¿Qué es la apnea del sueño y cómo afecta a tu salud?

Muchas personas no se dan cuenta de que las noches inquietas, los despertares frecuentes o la sensación de cansancio durante el día pueden ser señales de un problema de salud serio, como la apnea del sueño.

Este trastorno interfiere con la respiración al dormir y puede afectar la función cardiovascular, el cerebro y el sistema inmune si no se trata a tiempo.

Afortunadamente, existen tratamientos efectivos como el CPAP, que mejoran la calidad del sueño y protegen la salud a largo plazo.

¿Qué es la apnea del sueño?

La apnea del sueño es un trastorno que afecta el patrón de respiración normal al dormir. Durante el descanso, las personas que viven con este trastorno experimentan pausas repetidas en el flujo de aire hacia los pulmones.

Estas pausas pueden ocurrir muchas veces durante la noche y pueden durar desde pocos segundos hasta uno o dos minutos. Esto afecta la calidad del sueño y la manera en que el cuerpo y el cerebro se recuperan durante la noche.

Los diferentes tipos de apnea son:

●     Apnea obstructiva del sueño (AOS)

Es la forma más común de apnea del sueño. En este tipo de apnea, la respiración se detiene porque las vías respiratorias superiores se bloquean.

Durante la noche, los músculos de la garganta y la lengua se relajan demasiado, lo que dificulta que el aire llegue correctamente a los pulmones.

●     Apnea central del sueño (ACS)

Este tipo de apnea ocurre cuando el cerebro no envía las señales necesarias a los músculos que controlan la respiración.

A diferencia de la obstructiva, las vías respiratorias permanecen abiertas, pero la respiración se detiene porque el cuerpo no recibe la instrucción de inhalar.

La causa principal es la falta de coordinación entre el cerebro y los músculos respiratorios, que puede estar relacionada con problemas cardíacos, neurológicos o ciertos medicamentos.

●     Apnea mixta o compleja

La apnea mixta combina características de la apnea obstructiva y la central. La respiración puede interrumpirse primero por un bloqueo en las vías respiratorias y, posteriormente, por fallas en las señales del cerebro que controlan los músculos encargados de respirar.

Principales señales de alerta

Muchas personas que tienen apnea del sueño no son conscientes de los síntomas, ya que la mayoría ocurren mientras están dormidos.

Sin embargo, la mayoría de estos síntomas son evidentes para quienes duermen cerca o conviven con la persona que los padece. Según el artículo Sleep Apnea Symptoms & Warning Signs in Adults publicado en WebMD, los síntomas más comunes de la apnea del sueño son:

Ronquidos fuertes y persistentes: el ronquido es uno de los síntomas más comunes de la apnea del sueño. Sin embargo, no todas las personas que roncan padecen este trastorno.

En la apnea obstructiva del sueño, el ronquido tiende a ser perturbador, con episodios de jadeo o ahogo, pausas en la respiración y despertares bruscos con un resoplido. Las personas afectadas pueden despertarse asfixiándose y asustadas.

Pausas en la respiración durante el sueño: estas pausas normalmente son observadas por otra persona. La frecuencia varía según la gravedad, en los casos leves ocurren entre 5 y 14 veces por hora, en los moderados entre 15 y 29, y en los graves 30 o más veces por hora.

Jadeos o asfixia al respirar mientras duermes: estos episodios suceden cuando las vías respiratorias se bloquean parcial o completamente, lo que dificulta la respiración y puede despertar al individuo.

Despertar con la boca seca o dolor de garganta: la obstrucción de las vías respiratorias puede obligar a respirar por la boca durante el sueño, lo que provoca sequedad y dolor al despertar.

Dolores de cabeza matutinos: la falta de oxígeno durante la noche puede causar dolores de cabeza al despertar.

Dificultad para mantener el sueño (insomnio): las interrupciones en la respiración pueden dificultar el mantenimiento del sueño, provocando despertares frecuentes durante la noche.

Somnolencia diurna excesiva (hipersomnia): la calidad del sueño se ve comprometida, lo que lleva a una sensación de cansancio y somnolencia durante el día.

Dificultad para concentrarse y cambios en el estado de ánimo: la falta de sueño reparador puede afectar la concentración y provocar irritabilidad o cambios en el estado de ánimo.

¿Qué pasa si no se trata la apnea del sueño?

Si la apnea del sueño no se atiende, puede causar daños graves a la salud. Según el artículo Clinical consequences and economic costs of untreated obstructive sleep apnea” publicado por la National Institutes of Health (NIH), este trastorno aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares.

Además, puede generar problemas metabólicos, como resistencia a la insulina y un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

También puede afectar la salud mental, porque cuando no se duerme bien, el cerebro no descansa lo suficiente. Esto puede provocar ansiedad o cambios de humor que dificultan concentrarse, tomar decisiones y desenvolverse normalmente en la vida diaria.

Además, la somnolencia y la baja energía dificultan concentrarse y rendir en las actividades cotidianas, esto aumenta el riesgo de accidentes y reduce la calidad de vida en general.

¿Cómo se diagnostica la apnea del sueño?

El diagnóstico de la apnea del sueño se realiza a través de una evaluación médica especializada. El proceso normalmente se efectúa de esta manera.

  • Historia clínica y entrevista: el médico revisa los antecedentes de salud del paciente, hábitos de sueño y posibles factores de riesgo. También se toman en cuenta los comentarios de la pareja o familiares sobre si ronca, hace pausas en la respiración o se mueve mucho durante la noche.
  • Estudios del sueño: el más completo es la polisomnografía, un estudio que se realiza durante la noche en un laboratorio especializado y que registra variables como la respiración, los niveles de oxígeno en la sangre, la actividad cerebral, los movimientos musculares y el ritmo cardíaco.
  • Evaluación de gravedad: con los datos obtenidos, el especialista determina el tipo de apnea (obstructiva, central o mixta) y la severidad del trastorno, lo cual es fundamental para orientar el plan de manejo adecuado.

¿Cuál es el tratamiento más efectivo para controlar la apnea del sueño?

Según el artículo Treatment of Adult Obstructive Sleep Apnea With Positive Airway Pressure publicado por la American Academy of Sleep Medicine (AASM), la terapia CPAP (Presión Positiva Continua en las Vías Respiratorias) es el tratamiento más efectivo para la apnea del sueño.

Este equipo suministra un flujo constante de aire a través de una manguera conectada a una mascarilla, lo que mantiene las vías respiratorias abiertas durante el descanso. Al proporcionar una presión continua de aire, la respiración se mantiene estable toda la noche y el cuerpo recibe el oxígeno necesario para lograr un sueño profundo.

Además del CPAP estándar, existen otros equipos que funcionan de manera parecida y están diseñados para cubrir distintas necesidades:

  • APAP (Presión Positiva Automática): este dispositivo regula de forma automática la presión de aire durante la noche. Si detecta que la respiración se vuelve más limitada, aumenta la presión; si vuelve a la normalidad, la reduce. Esto lo hace ideal para personas que cambian de posición al dormir o que tienen variaciones en la intensidad de su apnea.
  • BiPAP o BPAP (Presión Positiva Binivel): a diferencia del CPAP, este equipo ofrece dos niveles de presión: una más alta para inhalar y otra más baja para exhalar. Este ajuste facilita la respiración y suele recomendarse a quienes tienen dificultad para tolerar la presión constante o padecen enfermedades respiratorias más complejas.

Saber qué es la apnea del sueño permite reconocer la importancia de atender sus síntomas a tiempo. Aunque muchos de ellos ocurren durante la noche y pueden pasar desapercibidos, signos como ronquidos intensos, pausas en la respiración, somnolencia diurna o cambios de ánimo son alertas que no deben ignorarse.

Detectar estos síntomas a tiempo y acudir a un especialista facilita un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado, lo que protege la salud cardiovascular, cerebral y metabólica.

El uso de terapias efectivas, como el CPAP y sus variantes APAP o BiPAP, puede mejorar significativamente la calidad del sueño y la energía durante el día, además de reducir los riesgos de salud asociados con este trastorno.