Nueva Inglaterra seguramente quedarán eliminados, por lo que tienen que jugar en su mejor nivel, haciendo lo que mejor hacen: ejercer presión al mariscal. Si este equipo es capaz de penetrar la línea ofensiva rival con sólo cuatro linieros, las posibilidades de llevarse la victoria aumentarán. El arma secreta de los Jaguares es Tom Coughlin, el ex entrenador que venció en dos ocasiones a Bill Belichik en el Super Bowl, y que ahora es directivo de la franquicia. En ambas ocasiones ganó por la gran presión que le generó a Tom Brady, veremos si Coughlin puede hacer la hazaña de nueva cuenta. La presión es la criptonita de Brady, cuando se ha enfrentado en playoffs a una defensa que en temporada regular consiguió 48 o más capturas, en siete juegos ha lanzado para nueve anotaciones y nueve intercepciones, con un raiting de 77. También, hay que destacar que la defensa de Jacksonville necesitará de un juego decente de Bortles, o al menos eso dice la estadística: Jaguares está invicto cuando su mariscal no lanza intercepción (10-0, contando playoffs).
Del otro lado, en la conferencia nacional, la situación parece aún más cerrada. Se enfrentarán dos equipos con mariscales que no iniciaron la temporada como titulares, que han tenido lesiones en posiciones clave (como tacle izquierdo y corredor) y que buscan conseguir el primer trofeo Vince Lombardi de su historia. El equipo local, las Águilas, vienen de detener el ataque de Atlanta, dejándolo por debajo de las 200 yardas por pase y 90 por corrida, y permitiendo únicamente el 31% de conversiones en tercera oportunidad. Esta defensa se distingue por la gran agresividad, al ser la que más cargas contra mariscales realiza en toda la NFL. Esta presión será clave, en caso de ser efectiva, porque el mariscal al que enfrentan, Case Keenum, tuvo un raiting de 5.1 cuando fue presionado por los Santos en el juego pasado. Esta defensa también destaca por lo oportunista que es, al ser la cuarta mejor en entregas de balón ocasionadas durante la temporada, y en juegos tan cerrados como el del domingo, un cambio de posesión puede ser la que decida quién va al Super Bowl. Sin duda el coordinador defensivo, Jim Schwartz, creará esquemas que confundan a Keenum, tanto en coberturas y en cargas, que podrían significar la victoria.
Por parte de los Vikingos, llegan a la final de conferencia tras ser participes de un autentico milagro. Stefon Diggs se benefició de un pésimo tacleo del novato de los Santos Marcus Williams, pero en este partido saben que de estar en una posición similar, no tendrán la misma suerte. Minnesota anticipa que será muy difícil correr el balón, por lo que tendrán que idear paquetes ofensivos que den máxima protección a Case Keenum, aunque eso signifique sacrificar el juego aéreo del ala cerrada Kyle Rudolph, para que ayude a bloquear. Seguramente veremos rutas cortas, que permitan a Case deshacerse del balón en menos de dos segundos y medio. Del lado defensivo, saben que Nick Foles depende de las válvulas de escape, no por nada el corredor Corey Clement fue quien más recepciones tuvo en el juego contra Atlanta. Si pueden forzar a que Foles tenga que mandar pases de rango medio y largos, ocasionaran estragos en la ofensiva de Filadelfia porque uno, tendrán más tiempo para ejercer presión y dos, tendrá que enviar el balón a receptores cubiertos por los grandes esquineros y profundos que tienen, como Xavier Rhodes y Harrison Smith.
En las finales de conferencia nos esperan juegos que seguramente brillarán más por el accionar defensivo, que por el ofensivo, pero no por eso carecerán de grandes destellos. Aunque en la americana hay gran expectativa por la defensa de Jaguares y el daño que pueda hacerle a Brady, eso será casi irrelevante si Blake Bortles no es capaz de descifrar los embates defensivos de Nueva Inglaterra, lo cual parece difícil que logre. Y en la nacional, Foles y Keenum (que estuvieron juntos como mariscales con los Carneros en 2015) dependerán de la protección de la línea ofensiva que reciban y la rapidez con la que se deshacen del balón. Aunque los dos tienen la capacidad de ejecutar este plan, Case cuenta con más armas aéreas y no enfrenta a una secundaria tan buena como la suya.
You may not know:
Tom Brady tiene la misma cantidad de victorias de Super Bowl (5) que el total de partidos de playoffs que han jugado de Blake Bortles (2), Nick Foles (2) y Case Keenum (1)
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