La popular colonia del poniente de Saltillo es descrita por Luis Galindo Carrillo en su nuevo libro
Al poniente de Saltillo se encuentra la colonia Guayulera, famosa por el mercado de puestos ambulantes que adoptó su nombre aunque realmente está en la Chamizal y por haber sido, entre las décadas de los 70 y 90, un sector donde abundaban pandillas, por lo que se le llegó a considerar incluso como “barrio bravo”.
Pero, desde la mirada del escritor Luis Galindo Carrillo, este sector es mucho más que eso al contar con una rica historia que va desde su fundación por don Crescencio Rodríguez González hasta su ya extinta vocación de procesamiento de guayule que abarca varios períodos desde 1903 a 1918 y de 1943 hasta 1953.
“Se dice que la Guayulera es desde el puente 2 de Abril, que está en la Calzada Madero, hasta la Minita. Inclusive en los años 20 habían las calzadas famosas como la Centenario, la de Emilio Carranza y la Madero, que eran, digo yo, el antecedente de los bulevares, entonces había una calzada que iba de Emilio Carranza hasta donde comienza el puente 2 de Abril, ahí entroncaría, para los años 20, con la calzada Guayulera, que inclusive así se llamó pero no se logró concretar que fuera embellecida”, dijo en entrevista con El Heraldo de Saltillo.
En su libro titulado “La Guayulera”, que se publicará formalmente para agosto de este 2025, narra que para el año de 1860, de acuerdo con apuntes del Archivo Municipal de Saltillo, existió la hacienda Las Galeras en lo que ahora es la Guayulera.
“La Guayulera fue antes el terreno de la hacienda Las Galeras, para unos hacienda, para otros rancho; sin embargo, hay documentos en el Archivo Municipal de Saltillo que dicen que era hacienda de los Narro, es donde está enclavada la Guayulera, desde la calle Pacheco hasta la Minita; esos terrenos pertenecían a los Narro”, platicó.
Guillermo Purcell y Crescencio Rodríguez: los inicios del desarrollo
No es casualidad que el nombre completo de la colonia protagonista de la publicación sea Rodríguez Guayulera, ya que se nombró así como un homenaje a don Crescencio Rodríguez González, quien junto a don Guillermo Purcell, empresario irlandés que se estableció con su familia en la ciudad, fue uno de los primeros personajes en invertir en el sector.
“La Guayulera sigue siendo el poniente de la ciudad y era un enclave muy importante, con esos ojos la vieron don Guillermo Purcell, quien era el que tenía, de aquel lado del Puente Negro la estación del ferrocarril del Coahuila y Zacatecas, y del lado del Puente Negro hacia el poniente don Crescencio tenía los terrenos”, detalló.
“La Guayulera fue, muy probablemente, como dice el profesor Arturo Berrueto González, una prolongación de la cuadra colorada que está en el puente de Mixcoac. Crescencio Rodríguez González fue el fundador de la colonia Rodríguez Guayulera, él vivía en frente de la casa de don Guillermo Purcell, en la calle de Hidalgo, donde ahora es Telmex; en una residencia de ladrillo muy bonita”, abundó.
Tras la muerte de don Crescencio y don Guillermo en 1909, Camila Flores de Malacara, una acaudalada mujer originaria de General Cepeda, fue quien procuró la instalación de comercios como una carpintería y molino de nixtamal en la Guayulera entre los años 1935 y 1969, como fuentes alternativas de empleo para sus habitantes.
“En 1925 el general Manuel Pérez Treviño renta al Gobierno del Estado la Guayulera, porque el Gobierno era el dueño de la Guayulera y en 1935 viene el resurgimiento con Camila Flores de Malacara, fue una mujer muy importante, con mucho dinero. Para darse una idea, era dueña de la huerta donde ahora está el Parque Ecológico El Chapulín; le dio un impulso tremendo a la Guayulera”, externó.
Fábrica de guayule
En 1903 se inauguró la fábrica procesadora de guayule Adolfo Marx SA de CV, donde se procesaba la materia prima de un arbusto que era utilizada para la fabricación de hule, adhesivos y aceites de resina. Funcionó, en su primera etapa, hasta 1918 cuando cerró.
Años después se reactivó bajo el nombre de Guayulera SA de CV, cuyos apoderados fueron Juan Keiser y Fernando Seanger. En esta fase llegó a producir hasta 130 toneladas de guayule que se vendían a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
La fábrica cerró definitivamente 1953, a causa de la sobreexplotación de los sembradíos del arbusto, costo de procesamiento, la implementación del hule sintético en la industria y la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. El inmueble se demolió para comenzar la construcción de más casas.
“En la calle Carlos Pacheco y Quintana Roo había casas construidas por alemanes para la primera fábrica de caucho o procesadora de guayule Adolfo Marx SA de CV, Adolfo Marx era un empresario alemán”, indicó el entrevistado.
Más sobre el libro
Galindo Carrillo adelantó que “La Guayulera” contará también con la colaboración del ex alcalde de Saltillo, don Arturo Berrueto González, y recogerá testimonios de vecinos de la colonia sobre sus vivencias y recuerdos.
“El libro contiene todo esto pero tiene una novedad, es una compilación de los artículos que escribimos tanto mi hermano Sergio y yo en nuestras revistas gemelas, la de él se llamaba Memorias de Saltillo y la mía Evidencias, de finales del siglo XX. También escribí nuevos artículos que vienen incluidos ahí, entonces viene muy completo”, señaló.
“La idea es también recrear la Guayulera de los años 40 a los 70, entre ellos te menciono al ex presidente municipal de Saltillo y creador de la unidad deportiva Benito Juárez, donde está el parque de beisbol Abraham Curbelo, el profesor y beisbolista Arturo Berrueto González, lo entrevistamos para el libro”, finalizó. (OMAR SOTO)






