El obispo de la Diócesis de Saltillo, Mons. Hilario González García, extendió una invitación a los jóvenes de la región para que se planteen la posibilidad de responder al llamado de Dios, ya sea en el sacerdocio, la vida consagrada, el matrimonio o la soltería consagrada, como parte de un compromiso de fe y servicio.
El prelado destacó que la ordenación de nuevos diáconos y presbíteros es siempre un signo de esperanza para la Iglesia.
“Hace una semana fueron ordenados dos diáconos y apenas ayer dos presbíteros. Es una alegría, porque cada vocación es un regalo de Dios para su pueblo. Queremos invitar a los muchachos a que se cuestionen el llamado que el Señor les hace en su vida”, expresó.
Actualmente, en la diócesis se registran entre dos y cuatro ordenaciones sacerdotales por año, cifra que, aunque significativa, resulta insuficiente para las necesidades pastorales de la comunidad. En este sentido, el obispo subrayó la importancia de seguir pidiendo a Dios que toque más corazones y anime a más jóvenes a entregarse a una vida de servicio.
“Más que números, hablamos de personas que buscan su vocación. Hacen falta más sacerdotes, pero también más matrimonios comprometidos, religiosos, religiosas, misioneros y laicos consagrados al servicio de los demás, especialmente de los pobres y necesitados. La Iglesia requiere corazones dispuestos para las muchas áreas de pastoral y apostolado que tenemos”, señaló.
El obispo concluyó su mensaje insistiendo en que todo bautizado pertenece a la Iglesia y está llamado a vivir su fe de manera activa, dejando que Dios se manifieste en su vida y guiando sus pasos hacia el camino de la vocación. (EDUARDO SERNA).
