Viven saltillenses su fe al Santo Cristo de la Capilla 

Como cada año, miles de feligreses acuden a venerar al Señor de las Ánimas en su fiesta patronal 

Es 6 de agosto y la fe se refleja en los rezos, miradas y alegría de quienes acuden a venerar al Santo Cristo de la Capilla que cada año muda temporalmente de morada para levantarse en el altar principal de la Catedral de Santiago, en Saltillo; desde lo alto, al ser un símbolo de Dios, bendice a quienes oran a sus pies.

En medio de la multitud que se congrega en la Catedral, doña Josefina Solís se abre paso, su andar es lento pero su devoción, misma que tiene al Señor de las Ánimas desde que era apenas una niña, se mantiene fuerte, intacta; pide al Santo Cristo por su salud, por su familia y, a la par, le agradece por un año más de poder estar en su presencia.

“Estoy muy agradecida de que Dios nos ha dado licencia de venir cada año, muy contenta de venir cada año y que nos da su bendición ¿Qué no le he pedido al Santo Cristo? Le pido por mi familia, por nuestros problemas de salud, por mis hermanos que ya partieron, porque estén gozando de la dicha eterna”, compartió doña Josefina, quien desde hace más de 40 años visita el Santo Cristo en su día.

Transcurren los minutos de la mañana de este miércoles, hay misa y el padre oficiante dice “dense fraternalmente un saludo de paz” y de pronto la paz no es solo una utopía, se vuelve real desde quienes estrechan sus manos un momento, teniendo como testigo de ese signo de comunión al Santo Cristo.

A las afueras del espacio religioso, las voces bajas de los feligreses se van perdiendo entre tambores, llega una danza de matlachines, sus penachos multicolor y la alegría con la que danzan atrae a la multitud, mientras las calles que redondean a la Catedral se llenan de vida con la verbena popular en la que más de uno ya se echó sus gorditas, champurrados y hasta compró algún detalle para sus seres queridos que se quedaron en casa o están trabajando; entonces el Santo Cristo también se vuelve bendición para los comerciantes que día a día trabajan para llevar el sustento a sus familias.

“Estamos congregados por esta imagen que nos ha acompañado por más de 400 años en nuestra ciudad de Saltillo y que ha bendecido al pueblo de Saltillo, esto no tiene fin, todos estamos muy contentos porque es una experiencia de fe, esa fe del pueblo que le entrega su corazón a Cristo Crucificado”, señaló el padre César Gamaliel Pardo Heredia, vicario de la Catedral.

Aún queda parte de la tarde y la noche para que el Cristo que, según la oralidad popular, llegó solo a la Catedral en el lomo de una mula, siga recibiendo huéspedes en el altar para posteriormente, este jueves, regresar a su Capilla, donde la fe no se guarda sino que espera pacientemente para avivarse el próximo año. (OMAR SOTO)