¿Qué es la gestión de residuos «Basura Cero» y cómo implementarla?

¿Te has preguntado alguna vez si es posible que una comunidad, empresa o incluso una ciudad entera deje de generar basura? Aunque suene utópico, el movimiento “Basura Cero” asegura que sí es posible reducir los desechos al mínimo.

Y es que, cuando la gestión de residuos se vuelve un problema, es necesario implementar acciones concretas que faciliten el proceso. A continuación te explicamos cuáles son las estrategias que propone esa iniciativa.

¿Qué es la estrategia basura cero?

Es un movimiento global que busca gestionar los residuos de tal manera que no vuelvan a la naturaleza en forma de basura. Para lo cual, se requieren algunos cambios, como:

  • Hábitos más responsables de consumo.
  • Preferencia por productos biodegradables.
  • Máxima reutilización de materiales y productos.
  • Manejo correcto de materiales para su recuperación y reciclaje.
  • Compostaje de los residuos orgánicos.
  • Incentivos fiscales y normativas aliadas.

Las acciones al alcance de todos, se resumen en un modelo conocido como “5 R”:

  1. Rechazar productos o prácticas que generan residuos innecesarios.
  2. Reducir al máximo las prácticas que generan residuos, pero que son necesarias.
  3. Reutilizar todos los objetos posibles al darles una “segunda vida”.
  4. Reciclar la mayor cantidad de materiales para convertirlos en materia prima.
  5. Reparar, en la medida de lo posible, aquellos artículos descompuestos.

¿Cómo sumarse al movimiento Basura Cero desde la práctica?

Lo primero que hay que saber es que adoptar la filosofía Basura Cero no implica dejar de producir basura de un día para otro. Más bien, se trata de informarse para avanzar, poco a poco, mediante una gestión consciente.

Las siguientes acciones aplican para hogares, escuelas, oficinas, corporativos, municipios, ciudades y espacios públicos, como hoteles y hospitales. Su objetivo es reducir gradualmente la cantidad de residuos que se generan.

1. El primer filtro para evitar la basura: Rechazar

¿Te has puesto a pensar que la forma más sencilla de gestionar un residuo es cuando no existe? Sí, y para eso, podemos empezar por cuestionar nuestras decisiones de consumo y liderar nuevos hábitos. Por ejemplo:

  • En el hogar es posible rechazar bolsas de plástico de un solo uso, y en su lugar, usar una bolsa reciclable.
  • En escuelas y oficinas: eliminar el uso de platos, vasos, cubiertos desechables e incentivar que lleven sus propios utensilios reutilizables.
  • En hospitales y otros espacios públicos: identificar proveedores de venta de contenedores de basura durables para reemplazar botes de basura de baja calidad.
  • Hoteles, restaurantes y edificios: buscar proveedores que utilicen empaques biodegradables o productos a granel transportados en contenedores reutilizables.

2. Consumir menos y de forma más consciente: Reducir

Tanto en hogares, como en organizaciones, el hecho de comprar solo lo necesario tiene grandes beneficios económicos y, en términos de gestión de residuos, se evitan los desperdicios y la generación de residuos.

  • En las casas: se pueden planificar las comidas para evitar desperdicios y comprar alimentos a granel, para disminuir el uso de empaques.
  • Escuelas y oficinas: imprimir solo cuando sea necesario y promover el uso de plataformas digitales, como el correo electrónico y software de colaboración.
  • En hoteles y hospitales: llevar una buena gestión del inventario para planificar compras y evitar el vencimiento de insumos o alimentos.

3. Dar una segunda vida a los materiales: Reutilizar

Este paso consiste en buscar un segundo uso para los objetos, con el fin de extender su vida útil. Para eso, antes de tirar, pregúntate si puede tener otro uso. Por ejemplo:

  • Hay escuelas que reciben hojas de papel ya impresas para las actividades infantiles; también algunas veces solicitan botellas o cajas para hacer actividades artísticas.
  • En los hogares es posible transformar los frascos en contenedores o empaques en recipientes, macetas u organizadores; la ropa en buen estado también puede donarse.
  • En oficinas y corporativos es posible donar mobiliario o equipos a organizaciones sociales o centros comunitarios que pueden darles un segundo uso.

4. Separar y almacenar correctamente los residuos: Reciclar

Es una parte importante en la estrategia de Basura Cero, porque en el proceso de disminuir el consumo, pueden recuperarse los materiales ya utilizados, mediante una separación adecuada y un almacenamiento correcto para que no pierdan sus propiedades.

Algunas acciones recomendadas para lograrlo son:

  • Instalar estaciones de separación en áreas comunes, con contenedores diferenciados por color, siguiendo estándares nacionales o locales.
  • Utilizar recipientes con el volumen adecuado para evitar desbordamientos y contaminación de materiales, como un contenedor de basura de 1100 litros, en espacios de alta generación de desechos.
  • Educar a la población o a los participantes para que aprendan a diferenciar los materiales reciclables y separarlos correctamente.

Programas de compostaje

En los edificios habitacionales o municipios, también es buena idea implementar programas de recolección de residuos orgánicos para compostaje, mediante rutas periódicas y el uso de recipientes reutilizables, que ayuden a disminuir el uso de bolsas de plástico.

Un detalle importante es asegurarse de que los contenedores usados en estos programas estén fabricados con materiales 100% reciclables, como el polietileno de alta densidad (HDPE), para que al final de su vida útil puedan reincorporarse al ciclo productivo.

5. Prolongar la vida útil de lo que ya tenemos: Reparar

Este último punto se centra en reparar los objetos para que sigan cumpliendo su función, antes de desecharlos y adquirir nuevos, ya que esta es una forma de disminuir la generación de residuos voluminosos y de manejo especial.

Medidas como esta, también ayudan a disminuir el uso de materia prima por parte de los fabricantes y la extracción de más recursos naturales.

Algunos objetos que se pueden reparar en lugar de reemplazarlos.

  • En los hogares: electrodomésticos, muebles o ropa.
  • Escuelas y oficinas: mobiliario, equipos didácticos y de cómputo.
  • Hoteles y hospitales: camas, carros de servicios y mobiliario.

Esta acción se complementa con una cultura de responsabilidad y cuidado de los bienes, en la que los recursos se aprovechan al máximo antes de generar desechos.

Los residuos no son sinónimo de basura

Ahora que conoces las “5 R” que son los pilares del modelo Basura Cero, sabes que desde cualquier espacio es posible contribuir para avanzar hacia una gestión que ayude a disminuir la cantidad de desechos que generamos.

Con acciones como rechazar el uso de materiales de un solo uso, separar y cuidar los materiales aprovechables, producir abonos con los residuos orgánicos y dar una segunda vida o reparar objetos aprovechables, todos podemos sumar. ¡Puedes empezar hoy mismo!