Casa de la Cultura de Saltillo: las distintas vocaciones de un inmueble con historia

Antes de ser recinto cultural funcionó como residencia particular, hotel, cuartel militar y oficinas de gobierno

Marcado con el número exterior 359 de la calle Hidalgo, en el Centro Histórico de Saltillo, se encuentra un inmueble cargado de historia gracias a sus diversas vocaciones, ya que mucho antes de ser la actual Casa de la Cultura de Saltillo, funcionó como fábrica de adobes para posteriormente, en el siglo 19, emplearse como hacienda propiedad de don José Melchor Lobo Guerrero Elizondo, descendiente directo de Beatriz Navarro Rodríguez, la mayor de siete hijas de doña María Rodríguez Sosa y don Juan Navarro, uno de los  fundadores de Saltillo.

Con una extensión original de cuatro mil metros cuadrados, contaba con huerta, caballerizas y cocheras, la casona fue pasando de generación en generación familiar desde finales del siglo 18 hasta 1936, para posteriormente venderse, en este último año, a don Emilio Arizpe, fundador de Fábricas del Carmen.

“José Melchor Lobo Guerrero era criollo, hijo de españoles, pero vino a dar a Saltillo. Cuando enviudó, se volvió a casar con otra señora de apellido Arrieta y fue donde inició su vivienda en la Casa Colonial, ahora Casa de la Cultura. A través del tiempo, casi 100 años después, mi bisabuelo, Melchor Lobo Rodríguez, compró esa casa, en 1883, a una persona descendiente de don Melchor Lobo Guerrero, quien era su bisabuelo; quien adquirió esta casa era mi bisabuelo, pero quien la fundó fue a su vez el bisabuelo de él”, comentó José Ignacio Lobo Rodríguez, descendiente de la familia propietaria de la casa.

“En esa casa mi padre, José M Lobo Jiménez, nació y pasó su infancia. De 1883 a 1936 estuvo en posesión de la familia Lobo Arizpe, mis tías, unas tías solteras hermanas de mi abuelo, fueron las que tenían esa propiedad y finalmente la vendieron a la familia Arizpe”, contó.

 

HOTEL, CUARTEL MILITAR Y OFICINAS DE GOBIERNO

Fue éste último quien rentó la propiedad a don Ricardo Villarreal, quien la transformó en el Hotel Colonial. Adecuaciones como división del tamaño original de sus habitaciones para albergar a más huéspedes, instalación de baños en cada cuarto, habilitación de un comedor en donde originalmente había unas bodegas para almacenar comida y materias primas, fueron algunas de la que se realizaron con este propósito; permaneció una década con este uso.

Tras el cierre del Hotel, aproximadamente en 1955, se utilizó como jefatura de la Sexta Zona Militar. Posteriormente fue oficinas del Gobierno de Coahuila, encabezado entonces por el ex gobernador don Oscar Flores Tapia, mientras se remodelaba el Palacio de Gobierno que se ubica frente a la Catedral De Santiago, esto entre 1976 y 1977.

“De su configuración exterior y patio interior no han cambiado mucho, obviamente el interior sí porque no había baños, seguramente hubo muchas adaptaciones. En aquella época, las casas se usaban también como lugares de comercio; con el tiempo también va cambiando su vocación”, platicó.

“Fue cuartel de la Sexta Zona cuando todavía no había instalaciones, luego fue la Alianza Francesa. Eventualmente ya la compró el gobierno, durante el período de Raúl Madero, y cuando fue gobernador Oscar Flores Tapia, ahí se trasladaron oficinas de gobierno mientras remodelaban el Palacio de Gobierno en su configuración actual porque antes era diferente”, externó.

UNA CASA PARA LA CULTURA

Con historia guardada en sus muros y rincones, en 1978 iniciaron adecuaciones en el inmueble para funcionar como Casa de la Cultura de Saltillo, donde se ofrecen talleres formativos en disciplinas como danza clásica, moderna y hawaiana, coro, piano, gimnasia, artes plásticas y guitarra, cuyas inscripciones se abren en agosto, previo a cada ciclo escolar para niños, adolescentes y adultos. Para mayores informes al respecto se puede llamar al teléfono 844 414 3958.

“Se decía que el dueño tenía la que entonces se consideraba la tienda de la ciudad, que estaba en la esquina de Juárez e Hidalgo. Esta casa, todavía en la década de los 90 tenía un túnel que salía de la galería y se comunicaba con la calle de Hidalgo porque decían que por ahí transitaban las ganancias que sacaba de la tienda”, compartió Ana Sol Figueroa Montesinos, directora de la Casa de la Cultura de Saltillo.

“A partir de 1979 empieza como Casa de la Cultura, nos hemos ido adaptando a los espacios que hay; los salones más chicos se usan para música y los más grandes para danza, la galería en su momento fue el comedor. La planta alta se construyó un poco antes de que fuera Casa de la Cultura, incluso a principios de los noventa pusieron dos paredes para hacer un salón grande, pero realmente era parte del patio”, concluyó. (OMAR SOTO)